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Cardenal Angelo De Donatis

Gran penitenciario Apostólico

De perfil pastoral, directo y sencillo, contó inicialmente con el favor del papa Francisco, antes de que surgieran varias divergencias importantes con el pontífice, especialmente durante la crisis del Covid, que lo llevaron a caer un poco en desgracia.

Cardinal elector
Nihil caritate dulcius Nada es más dulce que el amor
  1. Fecha de nacimiento (edad) 4 de enero de 1954
  2. Lugar de nacimiento Casarano (Apulia, Italia)
  3. Nacionalidad Italiana
  4. Formación Tarento, seminario diocesano; Roma, seminario pontificio; Universidad Pontificia Lateranense (filosofía) y Universidad Pontificia Gregoriana (teología moral)
  5. Cargos en la Iglesia Gran penitenciario Apostólico
  6. Estado u orden Sacerdote secular
  7. Rango Cardenal-sacerdote con el título de San Marcos en el Capitolio
  8. Cardenal elector desde el 28 de junio de 2018 (creado por Francisco)
  9. Cardenal elector hasta el 4 de enero de 2034

 

Trayectoria

Nacido en Apulia, ingresó en el seminario diocesano de Tarento y luego en el seminario pontificio de Roma, donde también estudió en las universidades pontificias Lateranense (diocesana) y Gregoriana (jesuita, donde obtuvo la licenciatura en Teología Moral). Fue ordenado sacerdote en abril de 1980 para su diócesis natal de Nardo-Gallipoli, en Apulia, pero finalmente fue incardinado en la diócesis de Roma en 1983. Ejerció primero su ministerio como vicario parroquial y encargado de tareas administrativas (secretario del vicariato); entre 1989 y 1991 fue archivero de la secretaría del Colegio Cardenalicio; de 1990 a 2003 fue director espiritual y profesor de religión en el seminario pontificio de Roma, que lo formó, y ejerció al mismo tiempo otras responsabilidades para la diócesis de Roma (miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores, director de la Oficina del Clero). En 2003 fue nombrado párroco de la parroquia de San Marcos, la iglesia de su futuro título de cardenal-sacerdote, donde permaneció hasta 2015. También recibió honores: caballero de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro (1989), capellán de Su Santidad («monsignore», 1991).

Sin embargo, el verdadero punto de inflexión en su carrera no se produjo hasta 2013, cuando fue elegido por el sustituto, monseñor Becciu, junto con otros seis sacerdotes parroquiales romanos, para cenar con el recién elegido papa Francisco. Parece que causó una gran impresión, ya que al año siguiente Francisco lo llamó para predicar los ejercicios espirituales de Cuaresma ante la Curia (una tarea que suele confiarse a teólogos de renombre). Entusiasmado por su perfil pastoral, el papa lo nombró al año siguiente obispo auxiliar de su propia diócesis, Roma (con sede titular en Mottola, en su región natal de Apulia), encargado de la formación del clero, y lo consagró obispo en su catedral, la basílica de San Juan de Letrán. En 2017, Francisco lo ascendió a vicario de la diócesis de Roma, equivalente a un obispo diocesano ordinario, pero que sigue siendo su suplente en esta sede tan particular, que solo puede tener al papa como arzobispo titular. Desde el siglo XV, el vicario de la diócesis de Roma siempre se elegía entre los cardenales, mientras que De Donatis no era más que un simple obispo auxiliar. Angelo De Donatis se convierte también, ex officio, en arcipreste de la basílica de San Juan de Letrán (o catedral del Santísimo Salvador, «madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad y del mundo», más importante en dignidad que la propia basílica de San Pedro), y es elevado al rango de arzobispo a título personal. Sucede en este cargo a otro prelado originario del Mezzogiorno, el cardenal conservador Agostino Vallini (nacido en 1940). En 2018, por fin, es nombrado cardenal, y su favor ante Francisco parece estar en su apogeo. Mientras que los papas anteriores habían dejado hasta entonces un amplio margen de maniobra a sus cardenales vicarios de Roma, permitiéndoles gestionar la Ciudad Eterna casi como cualquier otra gran diócesis italiana, Francisco, por el contrario, se implica mucho más directamente en los asuntos internos de su diócesis, modificó su gobierno reduciendo los poderes del cardenal vicario en beneficio de los suyos y deseando estar al corriente de todo. Esto provocó crecientes fricciones con el cardenal De Donatis: en 2024, este último fue trasladado a uno de los tribunales de la Curia, la Penitenciaría Apostólica, como Penitenciario Mayor de la Santa Iglesia Romana. Este cargo de jefe de dicasterio es formalmente un ascenso, pero en realidad constituye un descenso según el antiguo principio curial del promoveatur ut amoveatur (¡que lo asciendan para que se vaya!). En este antiguo cargo, se encarga de las gracias papales, de la concesión de indulgencias y del juicio en última instancia, en nombre del papa, de todos los asuntos graves que implican el fuero interno, como las violaciones del secreto de confesión (en contraposición a la Rota Romana y la Signatura Apostólica, tribunales de apelación y supremos para el fuero externo).

Perfil

El cardenal De Donatis representa el caso ejemplar de un perfil pastoral, directo y sencillo, que por ello se ganó inicialmente el favor del papa Francisco, antes de que surgieran varias divergencias importantes con el pontífice y cayera en semidesgracia. Al papa Francisco no le habría gustado su primera decisión de cerrar absolutamente todas las iglesias de Roma durante la crisis sanitaria del Covid, y le habría hecho dar marcha atrás. También se han cuestionado sus competencias financieras. Es de línea liberal, poco partidario de la misa tradicional en latín, que ha restringido, abierto a la declaración Fiducia Supplicans (que abre la posibilidad de bendecir a las parejas del mismo sexo) y defensor de la importancia de los temas ecológicos en la Iglesia. En definitiva, es un bergogliano decepcionado.

Su posición en el colegio de cardenales electores

Progresista
Conservador
Periférico
Central