¿Se está produciendo un genocidio en Gaza? 10 puntos sobre la acusación de Sudáfrica contra Israel

Desde el 7 de octubre, analizamos, desciframos y cartografiamos una guerra de consecuencias mundiales. Si crees que este trabajo merece apoyo, si quieres recibir nuestras últimas producciones en tiempo real, te invitamos a suscribirte a la revista.

1 – ¿Qué es un genocidio?

El 29 de diciembre, Sudáfrica presentó oficialmente una demanda contra el Estado de Israel ante la Corte Internacional de Justicia¹, alegando genocidio contra los palestinos de la Franja de Gaza. 

La Convención sobre el Genocidio², adoptada en 1948, define este delito como la comisión de uno de los cinco actos enumerados en el artículo 2 -asesinato de miembros del grupo; lesiones corporales o mentales graves a miembros del grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial; imposición de medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo- con la intención de cometer el acto en cuestión.

La solicitud sudafricana presentada en diciembre denunciaba la «naturaleza genocida» de los «actos y omisiones» de Israel, señalando la presencia de «la intención específica requerida […] de destruir a los palestinos de Gaza». La demanda también denuncia el incumplimiento por parte de Israel de «su obligación de prevenir el genocidio, así como su obligación de castigar la incitación directa y pública a cometer genocidio», también consagrada en la Convención de 1948.

Aunque el resultado de un procedimiento de este tipo podría durar varios años, sus efectos podrían lograrse a más corto plazo mediante la indicación de «medidas provisionales» por parte de la CIJ, por las que ésta podría solicitar oficialmente la suspensión de los combates en la Franja de Gaza, como ocurrió en relación con la invasión rusa de Ucrania en marzo de 2022³. Israel, cuyo Ministerio de Asuntos Exteriores ha denunciado la demanda como «infundada»⁴, aceptó comparecer ante la Corte; las primeras audiencias están previstas para los días 11 y 12 de enero de 2024.

2 – ¿Quién acusa a Israel de cometer genocidio?

El 2 de noviembre, un grupo de relatores independientes ante las Naciones Unidas advirtió de un «grave riesgo de genocidio» contra el pueblo palestino⁵. El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ya había acusado a Israel de «genocidio» en una cumbre extraordinaria de los BRICS sobre la situación en Gaza el 21 de noviembre⁶, aunque los Estados miembros de los BRICS no acordaron incluir el término en una declaración conjunta. A primera vista, por tanto, no parece que los BRICS apoyen unánimemente el término. Entre los líderes de la región, el presidente turco Erdoğan, que inicialmente adoptó una postura a favor de la desescalada, ha endurecido gradualmente su postura contra Israel. A mediados de noviembre declaró también que se estaba produciendo un «genocidio» en la Franja de Gaza.

Tras la denuncia de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, el representante permanente de Francia ante las Naciones Unidas declaró el 2 de enero que París era un «ferviente partidario de la Corte Internacional de Justicia» y que apoyaría la decisión de la Corte. Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, reaccionó declarando que Estados Unidos «no observa actos constitutivos de genocidio» por parte de Israel. El miércoles⁷, el Brasil de Lula, la Colombia de Petro y la Liga Árabe declararon oficialmente su apoyo a la iniciativa de Sudáfrica.

3 – El número de víctimas

El número de muertos en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre asciende a más de 23 357, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, organismo controlado por Hamás, con otros 59 410 heridos⁸, cifra que Michel Goya califica de creíble en noviembre dada la intensidad y naturaleza de los bombardeos.

Naciones Unidas calcula que a finales de diciembre había 1.9 millones de desplazados internos en la Franja de Gaza. Se cree que más de un millón de personas se encuentran en la gobernación de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, «el principal lugar de refugio en estos momentos».

4 – ¿Quiénes son los muertos?

Según la misma fuente, el 70% de los muertos desde el 7 de octubre son mujeres y niños. La población de la Franja de Gaza es una de las más jóvenes del mundo: en 2023, la edad media de los 2.1 millones de habitantes del enclave era de 19.2 años⁹.

En total, el 40% de la población estaba formada por niños menores de 14 años, nacidos después del inicio del bloqueo de Israel sobre la Franja de Gaza en 2007.

5 – «Sitio total»: una situación de bloqueo prolongado

Además de los bombardeos, la población sigue viviendo bajo un «sitio total» instaurado por el gobierno israelí tras los ataques del 7 de octubre. El 9 de octubre, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, pidió que no llegara a la Franja de Gaza «ni electricidad, ni alimentos, ni agua, ni combustible».

Los primeros camiones con ayuda humanitaria no empezaron a entrar a la Franja de Gaza hasta el 21 de octubre. Además, el número de entradas diarias sigue estando muy por debajo de las 500 entregas necesarias para la población que entraba diariamente en el enclave antes de que comenzara el sitio.

¿Qué hay de la legalidad del bloqueo? Varias organizaciones, entre ellas Human Rights Watch, han señalado que los métodos utilizados para privar de alimentos a la población civil constituyen un crimen de guerra¹⁰ según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. En octubre, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, señaló que «las medidas adoptadas por Israel para impedir que los civiles accedan a bienes y servicios esenciales, como forma de castigo colectivo, también son contrarias al Derecho Internacional»¹¹.

6 – Más allá de los bombardeos: muertes a mediano y largo plazo

Además de las muertes causadas por los bombardeos, las consecuencias a mediano y largo plazo del bloqueo podrían provocar un aumento significativo del número de víctimas humanas en la Franja de Gaza. El bloqueo sobre el combustible tiene múltiples consecuencias humanitarias, limitando especialmente el buen funcionamiento de los hospitales, los sistemas de transporte para la entrega de ayuda humanitaria, la desalinización y la generación de electricidad. Según la UNRWA, el 70% de los hogares bebían agua salada o contaminada a mediados de noviembre, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y el desarrollo de enfermedades¹².

En cuanto a la alimentación, según las últimas estimaciones de la CIF (Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria) sobre seguridad alimentaria, toda la población de la Franja de Gaza se enfrenta a una situación de alta inseguridad alimentaria (alcanzando los niveles de la CIF de Fase 3, «Crisis», Fase 4, «Emergencia» o Fase 5, «Catástrofe») – excepto el 5% de los residentes en las gobernaciones del sur, que se encuentran en el nivel de Fase 2, «Estrés»). Más de la mitad de la población (53%) se encuentra en situación de emergencia (Fase 4), y más de una cuarta parte (26%) en situación catastrófica (Fase 5)¹³. Según el economista en jefe del Programa Mundial de Alimentos, que calificó la situación de «sin precedentes», 4 de cada 5 personas en situación de inseguridad alimentaria catastrófica en el mundo son habitantes de Gaza¹⁴.

Por último, el hacinamiento en los lugares de refugio de las poblaciones desplazadas y la falta de acceso a instalaciones higiénicas también aumentan el riesgo de epidemias. La OMS ha constatado un aumento del número de casos de enfermedades infecciosas, lo que aumenta especialmente el riesgo de muerte entre los niños menores de 5 años. En concreto, desde mediados de octubre se han registrado 50 mil casos de diarrea entre los niños de este grupo de edad, 25 veces más que antes del inicio del sitio total¹⁵. 

7 – La magnitud de la destrucción material

En enero de 2023, según Gallup, la proporción de residentes en la Franja de Gaza que no habían podido encontrar vivienda en los 12 meses anteriores era ya del 29%. Al 30 de diciembre, el número de viviendas destruidas o inhabitables se estimaba en 65 mil, además de las 290 mil dañadas, según las autoridades de la Franja de Gaza.

Las infraestructuras también han sufrido graves daños. En noviembre, el 60% de la infraestructura de telecomunicaciones había sido dañada y destruida, al igual que el 70% de la infraestructura comercial y casi la mitad de las carreteras¹⁶.

8 – La destrucción de la economía gazatí

La guerra y el asedio total están empeorando una situación económica ya crítica en la Franja de Gaza. En el tercer trimestre de 2023, la tasa de desempleo alcanzó el 45.1%. A principios de noviembre, la Organización Internacional del Trabajo estimó que desde el 7 de octubre se había perdido al menos el 66% de los puestos de trabajo del enclave, un total de 192 mil¹⁷.

Según el Banco Mundial, el PIB de los territorios palestinos (Franja de Gaza y Cisjordania) en 2023 -cuyo crecimiento se estimó inicialmente en un 3.2%- caerá un 3.7%, lo que anulará los avances económicos conseguidos desde el final de la pandemia. La escasez también está haciendo subir los precios: en octubre, la inflación de un mes alcanzó el 12%, el precio del agua embotellada subió un 75% y el de la gasolina casi un 120%.

 9 – El papel de la retórica del gobierno de extrema derecha de Netanyahu en el recurso de Sudáfrica ante la CIJ

La presentación sintética de estas cifras y la evaluación de la situación humanitaria en la Franja de Gaza permiten establecer el contexto en el que la Corte Internacional de Justicia podría indicar medidas temporales que exijan la suspensión de las operaciones militares israelíes en Gaza. 

En cuanto a la acusación de genocidio, que requiere la prueba de una dimensión intencional, Sudáfrica se basa en parte en su demanda -además de afirmar que «esta intención también debe inferirse de la naturaleza y la conducta de la operación militar israelí en Gaza»- en «repetidas declaraciones de representantes del Estado israelí, incluso al más alto nivel» que «expresaron una intención genocida». 

Miembros del gobierno de Netanyahu pertenecientes a partidos de extrema derecha israelíes -como el muy visible ministro de Seguridad Nacional, Ben Gvir- ya utilizaban públicamente una retórica que negaba la existencia de un «pueblo palestino» antes del 7 de octubre. En marzo de 2023, por ejemplo, el ministro de Finanzas y presidente del Partido Sionista Religioso, Bezalel Smotrich, declaró que «no existe un pueblo palestino»¹⁸, afirmación que provocó las reprimendas del Departamento de Estado estadounidense y del alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior.

En un discurso de alto nivel pronunciado el 9 de octubre, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, acompañó su anuncio de un sitio total de la Franja de Gaza con la afirmación: «Estamos luchando contra animales y actuamos en consecuencia».

En diciembre, un grupo de personalidades públicas israelíes envió una carta a las autoridades judiciales del país instándolas a tomar medidas contra la normalización de un discurso de «aniquilación, expulsión y venganza» y la difusión de «llamados explícitos a cometer crímenes atroces» en Israel¹⁹, informa The Guardian.

10 – Normalización de los planes para desplazar por la fuerza a la población de la Franja de Gaza

Desde el 7 de octubre, varios funcionarios israelíes han defendido pública y explícitamente la idea de «fomentar» la migración de palestinos de la Franja de Gaza. Incluso recientemente, dos ministros del gobierno de Netanyahu, Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir, defendieron esta idea. Varios países, entre ellos Estados Unidos, condenaron las declaraciones de los ministros, calificadas el 2 de enero de «incendiarias e irresponsables» por el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller²⁰. En última instancia, Ben Gvir también aboga por la «repatriación» de los colonos israelíes en la Franja de Gaza, dando marcha atrás en el plan de retirada de colonos que encabezó el primer ministro Ariel Sharon en 2005²¹.

Ya en octubre, la opción de «reubicar» a los palestinos en la región egipcia del Sinaí se mencionaba en un documento de trabajo del Ministerio de Inteligencia israelí autentificado por la oficina del primer ministro, que posteriormente restó importancia al asunto calificándolo de «no vinculante». Desde el principio del conflicto, Egipto adoptó una postura de rechazo ante una posible «segunda Nakba» y una afluencia masiva de refugiados palestinos. 

En un artículo publicado en el Jerusalem Post el 19 de noviembre, la ministra israelí de Inteligencia, Gila Gamliel, también pidió que se fomentara la reubicación internacional de la población de Gaza, calificándola de solución «beneficiosa para todos». El texto de la ministra, presentado como una propuesta abierta al debate, pide en particular que la ayuda internacional se reoriente en esta dirección: «en lugar de inyectar dinero en la reconstrucción de Gaza o en la UNRWA, que ha fracasado, la comunidad internacional puede contribuir a los costos del reasentamiento y ayudar a los habitantes de Gaza a construirse una nueva vida en su nuevo país de acogida»²². El sitio web de noticias Zman Israel reveló a principios de enero que el gobierno israelí había mantenido conversaciones sobre el reasentamiento «voluntario» de palestinos con terceros países, entre ellos la República del Congo, que se había declarado «dispuesta a recibir inmigrantes»²³. Según la misma fuente, también se están manteniendo conversaciones con Ruanda y Chad, dirigidas por funcionarios del Mossad y del Ministerio de Asuntos Exteriores²⁴.

El concepto de «limpieza étnica», que se generalizó tras las guerras de Yugoslavia en la década de 1990, no está definido jurídicamente y no constituye un delito independiente en el derecho internacional. Sin embargo, se sigue utilizando para designar actos dirigidos a erradicar a una población de una zona geográfica, y ha sido utilizado en este caso por varios actores que advierten de los riesgos que pesan sobre la población de la Franja de Gaza -la más reciente, la relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese.

Refiriéndose a la declaración realizada por sus ministros tras una reunión con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en vísperas de la audiencia del miércoles 10 de enero, el primer ministro Netanyahu declaró que Israel no tenía «ninguna intención de ocupar permanentemente la Franja de Gaza ni de desplazar a su población civil».