- Fecha de nacimiento (edad) 24 de septiembre de 1956 (68 años)
- Lugar de nacimiento Welkom (Sudáfrica)
- Nacionalidad Sudafricana
- Formación Universidad Nacional de Ciudad del Cabo; Seminario Diocesano de Pretoria; Londres, Instituto Misionero de Mill Hill; Lovaina, Universidad Católica;
- Cargos en la Iglesia Arzobispo de Johannesburgo
- Estado u orden Sacerdote secular
- Rango Cardenal presbítero de Santa María Mónica Mazzarello
- Cardenal elector desde el 30 de septiembre de 2023 (creado por Francisco)
- Cardenal elector hasta el 24 de septiembre de 2036
Trayectoria
De origen irlandés-escocés, educado por los Hermanos de las Escuelas Cristianas, comenzó un curso de psicología en la Universidad de Ciudad del Cabo, luego ingresó en el seminario de Pretoria, y terminó su formación en Londres (Instituto Misionero de Mill Hill, de reputación progresista) y en Lovaina (bachillerato canónico). Fue ordenado sacerdote en su ciudad natal de Welkom el 19 de noviembre de 1983, e incardinado en la diócesis de Kroonstadt (norte del país). Capellán (1984-1985) y luego párroco (1986-1989), en 1990 se convirtió en vicario general de su diócesis, y luego en su administrador diocesano durante su largo periodo vacante (2003-2006). Finalmente, fue elegido nuevo obispo de Kroonstadt y consagrado por su metropolitano, el arzobispo de Bloemfontein. En 2009, Benedicto XVI lo nombró arzobispo de Ciudad del Cabo. Elegido presidente de la Conferencia Episcopal de África Austral entre 2013 y 2019 (que también incluye a Botsuana y Esuatini), participa en este cargo en el Sínodo para la Familia de 2014. Junto con los demás obispos, toma posición en la crisis política de 2017 en Sudáfrica, pidiendo la convocatoria del Parlamento. Fue creado cardenal por Francisco en septiembre de 2023; finalmente, en octubre de 2024, fue trasladado como arzobispo de Johannesburgo.
Perfil
El cardenal Brislin, africano de ascendencia europea, es un papabile liberal de personalidad modesta, reconocido por su liderazgo en cuestiones sociales. Muy comprometido con las cuestiones migratorias, en la lucha contra la miseria y por el desarrollo, sin olvidar los retos ecológicos, es considerado un reconocido experto en estos temas. Aunque su lema cardenalicio rinde homenaje a una encíclica de Benedicto XVI, se sitúa plenamente en la línea bergogliana. Su progresismo es prudente y gradual en cuestiones morales, lo que podría disipar muchas prevenciones.