Dentro de la serie de publicaciones «Kabul, dos años después», conocimos a Mostafa Hazara, uno de los ganadores de la beca Habib Sharifi en 2023. Nacido en 1989 en la región afgana de Behsoud, Mostafa Hazara pasó su infancia en Irán, donde sus padres pidieron asilo. A su regreso a Afganistán, en 2005, dirigió la Fundación Cultural Afgana y se consagró como poeta antibelicista y poeta del Pole-e-sokh (barrio del oeste de Kabul). Es periodista de prensa escrita y televisión y organiza festivales (de poesía contemporánea, de poesía para jóvenes, Diez años de ficción en Afganistán). Huyó a Francia tras el regreso de los talibanes en agosto de 2021.

Esta conversación pone fin a este dosier especial sobre la caída de Kabul. Puede consultar toda la serie aquí -y suscribirse a la revista para descubrir nuevos contenidos exclusivos cada día-.

Usted pertenece a la etnia hazara, ¿podría hablarnos más de ese grupo étnico en Afganistán?

A los hazaras, el grupo étnico al que pertenezco, se les llama a veces los «judíos de Afganistán». En su día fueron objeto de genocidio bajo el reinado de Abdur Rahman (emir de Afganistán de 1880 a 1901). Hoy, en la ideología de los talibanes, matar a siete hazaras te permite ir al Paraíso, porque nos consideran infieles ya que somos chiíes. Los gobiernos han cambiado en los últimos 120 años, pero la persecución de los hazaras ha sido una constante en la vida política del país.

Usted nació en Irán, pero trabajó en Afganistán entre 2005 y 2021. ¿Podría repasar las principales etapas de su vida?

Procedo de la región afgana de Maidan, cuyo centro administrativo es la ciudad de Behsoud (بهسود), que se encuentra en la frontera entre las regiones hazara y pastún. Behsoud es también el nombre de una de las principales tribus hazaras. Tras el genocidio de los hazaras a finales del siglo XIX, cuatro tribus hazaras desaparecieron por completo. Las otras se refugiaron, unas en Irán, otras en la región afgana de Behsoud, donde las tribus pastunes saqueaban regularmente la tierra para alimentar a sus rebaños.

Mi padre vivía y trabajaba en Kabul. El día que los comunistas invadieron la ciudad, según me contaba mi madre, mis padres tuvieron que abandonar su casa en menos de cinco minutos, igual que yo, 30 años después, tuve que abandonar Kabul en 2021. La guerra y la brutalidad del exilio parecen repetirse idénticamente de una generación a la otra.

A ese barrio, situado al oeste de Kabul, en la parte hazara de la ciudad, lo llaman «el pequeño París», pero yo prefiero llamarlo «la capital de las palabras».

MOSTAFA HAZARA

Mis padres se fueron a Irán porque querían que sus hijos crecieran hablando persa. Nací y crecí en Irán. Y estuve ahí hasta antes de ingresar a la preparatoria. No regresé a Afganistán sino hasta el derrocamiento de los talibanes, en 2005. Allí empecé a trabajar como periodista. Tras terminar mis estudios, empecé a trabajar para la televisión y, más concretamente, para Moby Media Group, que es el mayor grupo mediático de Afganistán.

En 2015-2016, pasé por dos episodios trágicos que provocaron trastornos en mi vida personal y profesional. El primero tuvo lugar el 20 de enero de 2015. Fue conocido como el «miércoles negro». Iba en un autobús con compañeros de Moby Media Group. Me bajé y pocos minutos después oí una explosión y vi una nube de humo sobre el autobús, que acababa de sufrir un atentado. En aquel atentado perdí a seis amigos y a un primo que enterré con mis propias manos.

La guerra y la brutalidad del exilio parecen repetirse idénticamente de una generación a la otra.

MOSTAFA HAZARA

Al año siguiente, participé en la organización de una de las mayores manifestaciones hazara en de la historia de Afganistán, el 23 de julio de 2016. Estaba entrevistando a alguien al margen de la manifestación. El sol brillaba sobre los edificios, pero de repente todo se volvió negro. Vi a la gente caer a mi alrededor sin entender ni oír nada, porque estaba ensordecido y aturdido por una primera explosión. Una segunda explosión me despertó. Ese día murieron 97 personas, incluyendo muchos amigos.

Usted no sólo es periodista, sino también poeta. ¿Cómo encaja la poesía en su vida, dedicada principalmente a la política? Se describe a sí mismo como un poeta «antibelicista». ¿Qué significa eso en la práctica?

Paralelamente a mi carrera como periodista, empecé a escribir poesía y a trabajar con la Asociación de Escritores de Afganistán, y después con la Casa de Escritores Afganos (Kâshân-é névisandéhâ-yé Afghânestân en persa). En aquella época, la poesía en persa era extremadamente oscura, muy negativa. Publiqué mi primera colección Pol-é sorkh (El puente rojo), que tuvo cierto éxito y ganó el premio Dedo de Oro (Golden Finger) al mejor libro del año. Entonces me uní a la Unión de Escritores Afganos, que había desaparecido durante la guerra civil y bajo el gobierno talibán.

Durante 50 años, la literatura afgana ha contado con el apoyo de los poderes políticos, ya fuera bajo la monarquía, el gobierno comunista, la república o el gobierno talibán. Esos cuatro regímenes contaron con poetas y escritores que los apoyaron. Yo intento escribir literatura que no esté al servicio del poder político.

Los talibanes también tienen una política cultural. Una de las únicas manifestaciones culturales que perduraron bajo el régimen talibán fueron las noches de poesía. Seraj Haqqani, actual ministro del Interior de Afganistán, y su hermano Anas Haqqani, portavoz del gobierno, dirigen directamente la política cultural del Emirato Islámico de Afganistán.

Intento escribir literatura que no esté al servicio del poder político.

MOSTAFA HAZARA

También creamos la Fundación Cultural Afgana, que incluía escultura, traducción y música. Intentamos preservar la cultura nuristaní en particular. En general, diría que el arte más político de Afganistán es la poesía, porque sirve tanto para apoyar al gobierno como para expresar el sufrimiento de su pueblo.

Su libro Pol-é Sorkh se refiere en realidad a un barrio de Kabul. ¿Podría describir este barrio y por qué lo eligió como título de un poemario?

A ese barrio, situado al oeste de Kabul, en la parte hazara de la ciudad, lo llaman «el pequeño París», pero yo prefiero llamarlo «la capital de las palabras». Kabul es una de las ciudades más peligrosas del mundo, pero en medio de esta ciudad, Pol-é Sorkh, que es tan grande como Châtelet, es una isla de cultura, llena de cafés, librerías y editoriales. Hay jóvenes artistas sin un céntimo que gastan el poco dinero que tienen en libros y té. Todos los afganos que han ganado premios literarios internacionales proceden de ese barrio, cuyo nombre también se ha convertido en sinónimo de la generación de intelectuales de la República Afgana.

El peligro era constante. Cuando organizábamos noches de poesía, nos acompañaban cinco guardias de seguridad. 

MOSTAFA HAZARA

Poema de Mostafa Hazara

در پاریس به خواب میروم

در کابل بیدار میشوم

در تهران گلوله میخورم

و در رویای آزادی

میمیرم 

برای وطنم گریه میکنم

سرم را بلند میکنم

چون باران اردیبهشت

بر حوالی دشتبرچی

روی قطرههای خون گریه میکنم

Me duermo en París 

Despierto en Kabul

Recibo una bala en Teherán 

Y con la esperanza de la libertad 

Muero

Lloro por mi país 

Levanto la cabeza 

Como la lluvia de primavera 

En Dasht-e-Barchi 

Lloro sobre las gotas de sangre 

*

¿En qué lengua se escribía la poesía?

Históricamente, la lengua administrativa de Afganistán ha seguido siendo el dari, a pesar de los cambios de gobierno. Incluso cuando turcos o pastunes estaban en el poder. Como consecuencia, la lengua literaria dominante en Kabul era también el dari.

¿Cómo fue posible continuar con la vida literaria y artística a pesar de los atentados terroristas?

El peligro era constante. Cuando organizábamos noches de poesía, nos acompañaban cinco guardias de seguridad. A pesar del peligro, la creación artística era una necesidad, porque si no estuviéramos ocupados soñando o imaginando mundos mejores, probablemente habríamos hecho lo que hicieron nuestros padres: tomar las armas y matarnos unos a otros.

En general, me parece esencial que las personas y los artistas no contribuyan a reforzar el odio hacia los demás por motivos étnicos o nacionales. En Afganistán, tengo muchos amigos pastunes a pesar de que los gobiernos pastunes han perseguido a mi familia y a la gente de mi etnia. Esto puede parecer obvio, pero si nos fijamos en las consecuencias de la invasión rusa en Ucrania, pocas personas se esfuerzan realmente por distinguir entre el pueblo y el gobierno, como han demostrado los numerosos boicots a artistas rusos. La ideología conduce a la guerra, pero la cultura puede ayudarnos a salir de ella algún día. Lo he visto en Afganistán, pero pasa lo mismo en todos los países devastados por la guerra.  

¿Qué significa, desde un punto de vista estético, escribir poesía «antibelicista»?  

Tengo dos fuentes principales de inspiración. En la literatura clásica, principalmente Mowlana (Rumi). En la literatura contemporánea, aprecio la obra de Wasef Bakhtari y Bidel Dehlawi.

Otra forma de poesía opuesta a la guerra son los llamados landays1. Encontré un landay de hace 120 años que dice que cualquiera que construya armas es responsable de todas las muertes que puedan causar. Data de la época del genocidio hazara.

*

Landay

د ښه ټوپکو استاکاره- د ښه ځوانانو خون به ستا به غاړه وینه

ای سازنده تفنگهای خوب

خون جوانان خوب بر گردن توست

Comprador de buenas armas – la sangre de la buena juventud sangrará en tu cuello

Ay, fabricante de armas de ensueño

La sangre de la juventud está en tu cuello

*

Otro landay, de un periodo de la guerra civil, alaba el amor entre dos individuos, uno musulmán y otro hindú. No podemos saber el género de ninguno de los dos porque no hay concordancia de género ni en pastún ni en persa. Estos poemas son intentos de utilizar la literatura para superar los conflictos étnicos y religiosos que desgarran el país y a sus habitantes.

*

[Pastún]

یارمه هندو زه مسلمان یم

د یار د پاره درمسال جاروکومه.

[Persa]

یارم هندو هست و من مسلمانم

به خاطر یارم خاک درمسال را جارو میکنم

Mi amor es hindú y yo soy musulmana

Por mi amor barreré el polvo de su dharamshala [lugar de culto sij]

*

También existe un repertorio de poesía popular dentro de la cultura hazara, llamado do bayti (literalmente «de dos versos»). Se trata de poemas cortos en persa o en dialecto hazara que cuentan historias de amor y sirven para transmitir las tradiciones a las nuevas generaciones. Dentro de esta tendencia hay una subcategoría llamada Mokhte. Se trata de poemas improvisados por mujeres en honor de miembros de la tribu que han sido asesinados o han muerto, con el fin de superar su dolor. 

*

Poema de Rumi que inspiró la obra de Mostafa Hazara

[Persa]

مرده بدم زنده شدم گریه بدم خنده شدم

دولت عشق آمد و من دولت پاینده شدم

گفت که دیوانه نهای لایق این خانه نهای

رفتم دیوانه شدم سلسله بندنده شدم

گفت که سرمست نهای رو که از این دست نهای

رفتم و سرمست شدم وز طرب آکنده شدم

گفت که تو کشته نهای در طرب آغشته نهای

پیش رخ زنده کنش کشته و افکنده شدم

گفت که تو زیرککی مست خیالی و شکی

گول شدم هول شدم وز همه برکنده شدم

گفت که تو شمع شدی قبله این جمع شدی

جمع نیم شمع نیم دود پراکنده شدم

گفت که شیخی و سری پیش رو و راهبری

شیخ نیم پیش نیم امر تو را بنده شدم

گفت که با بال و پری من پر و بالت ندهم

در هوس بال و پرش بیپر و پرکنده شدم

Estaba muerto, vivo aquí estoy. Fui lágrimas, risas aquí vengo.

Felicidad de amor aquí vengo. Amor eterno aquí estoy. 

Él dijo «pero no estás loco, no eres digno de esta casa». 

Me fui y me volví loco. Aquí estoy, como los atados. 

Él dijo «No, no estás borracho. Vete, no eres de ese tipo».

Me fui y ahora aquí estoy, borracho y lleno de alegría.

Él dijo: «Ah, pero tú no estás muerto. La alegría no te ha ensuciado».

Aquí estoy, destrozado, frente a su rostro que da vida y muerte.

Él dijo «Ah, sí eres astuto, emborrachado por las dudas y los pensamientos

Tan ignorante y temeroso, desprendido de todo, aquí estoy».

Él dijo «Eres una vela, el lugar al que reza la congregación».

Aquí estoy, congregación, ni vela ni humo disperso. 

Él dijo «Tú eres el sheikh, la cabeza, al frente diriges el camino».

Sheikh no soy ni el que dirige el camino, tu seguidor del orden, aquí estoy. 

Él dijo «Tú tienes pluma y ala. Yo no te doy ala ni pluma».

Deseando estas plumas estas alas, sin ala ni pluma aquí estoy.2 

Realización: Balthazar Morvan. Postproducción: Martin Henrion. Basado en una propuesta de Sophie Nauleau. Gracias a Nahal Tajadod y a Inès Saidani.

¿Han recibido todas esas iniciativas el apoyo de la comunidad internacional?

Para ser sincero, no lo suficiente. Cada vez que les hablaba de proyectos poéticos, la embajada estadounidense me decía «¿podrías escribir poesía sobre mujeres que hagan pasteles?”. Luego iba a la embajada británica y me decían: «¿Podrías hacer un proyecto divertido y desenfadado que dé esperanza?”. Me horrorizaban esas peticiones, totalmente alejadas de la realidad del país. Por el contrario, desde hace 15 años, el gobierno francés es el único que invierte seriamente en la vida cultural del país.  

*

Poema de Mostafa Hazara

شما درست گفتید

حق با شما بود

ما باید گلوله بخوریم

تا دردهایمان خوب شود

روزی سه بار

نان صبح گلوله

راس ظهر گلوله

شام گلوله

و آب

چه آبی گواراتر از خون ریختهمان

که از قلب هندوکش آمده

Tú eres el que tiene razón

Tú eres el que dice la verdad

Deberíamos recibir una bala

Para hacer que el dolor cese

Tres veces al día

En el desayuno una bala

En el almuerzo una bala

Por la noche una bala

Y agua

¿Qué mejor agua que la sangre derramada

que sale del corazón del Indou Kouch?

*

¿La caída de Kabul fue inesperada para usted?

Antes de la caída de Kabul, yo ya vivía casi clandestinamente porque soy hazara y trabajaba para el gobierno. Por lo tanto, era un blanco seguro. En cinco meses, cambié de departamento cinco veces, y pasé dos meses en el hospital donde mi madre estaba siendo tratada por un Covid muy grave. También nos decían que la zona de cuidados intensivos por Covid era, paradójicamente, un lugar más seguro porque nadie quería acercarse (por la enfermedad).

El gobierno francés me dijo antes de la caída que podían darme un lugar en el avión para irme de Kabul. Yo quería quedarme, pero mi madre me convenció de que me marchara porque mi presencia como periodista y activista de la poesía representaba un peligro para ella.

Antes de la caída de Kabul, ya vivía casi clandestinamente porque soy hazara y trabajaba para el gobierno.

MOSTAFA HAZARA

Cuando me enteré de que los talibanes estaban en la ciudad, agarré dos trajes, pero no los adecuados sino los de mi hermano que es mucho más robusto, una barra de chocolate y paracetamol, y me dirigí al aeropuerto en autobús. En el autobús, los talibanes nos pararon en la puerta del aeropuerto, justo a un lado de las tropas estadounidenses. Un soldado estadounidense se acercó y me dijo que podía pasar. En ese momento, un talibán reconoció en mis ojos que yo era hazara porque nuestros ojos tienen una forma inconfundible en cualquier parte de Afganistán. Me golpeó con la culata de su fusil. Caí al suelo, pero el soldado estadounidense que estaba a mi lado me agarró, me dijo «quédate conmigo» y me escoltó hasta la entrada del aeropuerto. Más tarde intenté encontrar al soldado que me salvó la vida, pero creo que murió en el ataque contra el aeropuerto de Kabul el 26 de agosto… En el aeropuerto, encontré tropas francesas que me dieron una visa. Me llevaron a Doha y luego a París.

*

Poema de Mostafa Hazara

سکوت کردیم

به یاد کشتهگان امروز کابل

دوستم آهسته در گوشم گفت:

خوش به حالت که زندهای

یعنی کابل نیستی

یعنی لعنتی زنده موندی و در پاریسی

وگرنه امروز خدا میداند

پشت کدام تکه تنت میگشتند

لعنتی چقدر بیرحم است زندگی

لعنتی چقدر پلشت است خوشبختی

گاهی

Hemos callado

Pensando en las matanzas de hoy en Kabul.

Mi amigo me dijo al oído

Que suerte tienes de estar vivo

Es decir, de no ser Kabul

Es decir que todavía estás jodidamente vivo

De lo contrario hoy sólo Dios sabría 

Qué parte de tu cuerpo estaríamos buscando. 

La vida es tan jodidamente cruel.

Qué jodidamente sucia es la suerte

A veces.

Notas al pie
  1. Landay es el nombre de una pequeña serpiente muy venenosa. Por extensión, se refiere a poemas muy cortos, una forma de expresión popular entre las mujeres afganas. Hablamos de ello en otra entrevista de la serie «Kabul: 2 años después», con la artista Rada Akbar.
  2. Traducción (Le Livre de Shams de Tabriz, Jean-Claude Carrière, Mahin Tajadod & Nahal Tajadod, Éditions Gallimard)