«En Ucrania, la movilización debería empezar a los 20 años. Hemos perdido demasiado tiempo».
En Ucrania, Taras Chmut es una figura importante. Es analista militar, veterano del frente en el Donbas y director de una organización benéfica muy respetada; su voz llega desde la sociedad civil hasta el Estado Mayor. En una entrevista a profundidad, compartida y comentada cientos de miles de veces, ofrece su análisis de la evolución en el frente y explica por qué la clave estratégica reside en un cambio importante: rebajar sustancialmente la edad de movilización.
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- El Grand Continent •
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La guerra a gran escala que asola Ucrania desde hace más de dos años exige una adaptación constante. Con unas hostilidades que se extienden a lo largo de más de 1 000 kilómetros y la intensificación de los ataques a las infraestructuras, el gobierno se ha visto obligado a endurecer su política de movilización. Sin embargo, la firma a principios de abril por Volodimir Zelenski de una ley que reduce la edad de movilización de 25 a 27 años ha suscitado un vivo debate en la sociedad.
En una entrevista publicada en Ukrayinska Pravda el 11 de abril de 2024, Taras Chmut aboga por rebajar la edad de alistamiento a los 20 años. Analista militar y veterano de la ATO, la operación antiterrorista en el Donbass, sus opiniones y análisis son especialmente influyentes. Desde 2020, dirige una de las mayores organizaciones benéficas del país, Come Back Alive, la primera en obtener el derecho a comprar armas letales para el ejército en 2022.
Empecemos por lo básico: ¿cómo valora la situación actual en el frente?
Taras Chmut- Actualmente estamos en una especie de impasse: los rusos no han conseguido apoderarse rápidamente de Ucrania, ni intimidarnos con la fuerza, armas nucleares, ataques aéreos o cortes de electricidad. Tampoco han logrado destruir por completo el apoyo occidental. Así que Moscú ha pasado a lo que más le conviene: el juego a largo plazo, una guerra de desgaste.
¿Qué ocurre en nuestro bando? Tenemos una visión de la guerra diferente a la de nuestros socios occidentales. Internamente, sorprende ver cómo ciertos procesos se convierten en confrontación política. Me refiero sobre todo a la impotencia total del Parlamento, la presión ejercida sobre las empresas y el comportamiento destructivo de las fuerzas del orden y los servicios especiales [sobre todo el SBU, Service de Seguridad de Ucrania].
En este contexto, los rusos reorganizan las importaciones de componentes para fabricar armas y equipos, preparan la próxima movilización y entrenan a 300 mil personas para el verano.
Necesitamos algo para contrarrestarlos.
Varias fuentes hablan de una futura oleada de movilizaciones en Rusia que podría llevar al alistamiento de 300 mil combatientes más. Uno de los objetivos podría ser entonces capturar Jarkov, la segunda ciudad del país, con una población de 1.4 millones de habitantes en 2022.
Por el momento, el Kremlin no ha anunciado oficialmente una nueva movilización, que sin duda sería muy impopular. Pero Moscú está fomentando el alistamiento de voluntarios con contratos de duración determinada (normalmente tres años) para reforzar sus tropas. Tras el atentado de Crocus Hall, el Ministerio de Defensa ruso declaró haber registrado un aumento del 60% en el número de voluntarios de este tipo.
En algunas regiones estamos recuperando territorio, en otras, por desgracia, lo estamos perdiendo. Y en otras, estamos resistiendo heroicamente, intentando ejercer presión donde podemos.
Pero ya estamos en 2024. La guerra empezó hace 10 años, y estamos en el tercer año de la gran guerra [abierta en febrero de 2022 con la invasión a gran escala de Ucrania]. ¿Cuánto tiempo podremos resistir?
Mucha gente en Kiev cree que ya ganamos. Algunos han olvidado que la guerra sigue. Tenemos que recordar que puede volver a la capital.
Debemos evitar caer en la ilusión en la que estaba sumida Rusia antes de la invasión de febrero de 2022. Eso fue lo que condujo a su derrota en la primera fase de la guerra total. Y es, espero, lo que conducirá a su futura derrota a largo plazo.
Vitali Klitschko [alcalde de la capital] dijo recientemente que Kiev seguía siendo un objetivo para Rusia. ¿Cómo se prepara la ciudad ante la posibilidad de un ataque?
No es sólo una cuestión de preparación de Kiev, sino de todo el país.
En los últimos meses, hemos estado construyendo líneas de fortificaciones defensivas de alta calidad que se extienden desde la región de Zhitomir hasta la región de Odessa, algo que debería haberse hecho desde 2015. Lamentablemente, sin embargo, llegó demasiado tarde.
En noviembre de 2023, Kiev anunció la construcción de una vasta red de 2 mil kilómetros de fortificaciones a lo largo de tres líneas, para lo que se habían destinado 800 millones de dólares. Más de cinco meses después del anuncio, los resultados siguen siendo insuficientes y la línea de defensa ucraniana es menos extensa que la construida por Rusia, que permitió detener la contraofensiva del verano de 2023.
En general, los medios de ingeniería son probablemente lo que más le faltó a Ucrania durante su contraofensiva del verano/otoño de 2023. Sin equipos para cruzar y destruir obstáculos, limpiar minas, rellenar trincheras, etc., la caballería, la infantería y la artillería de que disponía el ejército ucraniano resultaron mucho menos eficaces.
¿Está preparada Kiev hoy? En comparación con 2022, la ciudad está mucho mejor preparada.
Pero los rusos también pueden estar mejor preparados. Ya no se tratará de que un convoy de policías antidisturbios o guardias con escudos para dispersar manifestaciones se desplace tranquilamente en camiones hacia la capital. Si hay un ataque, podría ser una verdadera ofensiva combinada, según las reglas del juego.
¿Creo que habrá un ataque contra Kiev? No sé. Partamos de los peores escenarios posibles para estar mejor preparados. Si el ataque no se produce, tanto mejor: nuestros preparativos pueden haber ayudado. Si ocurre, sabremos que hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos.
Las ciudades de Jarkov, Zaporizhia y Sumy son actualmente objeto de operaciones de desestabilización psicológica (PsyOps) en las redes sociales. Rusia subraya la inminencia de ofensivas a gran escala en esas zonas. ¿Cuál es la situación en tales ciudades?
Esas ciudades están geográficamente más cerca unas de otras, por eso la gente habla de ellas. Para llegar a las afueras de Kiev, hay que atravesar los oblasts de Chernihiv y Kiev. Y Jarkov está a un paso.
¿Existe tal amenaza? Es obvio que existe, porque cada día hay más ataques y las ciudades están al alcance de diversas armas.
Jarkov, que está a cierta distancia de los sistemas lanzacohetes [rusos], no puede desplegar un sistema Patriot porque quedaría saturado y destruido. La distancia es muy importante.
Cuando Jerson fue liberada, Mikolaiv empezó a vivir de nuevo. ¿Por qué? Porque la distancia [del frente] aumentó. Por desgracia, Jerson es golpeada todos los días y ahora está en peligro. Pero gracias a la distancia, la región de Mikolaiv se está recuperando.
Volodimir Zelenski dijo recientemente que Rusia se estaba preparando para una nueva ofensiva en mayo o junio. ¿Cómo podría ser?
Podría suponer la movilización de 300 mil personas más.
¿Dónde se lanzará? ¿En las regiones de Jerson, Zaporizhia, Donetsk, Luhansk, Jarkov, Chernihiv, todo el norte o toda la línea del frente? No lo sé y no estoy seguro de que alguien lo sepa hoy.
Creo que los propios rusos están elaborando los planes.
Al mismo tiempo que prepara la ofensiva, Rusia ha empezado a bombardear infraestructura energética de Ucrania. ¿Cuál es el objetivo de esos ataques?
Hoy, una pequeña parte de la red de transmisión y una parte significativa de la capacidad de producción de electricidad han quedado fuera de servicio. No mencionaré porcentajes ni detalles porque la situación es cambiante.
El jueves 11 de abril, un misil ruso destruyó completamente la central eléctrica de Tripilska, a unos diez kilómetros al sur de Kiev. Se trata de la segunda central eléctrica de carbón (segunda fuente de electricidad del país) destruida desde el comienzo de la guerra. En total, Rusia ha destruido o dañado más del 95% de la capacidad de generación de electricidad a partir de carbón de Ucrania desde el 24 de febrero de 2022.
Pero si tales ataques se produjeran, por ejemplo, en invierno, y nos enfrentáramos a un grave problema social debido a la incapacidad de la población para mantenerse caliente, sería necesaria una respuesta eficaz y rápida por parte de Occidente.
¿Y qué vemos ahora? Nada de nada. Llega el verano, y el consumo de electricidad para enfriar los edificios aumentará.
Luego vendrá el otoño. ¿Cómo vamos a pasar el próximo invierno? Sin duda será más difícil que el año pasado.
Hablemos de nuestros puntos fuertes. ¿En qué somos mejores que los rusos en este momento?
En muchas zonas del frente estamos en posición defensiva, lo que siempre es más fácil.
También somos capaces de lanzar ataques combinados hasta 1 500 kilómetros de profundidad en territorio ruso. Rusia es un país grande y es imposible cubrirlo todo con defensas antiaéreas. Siempre será posible encontrar nuevos objetivos, lo que supone una ventaja para nosotros.
Incapaz de imponerse sobre el terreno debido a la escasez de equipos, municiones y soldados, Ucrania está perjudicando al sector energético de Rusia atacando sus depósitos y refinerías de petróleo, a una distancia de hasta 1 000 kilómetros de sus fronteras.
Otros ataques en Crimea y Rusia también se dirigieron contra objetivos militares (bases aéreas, defensa antiaérea, depósitos de municiones, etc.). El miércoles 17 de abril, un helicóptero de transporte ruso Mi-8 sobre el terreno fue destruido en Samara, a casi 900 kilómetros de la frontera ucraniana, probablemente por un ataque de un avión no tripulado.
También tenemos un movimiento de voluntarios que responde y que es bastante grande en términos de fondos y equipamiento, algo de lo que no dispone el enemigo.
Además, tenemos mejor acceso a la tecnología en los mercados mundiales, donde los rusos tienen problemas. Pero eso no significa que no puedan conseguirla.
Somos más fuertes en términos de comunicación táctica y conocimiento de la situación en el campo de batalla.
Diría que nuestros combatientes son mejores y están más motivados. Pero para ser sinceros, los rusos también tienen tropas muy profesionales.
Cuando la gente le pregunta qué necesita el ejército, usted suele responder: «Necesitamos de todo y mucho». Pero si pasamos a la cuestión de las prioridades, ¿cuáles son las necesidades más acuciantes del ejército en estos momentos?
Los recursos humanos son nuestra principal prioridad.
Sin personal, todo lo demás pierde sentido. Si tuviéramos el número adecuado de personal, la configuración de la guerra hoy en día sería completamente diferente.
Al igual que Rusia, a Ucrania también le faltan hombres para desplegarse en el frente de 1 000 kilómetros en el que ambos ejércitos combaten desde hace más de dos años. A principios de abril, Volodimir Zelenski firmó una ley que rebaja la edad de movilización de 27 a 25 años. A pesar de esta medida, los recursos movilizables son escasos: el número de hombres sanos menores de 30 años es uno de los más bajos de la historia del país.
Sin embargo, la enmienda al texto que preveía la desmovilización de los soldados tras un período de 36 meses fue suprimida por la Comisión de Seguridad Nacional, Defensa e Inteligencia, a petición del Ministerio de Defensa.
Si reducimos la cuestión a las necesidades materiales, nuestra primera necesidad se refiere a todo tipo de municiones. Damos prioridad a los proyectiles de artillería, las granadas de mortero, la munición táctica de largo alcance y la munición táctica operativa, con la esperanza de obtener también munición estratégica.
Luego están los vehículos blindados, los vehículos de transporte de tropas y los vehículos de combate de infantería. Los tanques no están en esta lista porque, en mi opinión, no son una prioridad en este momento.
También es crucial adquirir equipos de transporte médico y evacuación, así como equipos de radiocomunicación. Los drones de reconocimiento no se mencionan aquí porque ya están bastante bien provistos gracias a las contribuciones del Estado, los voluntarios y los socios.
No hay que olvidar el armamento pesado de infantería, el material de transporte, la logística y la ingeniería. En general, hay innumerables necesidades en todos los ámbitos.
El antiguo comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, Valeri Zaluzhnyi, escribió en su artículo para The Economist: «Para evitar una guerra prolongada, Ucrania necesita un avance técnico y tecnológico nuevo y único, un salto hacia adelante. Necesitamos algo nuevo, como la pólvora inventada por los chinos que todavía utilizamos para matarnos unos a otros». ¿De qué nuevo invento estamos hablando?
Según el comandante en jefe Zaluzhnyi, es el desarrollo a gran escala de la tecnología FPV (First Person View) y de los drones utilizados en el campo de batalla lo que representa ese salto adelante. Mantuve una larga conversación con él sobre este tema.
Zaluzhnyi veía un enorme potencial en esa tecnología para compensar la superioridad numérica de Rusia en términos de personal, equipamiento, armamento y profundidad táctica, y al mismo tiempo ahorrar tiempo.
El comandante en jefe quería formar a personal militar en operaciones con drones, planeaba crear 100 empresas llamadas «Rubaks» —empresas militares de drones de combate— y aspiraba a construir un ejército de drones de más de un millón de drones FPV y otras plataformas.
Cuando leí el artículo de Zaluzhnyi, pensé que se refería a la inteligencia artificial. ¿Puede el desarrollo de la IA cambiar el curso de la guerra?
La inteligencia artificial puede transformar el uso de ciertas armas.
Sin embargo, por el momento, no veo potencial para influir directamente en el curso del conflicto a corto plazo.
¿Cómo se utiliza actualmente la IA en el campo de batalla?
Muchos equipos se están concentrando en el desarrollo de sistemas ópticos de navegación, captura automática, reconocimiento y puntería. Estos sistemas se están desplegando gradualmente en el campo de batalla en ambos bandos.
Se están abriendo otras posibilidades, como la automatización del uso de drones FPV y la reducción al mínimo de la intervención humana. Pero cada avance plantea muchas preguntas y desafíos, y la realidad es mucho más compleja.
Cada iniciativa se enfrenta también a una reacción. Es una batalla sin fin entre la armadura y la lanza.
Para una armadura más fuerte, hay un proyectil más potente; para cada nuevo proyectil, hay una nueva generación de armaduras. La victoria es para el que se adapta más rápido, el que se reconfigura eficazmente, el más flexible y el más audaz en su búsqueda de soluciones.
¿Cómo reaccionó a la destitución de Zaluzhnyi?
No me acuerdo (sonríe).
¿Qué opina del nuevo comandante en jefe Syrskyi?
Tiene un enfoque diferente al de Zaluzhnyi. De momento, prefiero no juzgar a nadie.
Oleksandr Syrskyi es el comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas que sucedió a Valeri Zaluzhnyi en febrero tras su destitución por Zelenski. Desde agosto de 2019, es comandante de las fuerzas terrestres de Ucrania. Es más conocido por su papel en la defensa de Kiev en las primeras semanas de la invasión rusa en febrero de 2022. Posteriormente, comandó las fuerzas ucranianas durante la ofensiva de Jarkov de septiembre de 2022, que supuso la liberación de más de 12 mil kilómetros cuadrados de territorio en el transcurso de unas pocas semanas, uno de los principales éxitos ofensivos ucranianos desde el inicio de la guerra.
Más allá de estos dos grandes éxitos, Syrskyi tiene una mala reputación dentro del ejército y parece ser menos apreciado por los oficiales y soldados ucranianos que su predecesor. Su enfoque táctico —heredado de su formación en la Escuela Superior de Mando Conjunto de Moscú y de sus años pasados en el cuerpo de artillería soviético— es señalado por tener un impacto negativo en la moral de las tropas bajo su mando, así como en los menguantes recursos humanos de Ucrania. Testigos presenciales atribuyen a ello las graves pérdidas sufridas por Kiev durante la batalla de Bajmut entre 2022 y 2023.
La actuación de los funcionarios debe evaluarse en función de sus acciones, no simplemente de su nombramiento. La sociedad ha experimentado muchos cambios, y creo que es esencial dar a los nuevos líderes la oportunidad de demostrar su capacidad.
Así que demos al nuevo líder la oportunidad de poner en práctica su visión y veamos qué ocurre. Puede que nos llevemos una grata sorpresa y ganemos, o puede que no. Hablamos de generales ucranianos que han luchado contra los rusos durante muchos años en puestos de combate del ejército. En principio, todos ellos deberían ser competentes. Parece que a nuestra sociedad le cuesta aceptarlo.
La destitución o permanencia del comandante en jefe es prerrogativa exclusiva del presidente, de acuerdo con la Constitución. Pero, ¿comprende la motivación de Zelenski para sustituir al jefe del Estado Mayor?
Efectivamente, es su responsabilidad. En mi opinión, el presidente no ha explicado suficientemente sus motivos a la opinión pública, y estoy de acuerdo con usted en ese punto.
Gracias a mis contactos con diversos funcionarios del país, obviamente tengo una idea de por qué ha sucedido esto. ¿Estoy dispuesto a decirlo públicamente? No, porque ¿qué sentido tiene?
Cuando le preguntaban por el potencial político de Zalouzhnyi, usted siempre respondía: «Está inmerso al 100% en la guerra». Hoy, Zalouzhnyi se retira del ejército y se incorpora al servicio diplomático. ¿He entendido bien que la oficina del presidente está empujando al antiguo comandante en jefe a la política?
No creo que Valeriy Zalouzhnyi vuelva al ejército y a la guerra como comandante. Sólo el tiempo dirá cómo se desarrollará su futura carrera.
Ha mencionado los recursos humanos. ¿Cuál es el principal problema de la movilización en Ucrania?
El principal problema reside en el hecho de que, en un momento dado, se puso en marcha una política de desinformación sobre esta cuestión. En muchos ámbitos, dejamos que las granjas de contenido rusas y los pseudoactivistas distorsionaran la realidad.
No se castigan debidamente los abusos relacionados con la movilización, se frena el reclutamiento y la descentralización de la formación militar básica. Además, es a nivel parlamentario donde se ha perdido tiempo, lo que me parece especialmente preocupante.
Tengo muchas preguntas para los políticos que tienen que tomar decisiones y responsabilizarse de ellas, y que ahora están escondiendo la cabeza, pasando la pelota de un organismo gubernamental a otro.
El Parlamento, que se supone que trabaja las 24 horas del día en condiciones de guerra, debería trabajar para transformar nuestro país aprobando las mejores leyes y reglamentos posibles. Sin embargo, parece incapaz de reunirse para votar.
Dentro de la Verjovna Rada, el Parlamento ucraniano, la unidad es cada vez más escasa, especialmente en el partido de Zelenski. En los últimos meses han surgido tensiones entre el partido y la administración presidencial: al comienzo de la legislatura, el grupo parlamentario de los Servidores del Pueblo contaba con 254 diputados. Hasta la fecha, 19 han abandonado el grupo, la mayoría en otoño de 2021. De los 235 restantes, solo entre 170 y 180 asisten regularmente a las reuniones y votan. 1
Esta cifra puede explicarse por varios factores, como el hecho de que la administración presidencial intenta dictar cómo se vota la legislación y la prohibición de que los diputados viajen al extranjero sin la aprobación de la administración. 2 Al mismo tiempo, la oposición sigue muy dividida y es incapaz de presentar un frente unido. Esa fragmentación, junto con un aumento del absentismo entre los diputados durante las votaciones, plantea problemas para la adopción de legislación urgente.
Estamos perdiendo el precioso tiempo de cientos de miles de hombres y mujeres en el campo de batalla. Este tiempo no es ilimitado.
Zelenski ha firmado una ley que reduce la edad de reclutamiento de 27 a 25 años. ¿Cómo afectará esto a la movilización?
Es una pregunta delicada. Lo que voy a decir es serio pero, en mi opinión, la movilización debería haber empezado a los 20 años. Hemos perdido demasiado tiempo.
Si queremos sobrevivir como país, tenemos que afrontar la realidad de la guerra y actuar en consecuencia. De lo contrario, los sacrificios de cientos de miles de personas, por los que han perecido, los que han quedado mutilados, los que están muriendo mientras hablamos hoy aquí, serán en vano.
En este momento, no somos eficaces. Un país ineficaz nunca podrá triunfar sobre una fuerza totalitaria, autoritaria y coercitiva con 150 millones de habitantes y recursos considerables.
¿Es prudente bajar la edad a 20 años? Después de todo, Syrskyi está llevando a cabo una auditoría de las fuerzas de defensa. Los funcionarios han descubierto que no todos los que sirven en las fuerzas de defensa han participado en combates.
No todo el mundo tiene que participar en hostilidades.
¿Por qué un reparador de Humvees tiene que participar en combates? Su trabajo consiste en reparar vehículos dañados. No tiene que estar en una trinchera, tiene que hacer lo que hace.
Eso no significa que todos los soldados de este ejército tengan que estar en una trinchera.
Pero la auditoría está en marcha y se presentarán los resultados. ¿No afectará esto a la situación de la movilización?
Sí, está en marcha. La inspección principal del Ministerio de Defensa está trabajando, examinando dónde están las personas que pueden ser movilizadas.
Del millón de personas movilizadas en Ucrania, una investigación concluyó que sólo 300 mil habían participado en combate. Por ello, Zelenski le pidió a Syrskyi que llevara a cabo una auditoría de las asignaciones de los que ya han sido movilizados, sobre todo teniendo en cuenta que algunos combatientes llevan varios meses sin abandonar la línea del frente.
Pero no encontraremos reservas suficientes para reforzar las unidades al menos en un 80%. No tendremos reservas suficientes para llevar a cabo una rotación normal de modo que los que están combatiendo actualmente, al menos a nivel de brigada, puedan tener varios meses de permiso. No hablo de la rotación y desmovilización de los combatientes.
Empecemos de nuevo desde el principio. 25 años, bien, pero es demasiado tarde. Tenemos que tomar decisiones impopulares, de lo contrario nos enfrentaremos a problemas aún mayores en el futuro.
La guerra es siempre una lucha por los recursos. Con el equipamiento que recibimos de nuestros socios occidentales y que producimos nosotros mismos, ¿durante cuánto tiempo podrá Ucrania seguir luchando?
Si adoptamos una postura de defensa total, podremos hacerlo durante dos, tres o incluso cinco años. También depende de la capacidad de movilización económica de nuestra sociedad.
También depende del hecho de que el mundo occidental sea heterogéneo: algunos países nos dan mucho apoyo, otros no lo suficiente. Los que pueden dar más no lo hacen, aunque puedan y no les cueste nada.
¿Cuál es la situación actual de la recaudación de fondos para Come Back Alive?
Mala. Este año no ha empezado tan bien como nos hubiera gustado, por desgracia. Pero estamos trabajando en ello.
¿Por qué?
Por la economía. A las empresas les cuesta más funcionar, hay menos gente porque la gente se va o tiene menos dinero. Las necesidades, en cambio, no hacen más que aumentar.
Hay gente movilizada en las empresas, cada uno tiene sus necesidades.
Además, si nos fijamos en las empresas con las que trabajamos, todos los grandes fondos trabajan con los mismos actores, en un contexto complicado por la creciente presión de las autoridades gubernamentales.
Todas las guerras acaban en negociaciones. ¿Cuándo cree que llegará el momento de negociar en esta guerra?
Es una pregunta muy difícil.
Quizá debería haberse hecho antes. Quizá en el futuro. O tal vez no encontremos el momento de negociar, no lo sé. Tenemos que entrar en las negociaciones desde una posición de fuerza, la que teníamos antes.
¿Cuando entramos en Jerson?
Jerson, Jarkov. Estábamos en una posición fuerte en el verano y otoño de 2022. Hoy, no estoy seguro de que ese sea el caso.
Hoy, los rusos se hacen más fuertes mes a mes y su posición se consolida.
Necesitamos un cambio global, y entonces podremos pensar en ello.
Tenemos que arremangarnos, volver a poner en marcha la economía y aguantar.
¿Puede terminar la guerra sin negociaciones?
Sólo si matamos a los 150 millones de rusos y no queda nadie para firmar la rendición (sonríe).
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sugirió que Kiev podría tener que hacer concesiones a Rusia. Según él, corresponde a Ucrania decidir qué concesiones está dispuesta a hacer. ¿Son estos comentarios una invitación a negociar?
No presionándonos directamente. ¿Le gustaría al mundo occidental que empezáramos a negociar ahora? A muchos países les gustaría.
No necesitan nuestra guerra. Es más fácil para ellos si perdemos 2-4 regiones y vuelven a su antigua y cómoda forma de vida.
En su discurso de Davos, Zelenski explicó muy claramente por qué no podemos aceptar un conflicto congelado. Sin embargo, dada la situación actual en el frente y en el mundo, ¿hasta qué punto es probable una congelación y podemos evitarla?
La probabilidad es muy alta. Porque ni nosotros ni los rusos podemos ganar o alcanzar nuestros objetivos rápidamente.
La congelación, creo, podría ser un periodo de transición para nosotros, si dedicamos este tiempo a hacer cosas buenas y si no pasamos inmediatamente a la lucha política.
Rusia está mucho más centralizada y tiene una rígida estructura vertical. Para ellos, la tregua es un paso hacia una mejor preparación para la próxima guerra.
Si se produjera una tregua, una congelación o algo parecido, al día siguiente todo nuestro país tendría que empezar a prepararse para la próxima gran guerra.
Para concluir nuestra conversación, me gustaría sugerir lo siguiente: en una ocasión, a usted y a Kyrylo Budanov les preguntaron sobre las analogías entre un partido de fútbol y los acontecimientos de esta gran guerra. El año pasado, usted respondió lo siguiente: «Estamos en el minuto 30 y el marcador es 2-2”. ¿Qué marcador ve hoy? ¿Ya terminó la primera parte?
Yo diría que 3-2 a favor de los rusos. Estamos en el minuto 45.