Capitalismos políticos en guerra

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Trump y Biden comparten un diagnóstico profundo: la hegemonía estadounidense está amenazada. Una nueva ciencia de Estado debe estructurar sus relaciones con el resto del mundo en torno a un eje clave: la seguridad. Publicamos uno de los textos más importantes para entender las corrientes profundas de Washington, firmado por el influyente consejero adjunto de Seguridad Nacional, Daleep Singh.

1971. Kissinger viaja en secreto a China para reiniciar las relaciones entre Washington y Pekín. Un año después, Richard Nixon hizo el mismo viaje.

Las industrias estadounidenses apostaban por el mercado de consumo en China, donde podían encontrar mano de obra barata. Mao, en cambio, estaba preocupado por su balanza comercial, con un objetivo: convertirse en la fábrica del mundo. Se estableció una simetría. Hasta hoy sigue estructurando la guerra entre los capitalismos políticos. En un detallado estudio basado en el mercado textil, Elizabeth Ingleson cuenta la historia de los orígenes del «Made in China».

De Lenin a Putin, titánicas infraestructuras han modelado el paisaje ruso. Cientos de miles de hombres han muerto para construirlas. Presas, centrales nucleares y megafábricas han roto el hielo ártico, destruido ecosistemas y desecado lagos. Entonces como ahora, los sueños de acero y hormigón son ante todo armas de guerra. Paul Josephson repasa su historia, desde el Gulag hasta la invasión de Ucrania.

¿Está Rusia realmente en una economía de guerra?

Si se examinan más de cerca, los recursos financieros e industriales de Moscú, así como su mano de obra, distan mucho de ser tan ilimitados como afirma Putin. En un estudio detallado, el especialista en política de defensa Pavel Luzin nos lleva al corazón de una economía armamentística que está en crisis desde la invasión de Ucrania, y que ahora se basa en las existencias de la era soviética.

Las políticas industriales se están volviendo a desplegar en todas partes. Pero, ¿cómo garantizar su eficacia? En Israel, una ambiciosa historia de éxito se detuvo en seco cuando la coalición de intereses que la respaldaba se debilitó. En este estudio de caso de Tel Aviv, Erez Maggor demuestra que, en un momento de guerra entre capitalismos políticos, el poder del Estado no basta para relanzar una política industrial.

Antaño matriz principal, el beneficio económico por sí solo se ha vuelto insuficiente para evaluar las fortalezas y debilidades estratégicas del sector privado en el escenario internacional. Para superar las nuevas rivalidades geopolíticas, las empresas deben replantearse sus modelos, prácticas y actividades –e incluso su geografía, que vuelve a cobrar protagonismo–.

No hay distensión en la guerra de los capitalismos políticos entre Estados Unidos y China. Esta semana, Gina Raimondo, Secretaria de Estado de Comercio, pronunció un discurso muy ofensivo en el que detallaba su doctrina sobre la protección del conocimiento y las tecnologías estadounidenses frente a China. La idea subyacente era que se trata de «la mayor amenaza» a la que se ha enfrentado nunca Estados Unidos. De leer para comprender las ambiciones y paradojas de la nueva estrategia estadounidense.

¿Y si Europa está cometiendo un error al intentar emular los modelos de capitalismos políticos surgidos en China y Estados Unidos? Esta es la pregunta que David Edgerton se plantea seriamente en este texto, donde reflexiona sobre la manera en que la economía de la vida cotidiana -la foundational economy en inglés- podría ser mucho más decisiva para mejorar el nivel de vida de los europeos a mediano y largo plazo.