Tras la conferencia de apoyo a Ucrania del 26 de febrero -a la que asistieron 27 jefes de Estado y de Gobierno-, Emmanuel Macron declaró que aunque «hoy no hay consenso para enviar tropas sobre el terreno de manera oficial, asumida y avalada, en términos dinámicos no hay que excluir nada […] haremos todo lo necesario para que Rusia no pueda ganar esta guerra»1.

Desde entonces, la gran mayoría de los países europeos y miembros de la OTAN lo han descartado públicamente.

  • Al día siguiente de la conferencia, Olaf Scholz declaró que «no habrá tropas sobre el terreno, ni soldados en suelo ucraniano enviados por países europeos o de la OTAN»2.
  • Aunque ya existían diferencias franco-alemanas antes de estas declaraciones -en particular sobre el envío de misiles Taurus de largo alcance por parte de Berlín, el equivalente de los que París y Londres ya han entregado a Ucrania-, nunca antes habían surgido de forma tan brutal y frontal en la esfera pública.

Desde entonces, la discusión se ha recrudecido: Macron pidió a los partidarios de Kiev que no fueran «cobardes», mientras que el ministro de las Fuerzas Armadas, Sébastien Lecornu, respondió indirectamente a las críticas alemanas sobre la cuantía de la ayuda militar francesa a Ucrania declarando que «Francia ha elegido la eficacia operativa para su ayuda militar a Ucrania: prometer lo que se puede cumplir, cumplir lo que se puede prometer»3. Según París, la ayuda militar francesa asciende a 2.615 millones de euros, muy por encima de la cifra calculada por el Instituto de Kiel (640 millones de euros), pero muy por detrás de Berlín, con 17.700 millones de euros4.

  • Polonia también se desmarcó inicialmente de las declaraciones de Emmanuel Macron, y el primer ministro Donald Tusk declaró que «Polonia no tiene intención de enviar sus tropas a Ucrania»5.
  • Sin embargo, Varsovia ha matizado desde entonces sus declaraciones a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Radosław Sikorski, quien se mostró abierto a la presencia de fuerzas de la OTAN en Ucrania, lo que «no sería impensable»6.
  • El matiz aquí radica en si las tropas se envían en un contexto nacional o como parte de una coalición de la OTAN. Aunque las fuerzas polacas podrían formar parte de un contingente de la Alianza Atlántica, Varsovia estaría menos expuesta a las amenazas rusas de lo que lo ha estado París7.

En Berlín, los aliados del Triángulo de Weimar tratarán de proyectar una imagen de unidad que se ha visto socavada por su postura ante las declaraciones de Emmanuel Macron. Francia, Alemania y Polonia son los países de la Unión con más recursos y capacidad industrial para apoyar a Ucrania, mientras que la ayuda estadounidense sigue bloqueada por los republicanos en la Cámara de Representantes –y por Donald Trump-. Se espera que París y Varsovia firmen un gran tratado bilateral en los próximos meses, en la línea de los tratados de Quirinal (2021) y Barcelona (2023).

Notas al pie
  1. Conférence de soutien à l’Ukraine, Élysée, 27 de febrero de 2024.
  2. Andreas Rinke y Matthias Williams, « Germany’s Scholz rules out Western ground troops for Ukraine », Reuters, 27 de febrero de 2024.
  3. Warren Murray, « Macron says don’t be ‘cowards’ as he digs in over ground troops remark », The Guardian, 6 de marzo de 2024 y Publication de Sébastien Lecornu sur X (Twitter), 4 de marzo de 2024.
  4. Ukraine : la France dresse le bilan des équipements militaires livrés, Ministère des Armées, 4 de marzo de 2024.
  5. Lorne Cook y Karel Janicek, « Germany and Poland say they’re not sending troops to Ukraine as the Kremlin warns of a wider war », Associated Press, 28 de febrero de 2024.
  6. Publicación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia en X (Twitter), 8 de marzo de 2024.
  7. « Kremlin says Macron is raising French involvement in Ukraine », Le Monde, 7 de marzo de 2024.