Capitalismos políticos en guerra

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Los gigantes chinos del automóvil eléctrico están conquistando el mundo. Ya han erosionado la base de la poderosísima industria automovilística alemana -hasta el punto de hacerle temer una desaparición total del mercado-. Alessandro Aresu y Alberto Prina Cerai han escrito un estudio indispensable para comprender la profunda dinámica que está configurando el futuro del choque de los capitalismos políticos.

El año pasado, Indonesia produjo casi la mitad del níquel mundial. Explotando un recurso confiscado durante mucho tiempo, el país quiere construir una cadena de valor y aprovechar el auge de los vehículos eléctricos -aunque ello suponga fomentar el proteccionismo asiático-. Mientras Yakarta podría pivotar hacia los BRICS, la guerra de los capitalismos políticos aterriza en un contexto poscolonial.

¿Y si los paralelismos entre la Guerra Fría y la rivalidad sino-estadounidense tuvieran poco sentido? Durante los años 1980, Estados Unidos observó con preocupación el crecimiento económico de Japón, creando toda una serie de medidas que ahora se movilizan contra China. Hoy, esta lucha de cuarenta años podría transformar a Estados Unidos.

La fórmula de Greenspan ha llegado a su fin: el mundo ya no se rige por las fuerzas del mercado. La política ha vuelto. En la guerra extendida, la seguridad nacional es a nuestro mundo lo que el rosa es al mundo de Barbie.
¿Cómo hallar un camino en Europa? Una pieza de doctrina de Aresu.

¿Es éste el final del neoliberalismo? Para algunos, el «pico» ha pasado; para otros, nos estamos asentando en un «estancamiento»: ¿cómo orientarnos e imaginar el después?

En este nuevo episodio de nuestra serie «Capitalismos políticos en guerra», un economista, un historiador y un politólogo proponen abrir nuevas vías.

¿Se ha perdido Europa la revolución de la inteligencia artificial? En una importante entrevista, Fabrizio del Maffeo hace balance de las transformaciones del mercado, destacando las debilidades de Europa tanto en términos de estructuras de inversión como de elecciones estratégicas. Sin embargo, no todo está perdido, tanto en términos de formación como de costes laborales. El continente sigue contando con verdaderas bazas que debe aprender a explotar.

¿Se ha convertido la apertura económica en cosa del pasado? Sin embargo, a la Unión le sigue costando pensar su seguridad económica -a riesgo de poner en peligro su prosperidad futura-. Ahora que la Comisión Europea va a presentar su estrategia de seguridad económica el 20 de junio, Europa tiene la oportunidad de actualizar su software en esta época de los capitalismos políticos en guerra.