La población mundial se ha duplicado desde 1974, pasando de 4.000 a 8.000 millones de personas en menos de cincuenta años. Sin embargo, el crecimiento de la población ha disminuido considerablemente desde entonces, cayendo por debajo del 1% en 2020.

África es el único continente con una tasa de fecundidad media muy superior a 2: el nivel necesario para un crecimiento nulo a largo plazo para una población de baja mortalidad es de unos 2,1 nacimientos por mujer. El año pasado fue superior a 5 en ocho países: Malí, Níger, Chad, Nigeria, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Angola y Somalia.

Se prevé que el África subsahariana se convierta en la región más poblada a finales de la década de 2060, superando a Asia central y meridional, cuya población se prevé que disminuya a partir de 2072.

El crecimiento de la población está ahora muy concentrado, y se espera que se acelere en las próximas décadas.

  • Más de la mitad del crecimiento demográfico mundial hasta 2050 se concentrará en ocho países: Egipto, Etiopía, India, Nigeria, Pakistán, Filipinas, República Democrática del Congo y Tanzania.
  • Por el contrario, se prevé que los países de Europa del Este, China y Rusia vean disminuir su población a mediados de siglo.
  • Se calcula que para entonces Bulgaria perderá el 24% de su población actual, Letonia el 23%, Serbia y Lituania el 20%.

Las principales causas de este colapso demográfico en estas regiones son las bajas tasas de natalidad, la migración por motivos económicos -o inducida por conflictos- y la baja inmigración.

  • En Sudamérica, Venezuela se está vaciando de sus habitantes, que van primero al país con el que la frontera es más porosa: Colombia.
  • En la República Centroafricana, la presencia de grupos armados y la frecuencia de las masacres de la población hacen que cientos de miles de personas al año se exilien.

A pesar de las crisis y las situaciones nacionales, la pobreza extrema ha disminuido considerablemente en los últimos 25 años: el 44% de la población mundial vivía con menos de 2 dólares al día en 1974, frente al 10% actual. Sin embargo, el cambio climático y sus consecuencias afectarán primero a los países más pobres, aumentando las hambrunas y reduciendo la capacidad de los más pobres para emigrar a nivel internacional.