Política

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Dentro de 24 horas comienza la votación más importante del año en Europa.

El domingo 15 de octubre, los polacos renuevan su Sejm y su Senado y votan en cuatro referendos. Tras 8 años de gobierno del PiS, el país podría cambiar por completo el domingo… o no cambiar en absoluto. He aquí 10 puntos para comprender una campaña que tendrá un gran impacto en el futuro de Polonia, y del continente.

En la sección 209 de la prisión de Evin, las mujeres llegan conmocionadas y mutiladas. Narges Mohammadi, que acaba de recibir el Premio Nobel de la Paz, también está encarcelada allí. En esta carta de agosto, traducida por primera vez al español, relata la vida cotidiana de este terror ordinario -y hace un llamamiento a las mujeres en lucha de todo el mundo-.

Xhiro. ¿Y si una práctica popular de las orillas del Adriático permitiera comprender los callejones sin salida del proceso de ampliación europea? En un momento en que Emmanuel Macron, Pedro Sánchez, Ursula von der Leyen y otros dirigentes europeos debaten sobre el futuro de la Unión, Lea Ypi convoca del pasado el recuerdo de un paseo por la Albania comunista. Un texto magnífico sobre una Europa que no acaba de enfrentarse a sus propios límites para dar lecciones a los que quieren unirse a ella.

La victoria del PiS no está en absoluto asegurada. Sin embargo, incluso en caso de derrota, Polonia quedará profundamente transformada por los ocho años que el partido de Kaczyński ha pasado en el poder. Según Jarosław Kuisz y Karolina Wigura, no es fácil recuperarse de una experiencia política tan radical: el creciente número de ataques a los fundamentos de la democracia ha agotado al país.

La Unión no tiene otra opción. Para hacer frente a las fracturas de la guerra extendida, debe ampliarse. Para ampliarse, debe transformarse. Fruto de la reflexión colectiva franco-alemana del «Grupo de los Doce», este texto firmado por sus dos ponentes, Olivier Costa y Daniela Schwarzer, enuncia tres vías —sin palabras vanas, pero sin renunciar tampoco a la ambición de una Unión capaz de actuar—.

Las relaciones entre París y Berlín no son buenas en estos momentos -y es un eufemismo-. Hay poco entendimiento por ambas partes, hasta el punto de que los principales pilares de la cooperación franco-alemana parecen estar en punto muerto. Para saber por qué, Michaela Wiegel, corresponsal de FAZ en París, responde a nuestras preguntas.