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Hasta el 24 de febrero, lanzamos una serie de publicaciones sobre Ucrania en guerra, dos años después del intento de invasión a gran escala de Rusia. Puedes encontrar todas nuestras publicaciones sobre la guerra aquí y suscribirte para recibir nuestros últimos mapas y análisis aquí.

1 – Febrero-marzo de 2022: el fracaso en la toma de Kiev

Vladimir Putin pensó que podría tomar la capital ucraniana en pocos días. Casi dos años después, la línea del frente se encuentra a varios cientos de kilómetros de Kiev, mientras que la frontera con Bielorrusia ya no representa una amenaza real de ataque desde el norte.

Intento de tomar Kiev

A principios de abril de 2022, Michel Goya señaló que el abandono de las ambiciones rusas de capturar Kiev, pocas semanas después del lanzamiento de la invasión, era una gran victoria para Ucrania. La retirada fue acompañada de numerosos abusos por parte de las fuerzas rusas en las zonas ocupadas.

Hay muchas razones para explicar el fracaso ruso en las primeras semanas de la invasión: una campaña aérea inadecuada, subestimación de las capacidades defensivas ucranianas, falta de preparación en términos de suministros, etc.

Sin embargo, el mundo tembló cuando las fuerzas rusas alcanzaron las afueras de la capital y ocuparon temporalmente el estratégico aeropuerto de Hostomel, a menos de 10 kilómetros de Kiev.

2 – Septiembre-octubre de 2022: ofensiva ucraniana en la región de Jarkov

La ofensiva ucraniana en la región de Jarkov sigue siendo uno de los mayores éxitos militares de Kiev desde el lanzamiento de la invasión rusa. En sólo tres semanas, las fuerzas ucranianas han logrado retomar 12 mil kilómetros cuadrados de territorio alrededor de Jarkov, la segunda ciudad más grande del país.

La eficacia con la que Ucrania hizo retroceder a las fuerzas rusas estacionadas desde hacía varios meses en esa región fronteriza con Rusia tuvo un doble efecto: demostró al Kremlin que el ejército ucraniano era capaz de llevar a cabo grandes ofensivas y, al mismo tiempo, demostró a los países que proporcionan ayuda militar a Ucrania que Kiev era capaz, con material y municiones externas, de ganar la guerra.

3 – Noviembre de 2022: liberación de Jersón

La liberación de Jerson, una ciudad de casi 300 mil habitantes a orillas del Dniéper antes de la guerra, se consideró a finales de 2022 como el anuncio de un verdadero «punto de inflexión» en la guerra. Aunque en última instancia no abrió el camino hacia Crimea, el abandono de Jerson representó sin embargo un importante revés para el Kremlin, que había anunciado unos meses antes la anexión del óblast del que la ciudad es capital administrativa. En un discurso pronunciado el 30 de septiembre de 2022, el presidente ruso calificó a los habitantes de la región de Jerson de «ciudadanos rusos para siempre».1

El ejército ruso destruye el puente de Antonivka tras su retirada

Tras abandonar Jersón, el ejército ruso se retiró más al sur, a la orilla oriental del Dniéper, donde había empezado a construir una red de fortificaciones que fueron en gran parte responsables del fracaso de la contraofensiva ucraniana. No obstante, la retirada de Jersón supuso el fracaso de la ofensiva rusa en el sur de Ucrania.

En un testimonio traducido y comentado en la revista, un voluntario ruso describe el desorden en el que el ejército ruso se retiró de la ciudad: agotado tras varias semanas de combate, falto de municiones porque «todos los puentes y pontones fueron bombardeados», este voluntario confiesa que se vio obligado a destruir material antes de abandonar la ciudad, aunque el Ministerio de Defensa ruso afirme que no hubo pérdidas.

4 – Mayo de 2023: caída de Bajmut

Bajmut es sin duda el escenario de una de las batallas más mortíferas del conflicto hasta la fecha. Aunque no hay cifras precisas que detallen las pérdidas humanas y materiales de ambos bandos por el control de la ciudad, la Casa Blanca estimó en mayo de 2023 que Rusia había sufrido 100 mil bajas —incluidos 20 mil muertos, en todo el territorio y no sólo en Bajmut— desde enero, en el punto álgido de la batalla.

Tras meses de bombardeos y encarnizados combates que condujeron a la destrucción casi total de la ciudad, como muestran las imágenes de satélite, Bajmut cayó finalmente en manos de las fuerzas rusas, y en particular de la milicia Wagner, en mayo de 2023, nueve meses después del bombardeo inicial.

Las ruinas de Bajmut

El altísimo nivel de pérdidas sufridas por las fuerzas de Wagner y el ejército ruso en Bajmut puede explicarse por la táctica de «infantería desechable» utilizada por el mando ruso. La operación, bautizada por el antiguo jefe de Wagner, Yevgueni Prigozhin, como «Bakhmut Meat Grinder» , consistía en lanzar oleadas sucesivas de cazas para identificar posiciones de tiro o puntos débiles en las defensas ucranianas.

Numerosos testimonios de soldados que combatieron en Bajmut describen el horror de la batalla y la falta de sentido común de los mandos que habían invertido recursos colosales en una batalla cuya victoria rusa era ante todo simbólica. Fue en Bajmut, en particular, donde el nuevo comandante de las fuerzas ucranianas, Oleksandr Syrsky, se ganó el apodo de «el carnicero» por sus decisiones, que provocaron grandes pérdidas, sobre todo entre algunas de las unidades más experimentadas.

5 – Junio de 2023: destrucción de la presa de Kajovka

En la mañana del 6 de junio de 2023, hacia las 3 de la madrugada, la presa hidroeléctrica de Kajovka, en el Dniéper, reventó e inundó 120 kilómetros cuadrados de terreno en las primeras horas. La destrucción de la infraestructura provocó la evacuación de decenas de miles de personas, con un importante costo económico y medioambiental estimado por la UNESCO en 6 400 millones de dólares.2

Catástrofe de Kajovka

¿Se reconstruirá la presa de Kajovka después de la guerra? En una entrevista publicada en nuestras columnas, Jean Pisani-Ferry opina que no hay que esperar al final de la guerra para empezar a reconstruir infraestructuras como puentes e instalaciones eléctricas, que son «esenciales para mantener lo más intacta posible la capacidad económica del país».

Aunque varios factores han hecho sospechar que Rusia estuvo implicada en la destrucción de la presa, por el momento no hay nada que permita sacar conclusiones definitivas sobre la responsabilidad de Moscú. Varios expertos militares apuntaron a la intención de Rusia de «frenar» la contraofensiva estival ucraniana lanzada al mismo tiempo. Al inundar una de las zonas que parecían formar parte de los planes ofensivos de Kiev, Moscú podría haber tratado de alterar la topografía de la zona haciendo que el agua subiera, alterando así los planes ucranianos.

6 – Junio-noviembre de 2023: contraofensiva ucraniana

La contraofensiva ucraniana del verano de 2023 llevaba varios meses preparándose con el apoyo de Estados Unidos y el Reino Unido, cuando finalmente se lanzó a principios de junio de 2023.

Contraofensiva

Joseph Henrotin define la contraofensiva como una serie de acciones ofensivas llevadas a cabo por un jugador en el plano operativo -en el plano táctico, sería un contraataque- y tras un avance enemigo. Por tanto, «responde» a una serie de ofensivas, pero lo importante es sobre todo su dinámica subyacente: aunque en este caso la lleve a cabo un defensor, toda contraofensiva busca ante todo recuperar la iniciativa, que es lo que realmente está en juego.

Puedes encontrar aquí la entrevista completa.

Unos meses antes, Ucrania había recibido sus primeros tanques y vehículos de combate de infantería occidentales (Leopard, Bradley, etc.), con los que Kiev contaba para dotarse de superioridad sobre el terreno frente a sus equivalentes rusos, menos sofisticados.

7 – Septiembre de 2023: la esperanza de Robótine

En septiembre de 2023, el ejército ucraniano rompió por fin la primera línea defensiva rusa en la localidad de Robotyne (de pocos centenares de habitantes), en la provincia de Zaporiyia. Este avance dio una esperanza inesperada a los partidarios de Ucrania, ya que demostró que las fortificaciones rusas, construidas y reforzadas durante varios meses, no eran impenetrables.

La ofensiva ucraniana en este sector del frente tenía como objetivo cortar en dos el «puente terrestre» ruso, que separa las provincias de Donetsk y Lugansk al este de las provincias de Jerson, Zaporiyia y Crimea al oeste. Los objetivos eran las ciudades de Melitopol y/o Berdiansk, en el mar de Azov, cuya captura habría cortado una línea estratégica de suministro construida por Rusia en el sur de Ucrania.

El dron en la guerra en Ucrania

A medida que el ejército ucraniano se enfrenta a un suministro cada vez menor de proyectiles y sistemas occidentales disponibles, utiliza cada vez más drones para atacar a las fuerzas rusas en Ucrania y más allá de la línea del frente. A principios de febrero, el presidente ucraniano anunció la creación de una nueva fuerza del ejército enteramente dedicada a los drones.

Las esperanzas se fueron agotando a medida que las fuerzas ucranianas, tras romper la primera línea de defensas, avanzaban sólo unas decenas o incluso unos pocos metros al día. En una entrevista publicada en The Economist el 1 de noviembre de 2023, el antiguo comandante de las fuerzas ucranianas, Valeri Zaluzhni, declaró que la guerra había llegado a un «punto muerto».3

8 – Diciembre de 2023: ¿hacia un conflicto congelado?

Muchos expertos rechazan el término «conflicto congelado» para describir la situación de la guerra en Ucrania, que se profundiza en el otoño y el invierno de 2023-2024, ya que los combates siguen siendo muy mortíferos, a pesar de los ligeros avances de los dos ejércitos. El año pasado, el cambio en el control territorial en Ucrania se mantuvo cercano al 0%, y Rusia seguía controlando alrededor del 18% del territorio ucraniano en noviembre de 2022.

El conflicto no puede calificarse de «congelado» porque, además de la campaña terrestre, la guerra en Ucrania también tiene lugar en el Mar Negro, en Rusia y, a veces, incluso más allá de Europa. Sin embargo, un análisis del CSIS del periodo de junio a agosto de 2023 muestra el lento avance que caracterizó el segundo año de la guerra: durante este periodo de tres meses, en el sector de Robotyne, el avance medio ucraniano fue de 90 metros al día, tanto como el que realizaron las tropas francesas y británicas durante la Batalla del Somme, de julio a noviembre de 1916.

Esta semana, Ucrania destruyó frente a las costas de Crimea el BDK-64 Caesar Kounikov (158), un buque de desembarco ruso de más de 100 metros de eslora. Se trata del último buque militar ruso perteneciente a la flota del Mar Negro que ha sido destruido o dañado por drones o misiles navales de superficie ucranianos. En enero, Kiev afirmó haber inutilizado 35 de los buques de esta flota, es decir, casi el 44% del total.

9 – Invierno 2023-2024: el ejército ruso avanza en el este

Enfrentadas a la escasez de equipos, hombres y municiones, las fuerzas ucranianas se encuentran actualmente en una posición desfavorable. Aunque Rusia también se enfrenta a problemas estructurales, parece haber recuperado la iniciativa en varios sectores del frente en los últimos meses.

Civiles evacuados ante la amenaza rusa

Moscú avanza principalmente en las provincias de Luhansk, Donetsk y Járkov. Imágenes geolocalizadas publicadas el 28 de enero mostraban un avance al oeste de la ciudad de Kreminna, en dirección a Yampolivka. El día anterior, unos vídeos mostraban el avance de las tropas rusas hacia el noroeste de Synkivka, a menos de 10 kilómetros de la ciudad de Kupiansk, reconquistada por Kiev en septiembre de 2022.

A finales de diciembre de 2023, la contraofensiva lanzada en verano quedó definitivamente enterrada, mientras que Estados Unidos declaró que sólo quería «permitir a Ucrania mantener su posición» en el frente. Por primera vez desde abril del mismo año, las fuerzas rusas ganaron más territorio del que perdieron.

10 – ¿Cuáles son las perspectivas para 2024?

Dado el agotamiento de las fuerzas y la necesidad de reponer las reservas de equipos y municiones, podemos esperar que 2024 se parezca al año anterior en muchos aspectos. Tanto Ucrania como Rusia parecen decididas a proseguir la guerra de desgaste en la que están inmersas desde hace varios meses, con la esperanza de limitar sus pérdidas mientras ganan tiempo para asegurarse apoyo en la retaguardia y desarrollar su industria bélica.

El nervio de la guerra

Estados Unidos y los países europeos producen conjuntamente unos 55.000 obuses al mes. Aunque este ritmo de producción aumentará a lo largo del año, es tres veces inferior a la capacidad rusa, que en 2023 era de unos 166.000 obuses al mes. En enero, el consumo diario de proyectiles ucranianos ascendió a 2.000, es decir, entre cuatro y cinco obuses de artillería pesada rusos disparados por cada proyectil ucraniano.

Para Ucrania, la gran incógnita es si continuará o no el apoyo militar estadounidense, vital para Kiev en términos de defensa antimisiles, municiones, inteligencia, etc. Aunque los europeos han proporcionado un importante apoyo militar a Ucrania desde el comienzo de la guerra, éste es proporcional a los recursos de que disponen los Estados europeos en términos de producción y reservas disponibles.