Las relaciones diplomáticas entre México y Ecuador -establecidas en 1838- atraviesan una crisis sin precedentes.

  • La secuencia comenzó a principios de semana cuando, el miércoles 3 de abril, en una de sus «mañaneras», el presidente mexicano habló de la crisis de violencia en Ecuador. Se refirió en particular al contexto tan particular en el que el joven presidente de Ecuador, Daniel Noboa, había sido elegido tras el asesinato de otro candidato, Fernando Villavicencio.
  • La respuesta de Quito fue casi inmediata: la embajadora mexicana en Ecuador fue declarada persona non grata y llamada de regreso a Ciudad de México.

Parecía que el asunto quedaba zanjado, y AMLO dijo que no quería que la situación degenerara y perjudicara la integración regional. Incluso declaró: «Tenían ellos ganas, por lo que estoy sintiendo, ganas de pelearse, para que haya pleito se necesitan dos».

Sin embargo, el viernes 5 de abril, el gobierno mexicano concedió asilo político al ex vice-presidente ecuatoriano Jorge Glas, sobre quien pesaba una orden de detención por corrupción.

  • Glas, vicepresidente de Rafael Correa -exiliado a su vez en Bélgica-, ya ha cumplido cinco años de cárcel por el caso Odebrecht. Se había refugiado en la embajada de México en Quito.
  • Ese mismo día por la noche, las fuerzas de seguridad ecuatorianas entraron en la embajada en coches blindados, golpearon al jefe de Cancillería y Asuntos Políticos -encargado de la misión en ausencia de la embajadora- y violaron la zona protegida por el derecho internacional. Glas fue detenido.

En un comunicado oficial, la Presidencia ecuatoriana dijo que la policía había detenido a Jorge Glas porque «ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político» y que «toda embajada tiene una sola finalidad: servir como un espacio diplomático con el objetivo de estrechar las relaciones entre los países»1.

  • López Obrador anunció de inmediato la suspensión de relaciones diplomáticas con Ecuador, calificando las acciones del gobierno como una «flagrante violación al derecho internacional y a la soberanía».
  • El presidente colombiano, Petro, también reaccionó en la X: «Se ha violado la Convención de Viena y la soberanía de México en Ecuador. Insisto una vez más en que América Latina y el Caribe, cualesquiera que sean las construcciones sociales y políticas de cada país, deben mantener vivas las reglas del derecho internacional en medio de la barbarie que avanza en el mundo y el pacto democrático en el continente»2.
  • Lula también dio todo su apoyo a López Obrador.

Las tensiones entre los principales países de América Latina son cada vez más intensas. La semana pasada, Milei y López Obrador, y después Milei y Petro, intercambiaron críticas a través de comentarios más o menos cordiales. Posteriormente, los respectivos ministros de Asuntos Exteriores se reunieron para subrayar la calidad y la importancia de sus relaciones. La integración regional latinoamericana parece más frágil que nunca.