Mientras empieza la Cumbre de la OTAN en Vilna, la guerra en Ucrania se está convirtiendo en una guerra industrial. Como a principios de los años cincuenta, la Alianza debe responder a dos cuestiones a la vez: proteger Europa y rearmar el continente. Hacemos balance de la situación con el antiguo Comandante supremo aliado de Transformación de la OTAN (2012-2015).

Al abrirse una nueva fase en la invasión rusa de Ucrania, el futuro de la guerra parece encontrarse en algún lugar entre el océano Pacífico y el metaverso. En este contexto de incertidumbre, Francia y Europa pueden buscar el horizonte de la paz -pero la partitura sigue apretada-.

Según el ex comandante supremo de la OTAN, las veinticuatro horas que siguieron a la explosión de un misil en territorio polaco son un modelo de desescalada: por un lado, los aliados mantuvieron la calma, por otro, los rusos se apresuraron a hacer todo lo posible para no dejar dudas sobre su participación. Sin embargo, mientras Putin continúe con sus ofensivas en el oeste de Ucrania, el riesgo de que estos acontecimientos se multipliquen sigue siendo muy alto.