En Ucrania, la perspectiva de un conflicto congelado

Casi cinco meses después del lanzamiento de su contraofensiva, los avances de Kiev sobre el terreno distan mucho de sus objetivos. El mar de Azov sigue estando a un centenar de kilómetros de la línea del frente y las principales ciudades de la provincia de Zaporiyia (Tokmak, Melitopol, Berdiansk) están sólidamente defendidas por el ejército ruso. Una vez establecido esto, por muy pesimista que sea, ahora tenemos que analizar las causas y las consecuencias de una prolongación de este estancamiento.

En primer lugar, las causas.

• El ejército ruso ha minado intensamente el territorio ucraniano desde el comienzo de la invasión. Actualmente se calcula que esta zona abarca casi un tercio del país, es decir, 200.000 km²¹.
• Además, las fortificaciones de 2.000 km construidas por Moscú en Ucrania desde 2022 constituyen uno de los sistemas defensivos más desarrollados desde la Segunda Guerra Mundial².
• Los recursos de que dispone Rusia, tanto humanos como materiales, permitirán a Moscú resistir «como máximo hasta 2026», según Kyrylo Boudanov, director de la inteligencia militar ucraniana³.
• Kiev cree que la economía rusa se hundiría antes de que su maquinaria militar se viera incapaz de librar una guerra a gran escala en Ucrania.
• El ejército ucraniano, por su parte, se enfrenta a la escasez de munición disponible, en particular de obuses, lo que dificulta la ejecución de operaciones susceptibles de penetrar más profundamente en el sistema ruso.

Las consecuencias.

• En una entrevista con Time publicada el lunes 30 de octubre, Volodímir Zelenski se describía a sí mismo como el hombre que «más» creía en una victoria ucraniana⁴.
• Más allá de la imagen que transmite, esta afirmación refleja también una aprensión -especialmente sentida tras su visita a Washington en septiembre- ante el agotamiento de la ayuda militar, correlativa a los avances ucranianos sobre el terreno.
• Si la guerra en Ucrania se convirtiera en un conflicto congelado, lo que no es el caso por el momento, esta ayuda tendría un impacto directo, privando a Kiev en parte de su capacidad para defenderse de la invasión rusa.
• Este parece ser el objetivo de Rusia, que desde hace varios meses sólo lleva a cabo ofensivas localizadas, demostrando una falta de perspectiva estratégica.

A pesar de una tormenta que azotó Ucrania la semana pasada, el tiempo sigue siendo suave en la mayor parte del frente y no está teniendo un impacto significativo en los combates⁵. En Avdiivka, en la provincia de Donetsk, el ejército ruso prosigue sus asaltos dirigidos por sus unidades «Tormenta-Z», compuestas principalmente por prisioneros⁶. Los escasos avances de Moscú hacia el norte y el este de la ciudad se están realizando a costa de un altísimo coste humano y material, mientras que las pérdidas «irrecuperables» de estas unidades tras unos días de operaciones se estiman entre el 40% y el 70%⁷.