
Las autoridades polacas declararon haber derribado, en la noche del 9 al 10 de septiembre, entre las 23:30 y las 6:30, varios drones extranjeros que habían penetrado en el espacio aéreo del país.
Si bien Varsovia solicitó la celebración de consultas en virtud del artículo 4 de la OTAN, en Rusia las reacciones se inscriben en una estrategia que consiste en guardar silencio y, en su caso, negar los hechos.