Historia

Los orígenes soviéticos del poder económico ruso en África

Áfricas subsaharianas Asia Septentrional
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Continuación y fin de nuestra entrevista con Jacques Rancière. Mientras que la primera parte se centra esencialmente en su propio trabajo como historiador, en esta segunda parte el filósofo aborda cuestiones «epistemológicas» más generales, como su concepción del anacronismo y las formas de historicidad, sus reflexiones sobre el tema del fin de la historia, los vínculos entre la revolución literaria y la revolución de la ciencia histórica, y su visión de la microhistoria. También repasa su trayectoria intelectual y algunas de las grandes figuras que la han marcado (Foucault, Bourdieu, Certeau).

La relación entre filosofía e historia en Francia no siempre ha sido fácil. A veces se ha acusado al filósofo Jacques Rancière de dar lecciones a los historiadores. Sin embargo, no es necesario repetir la fábula del polvo y la nube, por una sencilla razón: como atestigua la abundante bibliografía temática que cierra esta larga entrevista dedicada a la relación del filósofo con la historia, el autor de La noche de los proletarios y de Scènes du peuple ha innegablemente, a su manera herética, escrito historia y sobre historia.

Un sueño que se convierte en pesadilla: el gran vuelco de 1993 a 1994. En el espacio de unos meses, de Yugoslavia a Ruanda, todas las esperanzas suscitadas por el final de la Guerra Fría se desvanecieron con sangre. Frédéric Charillon analiza esta convulsión en un estudio ambicioso y rico, última entrega de nuestra serie «El siglo XX en diez fines de año». De leer, para llegar a las raíces de la guerra ampliada.

Entre el Norte y el Sur, una crisis común. Entre el Este y el Oeste, una guerra cada vez menos fría. Los principales tipos de interés alcanzan máximos históricos. Los modelos chocan, el capitalismo se transforma. ¿Hay que luchar por mantener el statu quo -o esperar una revolución-?

En este nuevo episodio de nuestra serie «El siglo XX en diez finales», dirigida por Pierre Grosser, el historiador Mathieu Fulla nos traslada a las incertidumbres del punto de inflexión de 1983-1984.

Fin del año 1963. La coexistencia pacífica parecía estar en su apogeo. En realidad, nunca había sido tan frágil.
Fue en Vietnam donde todo empezó a desmoronarse, pero en todas partes del planeta -dentro de los dos bloques, así como entre los países no alineados- la Guerra Fría estaba dando un vuelco. En un impactante estudio que descentra la mirada, Phi Van Nguyen analiza este proceso, explicando cómo dio un nuevo y dramático giro.

El 5 de marzo de 1953, Stalin murió en su dacha de Kúntsevo. Su muerte marcó el punto álgido de la Guerra Fría. Los años 1953-1954 fueron testigos de una metamorfosis en las condiciones de la confrontación Este-Oeste, en Europa, Asia y América Latina: la lógica interna de cada bloque cambió, al igual que los imperativos estratégicos. En retrospectiva, estos dos años estuvieron en el centro de muchos debates contrafácticos: ¿podría haber terminado la Guerra Fría en 1954?

¿Cuál fue el punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial? ¿Pudieron sentirlo los contemporáneos del conflicto? La situación no era ciertamente la misma si se participaba en los combates, que arreciaban en 1943-1944, o si se vivía en los territorios ocupados. Aunque los últimos años de la guerra fueron testigos de importantes derrotas para las fuerzas del Eje, también fue el periodo durante el cual se aceleraron sus acciones asesinas. En este estudio a escala mundial, Guillaume Pollack reflexiona sobre los posibles significados de este vuelco.

¿Cuándo se hizo inevitable el acontecimiento? En el caso de la Segunda Guerra Mundial, esta pregunta adquiere una resonancia singular. En este estudio en profundidad, Matthieu Boisdron analiza el año 1934, que vio el colapso del frágil orden establecido en los años veinte bajo el efecto combinado del ascenso de regímenes autoritarios, nuevos conflictos y la incapacidad de las organizaciones internacionales… ¿Estamos hablando de 1934?