«Ampliarse a partir de 2030»: el discurso de Charles Michel en Bled
Esta será la cuestión política clave hasta las elecciones europeas del próximo mes de junio -y probablemente más allá-. ¿Qué forma adoptará la próxima ampliación de la Unión Europea? Es el tema crucial que el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, decidió abordar en un discurso esencial en el Foro Estratégico de Bled. Lo traducimos y comentamos línea por línea.
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- El Grand Continent •
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En la inauguración del Foro Estratégico de Bled –que reúne cada año a finales de agosto en Eslovenia a personalidades europeas de alto nivel, en particular de los Balcanes–, el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, acaba de pronunciar un importante discurso sobre la ampliación de la Unión Europea al Este y a los Balcanes Occidentales. En un momento en que esta cuestión va a dominar los debates de las próximas reuniones del Consejo Europeo, se compromete firmemente al proponer una fecha –2030– a partir de la cual la Unión estaría dispuesta a ampliarse. Asimismo, contribuye a crear una oportunidad política capaz de catalizar los esfuerzos necesarios para ello, tanto en el seno de la Unión como por parte de los países candidatos.
La cuestión de la ampliación no es nueva: hace veinte años que los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión reconocieron la «perspectiva europea de los países de los Balcanes Occidentales» en el Consejo Europeo de Salónica de 19 y 20 de junio de 2003, y desde entonces se ha debatido en numerosas ocasiones en las cumbres periódicas UE-Balcanes. Sin embargo, la guerra en Ucrania volvió a situar la cuestión en el primer plano de la mente de los dirigentes europeos. Ya en la Cumbre de Versalles, celebrada los días 10 y 11 de marzo de 2022, se planteó la cuestión de la ampliación de la Unión a Ucrania, antes de que el Consejo Europeo decidiera los días 23 y 24 de junio de 2022 «conceder el estatuto de país candidato a Ucrania y a la República de Moldavia», se declarara «dispuesto a conceder el estatuto de país candidato a Georgia» una vez cumplidas las condiciones, y pidiera «acelerar el proceso de adhesión» de los países de los Balcanes Occidentales.
El reto de la secuencia política que está a punto de comenzar es dar contenido a esta perspectiva. En este contexto, el discurso de Charles Michel prepara el terreno para los debates que podrían comenzar ya en el Consejo Europeo informal de Granada del 6 de octubre de 2023 y prolongarse hasta el Consejo Europeo de diciembre, cuando los Jefes de Estado y de Gobierno podrían decidir la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia. Y ello pronunciándose decididamente a favor de la ampliación, pero a condición de que se cumplan las condiciones para su éxito, lo que probablemente promoverá el consenso entre los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión.
Estimados amigos,
Ayer visité algunas de las regiones afectadas por las recientes inundaciones. Pero también fui testigo del notable coraje del pueblo esloveno. También me impresionaron la concentración y la determinación de las autoridades eslovenas y el liderazgo del Primer Ministro Golob.
La Unión Europea también está prestando un apoyo significativo, junto con sus Estados miembros y con socios como Ucrania y los Balcanes Occidentales.
El título del foro de este año, «Solidaridad para la seguridad mundial», adquiere por tanto todo su significado. La solidaridad es lo que fortalece el tejido de una comunidad. Es lo que nos da la fuerza para afrontar los mayores retos de la vida. Y esta misma solidaridad está en el corazón mismo de la integración europea. Hace más fuerte a nuestra Unión Europea.
Por eso no les sorprenderá que hoy quiera hablar de solidaridad y también de ampliación.
El Foro Estratégico de Bled, organizado cada año por iniciativa del Gobierno esloveno, se ha consolidado como una plataforma central para los intercambios entre los dirigentes de las instituciones europeas y los Jefes de Estado y de Gobierno de los Balcanes Occidentales. Este año participan de nuevo todos ellos. La cuestión de la ampliación de la Unión ocupa un lugar prioritario en su agenda política.
Queridos amigos,
Nos enfrentamos a crisis sin precedentes e interconectadas. Las catástrofes naturales de este verano –aquí en Eslovenia, en Grecia y en todo el mundo– son un recordatorio urgente de que necesitamos gestionar nuestra transición hacia la neutralidad climática.
La guerra en Europa –en suelo ucraniano– ha demostrado que la paz y la democracia no pueden darse por sentadas. Esta guerra no sólo está devastando Ucrania, sino que está teniendo un profundo impacto en el futuro de nuestro continente y en la seguridad mundial.
El Covid-19 también nos ha enseñado algunas duras lecciones: la seguridad sanitaria mundial no es un hecho, ni siquiera en los países desarrollados.
Ante estos retos, la Unión ha demostrado que es capaz de actuar con audacia y decisión. Fuimos los primeros del mundo en decidir que nuestro continente sería neutro en la dimensión climática en 2050. Ante la primera pandemia mundial en un siglo, nos unimos para decidir un plan de recuperación masiva. Y cuando las fuerzas rusas invadieron Ucrania, el Kremlin y muchos otros esperaban una respuesta débil de una Europa dividida. Ocurrió todo lo contrario. En pocas horas, el 24 de febrero, respondimos con sanciones masivas contra Rusia y con entregas de armas y municiones a Ucrania.
Ese día, la Unión Europea se mostró de una forma completamente distinta: rápida, decidida, unida y contundente. Y cuando Putin nos apuntó con su «misil energético», respondimos con un poderoso escudo energético, un auténtico «sistema de defensa energética».
Al diversificar nuestras fuentes de energía y poner fin a nuestra excesiva dependencia de los combustibles fósiles rusos, también hemos revitalizado nuestras alianzas con nuestros socios estratégicos.
Todas estas acciones decisivas han estado guiadas por la solidaridad.
Charles Michel repasa brevemente las principales decisiones adoptadas por el Consejo Europeo en respuesta a las crisis a las que se ha enfrentado la Unión en los últimos años –cambio climático, COVID 19, guerra en Ucrania–. Al hacerlo, subraya hasta qué punto la Unión ha sido capaz de demostrar a sus críticos que estaban equivocados adoptando medidas enérgicas que durante mucho tiempo parecieron impensables: endeudamiento conjunto como parte del plan de recuperación, entrega de armas a Ucrania, fin de la dependencia del gas ruso, el Pacto Verde. Todas ellas son medidas que han transformado profundamente la Unión.
Queridos amigos,
En un mundo cada vez más complejo, los europeos tenemos que tomar decisiones cruciales. ¿Nos conformaremos con una Unión Europea que se limite a gestionar las crisis? ¿O queremos ser un actor global de primer orden que dé forma al futuro? ¿Nos resignamos a un mundo bipolar en el que prevalezca la confrontación? ¿O aspiramos a construir un mundo multipolar basado en la cooperación global?
Ya nos hemos vuelto más influyentes (por ejemplo, en la cuestión de la neutralidad climática), más firmes (por ejemplo, frente a la agresión rusa) y más realistas (por ejemplo, a la hora de trabajar con socios que no están totalmente en sintonía con nuestros valores). También estamos trabajando duro para ayudar a remodelar el enfoque global del desarrollo, porque es esencial para hacer del mundo un lugar más seguro y próspero. Queremos influir más en la creación de un mundo mejor. Y queremos ser más fuertes, siendo un aliado más fuerte.
Por eso estamos construyendo nuestra autonomía estratégica, piedra a piedra.
Desde el inicio de su mandato, Charles Michel se ha comprometido a reforzar la autonomía estratégica de la Unión, que describió como «el objetivo de nuestra generación» en un discurso pronunciado ante el Instituto Bruegel el 28 de septiembre de 2020. Junto con otros dirigentes europeos, en particular el Presidente Macron, su objetivo es insistir en la necesidad de que la Unión Europea sea un actor de pleno derecho en el escenario internacional, lo que implicará reforzar las capacidades de defensa de la Unión, reducir la dependencia energética y construir una base económica más sólida, tal como definieron los Jefes de Estado y de Gobierno europeos en la declaración adoptada el 11 de marzo de 2022 en la Cumbre de Versalles.
Queridos amigos,
Para ser más fuerte y más segura, la Unión debe estrechar sus lazos y hacerse más poderosa. Por eso ha llegado el momento de afrontar el reto de la ampliación. Tanto para nosotros en la Unión Europea como para nuestros futuros miembros. Sí, creo que así deberíamos llamar ahora a los países con perspectivas confirmadas de adhesión a la Unión: los futuros Estados miembros.
Es hora de acabar con las ambigüedades y afrontar los retos que tenemos por delante con claridad y honestidad.
Para los Balcanes Occidentales, el camino hacia la Unión empezó hace más de 20 años: es una región en el corazón de Europa, rodeada por la Unión Europea. También era una región que salía de un conflicto tras la desintegración de Yugoslavia. La Cumbre de Salónica de 2003 confirmó la perspectiva europea de los Balcanes Occidentales. Pero su lento avance hacia Europa ha decepcionado a muchos, tanto en la región como en la Unión.
Estoy de acuerdo con el Canciller Scholz cuando dice que Europa debe cumplir sus promesas. En este mismo momento, los ucranianos están defendiendo heroicamente su país. El Kremlin no sólo está atacando a un vecino libre y soberano. Está atacando todo aquello en lo que creemos: libertad, democracia, prosperidad y cooperación. Por eso, el pasado mes de junio concedimos el estatus de candidatos a Ucrania y Moldavia. A Georgia se le concederá el mismo estatus una vez haya dado los pasos necesarios.
En su discurso pronunciado en Praga el 29 de agosto de 2022, el Canciller Scholz se mostró resueltamente a favor de la ampliación de la Unión, declarando: «Sí, Ucrania, la República de Moldavia y, con el tiempo, Georgia y, por supuesto, los seis países de los Balcanes Occidentales son nuestros, pertenecen a la parte libre y democrática de Europa. Su adhesión a la UE redunda en nuestro interés». Tras recordar que la promesa de ampliación ya se había hecho a los Balcanes Occidentales hace casi veinte años, añadió: «Estas palabras deben traducirse finalmente en hechos».
Así pues, la ampliación ya no es un sueño. Ha llegado el momento de avanzar. Queda mucho trabajo por hacer. Será difícil y a veces doloroso. Para los futuros Estados miembros… y para la UE.
Para ser creíbles, creo que tenemos que hablar de calendarios y obligaciones.
Y tengo una propuesta que hacer. Mientras preparamos la próxima agenda estratégica de la Unión, tenemos que fijarnos un objetivo claro. Creo que tenemos que estar preparados –por ambas partes– para ampliarnos a partir de 2030.
Este es el punto clave del discurso del Presidente del Consejo Europeo: la Unión debe estar preparada para ampliarse a partir de 2030. La definición de ese horizonte temporal cumple varios objetivos. En primer lugar, marca un rumbo claro para los países afectados, especialmente los Balcanes Occidentales, cuyos dirigentes se encuentran en la sala y han expresado públicamente en numerosas ocasiones su decepción por la falta de avances concretos en las dos últimas décadas. En cuanto a Ucrania y Moldavia, esto también elimina cualquier ambigüedad sobre la duración del próximo proceso, cuando varios actores han insistido en los últimos meses en que en la práctica podría llevar años o incluso décadas. Por último, en un sentido más pragmático, este calendario establece un vínculo con varios de los grandes proyectos de la Unión a medio plazo, en particular las negociaciones sobre el próximo presupuesto plurianual, que menciona inmediatamente después. Por último, todo ello tiene como telón de fondo la preparación de la Agenda Estratégica 2024-2029, que deberá ser adoptada por el Consejo Europeo en junio de 2024 y en la que los Jefes de Estado y de Gobierno definirán los grandes ejes estratégicos que guiarán el trabajo de las instituciones europeas durante el próximo ciclo institucional.
Esto significa que el próximo presupuesto a largo plazo de la Unión deberá incluir estos objetivos comunes. Es ambicioso, pero necesario. Demuestra que vamos en serio. Creará impulso. Dará un impulso transformador a la reforma. Generará interés, inversión y comprensión. Y nos animará a todos a trabajar juntos. La oportunidad está abierta: debemos actuar en consecuencia.
Por eso los dirigentes de la Unión Europea debatirán la ampliación en las próximas reuniones del Consejo Europeo. Nos pronunciaremos sobre la apertura de negociaciones con Ucrania y Moldavia.
También espero que se vuelvan a poner sobre la mesa las adhesiones de Bosnia-Herzegovina y Georgia.
Queridos amigos de los Balcanes Occidentales,
Habéis expresado claramente vuestras aspiraciones, y yo deseo que tengáis éxito.
¿Qué hace falta para conseguirlo?
En esta parte, el Presidente del Consejo Europeo repasa los llamados «criterios de Copenhague» que los países candidatos deben cumplir para ingresar en la Unión. Estos criterios fueron definidos por el Consejo Europeo de junio de 1993 con vistas a la ampliación al Este, e incluyen un criterio político (democracia, Estado de Derecho, derechos humanos y defensa de los derechos de las minorías), un criterio económico (una economía de mercado viable) y un criterio institucional (la capacidad de asumir y aplicar el acervo comunitario).
Valores y Estado de Derecho
Nuestra Unión se basa en los valores fundamentales de los derechos humanos y la dignidad humana, la democracia y la solidaridad. El Estado de Derecho garantiza que podamos vivir, trabajar, crear y comerciar lealmente en un amplio espacio de libertad y con pleno respeto de nuestra diversidad. En la Unión Europea, todos los ciudadanos y todas las empresas deben confiar en que serán tratados con equidad, vivan donde vivan o hagan negocios.
Esto incluye el respeto de los derechos de las minorías.
El énfasis en el Estado de Derecho también forma parte del considerable refuerzo de los mecanismos específicos de la Unión Europea en los últimos años. Tras la reunión del Consejo Europeo de los días 17 a 21 de julio de 2020 sobre el plan de recuperación y el presupuesto plurianual, la Unión Europea adoptó un Reglamento relativo a un sistema general de condicionalidad para la protección del presupuesto de la Unión contra las violaciones del Estado de Derecho que afecten o puedan afectar gravemente a la buena gestión financiera del presupuesto. Este reglamento entró en vigor el 1 de enero de 2021 y desde entonces se ha activado contra Hungría, con la decisión adoptada en diciembre de 2022 de suspender el pago de 6.300 millones de euros.
En cuanto a la cuestión de los derechos de las minorías, se trata de un tema especialmente sensible en los Balcanes Occidentales y en Ucrania, donde existe una minoría húngara, cuestión que ha ganado recientemente en importancia y virulencia en los discursos del Primer Ministro húngaro.
Reformas
La ampliación es y seguirá siendo un proceso basado en los méritos.
La pertenencia a la Unión conlleva tanto responsabilidades como ventajas. Si queremos asumir las primeras y cosechar las segundas en un entorno altamente competitivo, tenemos que estar preparados.
Esto significa garantizar que el poder judicial pueda funcionar con independencia y que pueda luchar contra la corrupción y la delincuencia organizada.
También debemos estar preparados en términos económicos, en particular adoptando el acervo comunitario. Y necesitamos apoyo en política exterior. Esto es ahora más importante que nunca.
Tratar las cuestiones bilaterales/regionales
Resolver los conflictos bilaterales del pasado puede ser más doloroso que la reforma. Pero es necesario. Ustedes están siguiendo el mismo camino que los miembros fundadores de nuestra Unión. No puede haber cooperación sin reconciliación, y debo decirlo claramente: en la Unión no hay lugar para los conflictos del pasado.
Su pueblo, especialmente los jóvenes, quieren inspirarse en un futuro más brillante, más justo y más próspero. Unirse a nuestra Unión sería un brillante ejemplo de éxito colectivo.
Lo ideal sería que todos se unieran, pero los futuros Estados miembros se encuentran en distintas fases de su camino hacia la UE. Por tanto, debemos asegurarnos de que los conflictos del pasado no se importen a la Unión y se utilicen para bloquear la adhesión de sus vecinos y futuros Estados miembros.
Una solución podría ser añadir una «cláusula de confianza» a los tratados de adhesión para garantizar que los países que acaban de ingresar en la Unión no puedan bloquear a los futuros Estados miembros.
Estimados amigos,
Para hacer frente a todos estos retos, la Unión Europea está intensificando el apoyo que os brinda, pero tenemos que hacer más para salvar la brecha del desarrollo.
En primer lugar, tenemos que integrar gradualmente las políticas de la Unión, para que sus beneficios se dejen sentir más rápidamente, incluso antes de que se haya producido la adhesión. Propuse esta idea el año pasado y el Consejo Europeo la apoyó. El paquete de ampliación de la Comisión, previsto para octubre, brindará la oportunidad de definir los detalles concretos de esta integración gradual.
Esto podría tener lugar en varios ámbitos. El mercado único, por ejemplo. Tenemos marcos ambiciosos que animan a los futuros Estados miembros a alinearse con el acervo comunitario. Pueden aprovechar las opciones existentes, como las comunidades de la energía y el transporte.
Propongo que utilicemos estos marcos para integrar gradualmente a los futuros Estados miembros en ámbitos políticos específicos de la UE, una vez cumplidas las condiciones. Por ejemplo, un país podría participar en la formación pertinente del Consejo una vez que haya concluido las negociaciones en el capítulo político de que se trate.
Con el mismo espíritu, hemos establecido el principio de cumbres anuales entre la Unión y los Balcanes Occidentales. Convocaré nuestra próxima Cumbre UE-Balcanes Occidentales en diciembre, justo después de la reunión del Consejo Europeo.
Otro ámbito de integración progresiva podría ser la seguridad y la defensa. Podríamos invitar a los futuros Estados miembros interesados a participar más activamente en determinadas políticas o herramientas, como las misiones de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), nuestro Fondo de Defensa o el Fondo Europeo para la Paz.
La noción de integración progresiva a la que se refiere aquí Charles Michel figura en las conclusiones del Consejo Europeo de los días 23 y 24 de junio de 2022, que invitó a la Comisión a presentar propuestas en este sentido en el marco del informe que presentará sobre la ampliación el próximo mes de octubre.
La Unión Europea también debe prepararse para la ampliación. Estoy totalmente de acuerdo con el Presidente Macron: sería un error fundamental no hacer reformas por nuestra parte antes de la próxima ampliación.
Emmanuel Macron reiteró este punto esta mañana en su discurso ante la Conferencia de Embajadores.
Seamos sinceros: a veces hemos utilizado la falta de progreso de los futuros Estados miembros para evitar cuestionar nuestro propio grado de preparación. Ahora tenemos que analizar seriamente la capacidad de la Unión Europea para absorber nuevos miembros. A veces se considera erróneamente que esto es un obstáculo oculto a la adhesión. No lo es. Es lógico que los nuevos Estados miembros se incorporen a una Unión eficiente.
La noción de capacidad de absorción se añadió a los criterios de Copenhague en diciembre de 2006, tras la gran ampliación al Este de 2004. Se refiere a la capacidad de la Unión para acoger a nuevos miembros en un momento dado, sin poner en peligro los objetivos políticos establecidos en los Tratados.
También tiene sentido para los Estados miembros actuales –si crea nuevas oportunidades–.
Estimados amigos,
La integración de nuevos miembros en nuestra Unión no será fácil. Afectará a nuestras políticas, programas y presupuestos.
Exigirá reformas y coraje político.
El territorio y la demografía de la UE crecerán. Sin embargo, su prosperidad relativa no será inmediata: se necesitarán fondos sustanciales para ayudar a los países a ponerse al día. Debemos garantizar que el presupuesto de la Unión aporte valor añadido europeo para todos.
El PIB de los futuros Estados miembros equivale aproximadamente al 50-70% del de la economía más pequeña de la Unión Europea. Esto significa que serán beneficiarios netos. Por otra parte, varios beneficiarios netos actuales se convertirán en contribuyentes netos.
Por tanto, tenemos que determinar cómo podemos gestionar esta compleja transición.
El proceso de toma de decisiones de la Unión ha dado un gran salto adelante en los últimos años. Pero podemos hacer más para acelerarlo aún más. Más miembros significará mayor diversidad.
Tendremos que adaptar nuestro marco institucional y nuestros procedimientos para que una Unión ampliada pueda tomar decisiones eficaces y oportunas. En cuanto a la difícil cuestión de la unanimidad, creo que suprimirla sería como tirar el grano con la paja.
De hecho, la unidad es la base de la fuerza de la Unión Europea. Es la mejor manera de garantizar que las decisiones se apliquen de manera uniforme.
Hay varias maneras de unirse.
Cuando decidimos activar el Fondo de Apoyo a la Paz para financiar la entrega de armas a Ucrania, los Estados miembros neutrales recurrieron a la abstención constructiva para no impedir la unanimidad.
También hay varias formas de adaptar el voto por mayoría cualificada, tanto en términos numéricos como de aplicación.
Será un problema difícil de resolver. Pero hoy no hay forma de evitar este debate.
La cuestión del mantenimiento o no del voto por unanimidad en el seno de la Unión es actualmente objeto de un nuevo examen, en particular tras la propuesta formulada por el Canciller Scholz en su discurso de Praga de «pasar progresivamente al voto por mayoría en política exterior común, pero también en otros ámbitos, como la política fiscal». Como Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel ha defendido en repetidas ocasiones el principio del voto por unanimidad, señalando, como hace aquí, que este principio no ha impedido a la Unión tomar medidas enérgicas en los últimos años, en particular en respuesta a la crisis del COVID (plan de recuperación, compras conjuntas de vacunas) o a la guerra en Ucrania (suministro de armas). Al mencionar la opción de la abstención constructiva –utilizada, por ejemplo, por Hungría en la cuestión del suministro de armas a Ucrania desde el inicio de la guerra– y las modalidades precisas de votación por mayoría cualificada, esboza varias vías que podrían ayudar a construir un consenso entre los Jefes de Estado y de Gobierno.
Queridos amigos,
Permítanme compartir con ustedes una convicción personal.
El corazón de la ampliación no es una cuestión de procesos, evaluaciones, negociaciones y tratados.
El corazón de la ampliación son las personas. Se trata del futuro de nuestros hijos y del destino de Europa. Así que tenemos que asegurarnos de que sabemos cómo ganarnos sus corazones.
Este es quizá nuestro mayor reto.
Se trata de explicar la Unión Europea. Y destacar sus ventajas. También se trata de superar el lenguaje del pasado para centrarnos en el futuro.
Es una elección para la sociedad.
Con verdadera voluntad política, podemos garantizar que la Unión y los futuros Estados miembros estén preparados.
Ahora es el momento de ser audaces. Ahora es el momento de construir juntos nuestro gran futuro europeo.
Gracias por su atención.