La Casa Blanca se compromete a aumentar la ayuda militar a Ucrania, ¿seguirá el Congreso?

En la cumbre de la OTAN celebrada en Vilna, Estados Unidos se comprometió -junto con los países del G7 y varios Estados europeos- a proporcionar a Ucrania compromisos bilaterales de seguridad a largo plazo.

Esta declaración de apoyo pretende alcanzar tres objetivos: 

• Garantizar la capacidad de Ucrania para defenderse y disuadir a Rusia en el futuro a través de «un continuo suministro de equipamiento militar»;
• Reforzar la estabilidad económica y la capacidad de recuperación de Kiev con el fin de crear las condiciones adecuadas para promover la prosperidad y garantizar su seguridad energética;
• Proporcionar apoyo técnico y financiero para satisfacer las necesidades inmediatas de Ucrania derivadas de la guerra con Rusia y para seguir aplicando reformas «con el fin de avanzar en sus aspiraciones euroatlánticas»¹.

Aunque no se ha fijado un calendario para la entrada de Ucrania en la Alianza Atlántica -algo que Volodímir Zelenski lamentó antes de la cumbre de Vilna-, el presidente ucraniano declaró sin embargo que estos compromisos de seguridad eran un «buen resultado» que permitiría construir «una nueva arquitectura jurídicamente vinculante de tratados bilaterales de seguridad con los países más poderosos»².

Estados Unidos ha proporcionado la mayor parte de la ayuda militar a Ucrania desde que comenzó el conflicto. Sin embargo, en tanto se debate en el Congreso el proyecto de ley que establece el presupuesto de defensa estadounidense para el próximo año fiscal, las ambiciones de la Casa Blanca podrían verse frenadas por los miembros republicanos de la Cámara de Representantes.

• La National Defense Authorization Act (o NDAA) engloba un paquete de legislación federal que establece el gasto en defensa para el próximo año (886.000 millones de dólares para 2024)³.
• Si bien tradicionalmente es fruto de un esfuerzo bipartidista (el año pasado fue aprobada por 350 representantes y 83 senadores), este año la mayoría republicana de la Cámara cuenta con la unidad del partido para esperar aprobarla, ya que el jueves 13 de julio se considerarán varias enmiendas presentadas por miembros conservadores, a pesar de la oposición de los demócratas⁴.
• Los temas que abarcan estas enmiendas corresponden a los principales ámbitos de confrontación ideológica -las guerras culturales- entre los representantes electos conservadores y progresistas: diversidad étnica y de género, aborto, teoría crítica de la raza, transidentidad, etc. Entre ellos, varios conciernen directamente a la política de ayuda a la seguridad de Estados Unidos respecto a Ucrania⁵.

Mientras que algunos republicanos -Warren Davidson (OH) y Michael Cloud (TX)- exigen que «el presidente, en colaboración con el secretario de Defensa y el secretario de Estado, elabore y presente a los comités correspondientes del Congreso un informe que contenga una estrategia para el compromiso de Estados Unidos en Ucrania»⁶, otros diputados más radicales -Marjorie Taylor Greene (GA) y Greg Steube (FL)- quieren eliminar la sección 1223 del texto, que figura en el mismo desde 2016 y proporciona a Ucrania 300 millones de dólares al año para entrenar y equipar al personal militar ucraniano. Matt Gaetz (FL) propone eliminar todas las formas de ayuda a la seguridad de Ucrania.

Aunque los líderes del Partido Republicano en la Cámara de Representantes rechazarán casi con toda seguridad las propuestas de los ultraconservadores de eliminar los fondos para Ucrania contenidos en el proyecto de ley, necesitarán no obstante los votos de los miembros del Freedom Caucus en caso de que los miembros demócratas se opongan a votar a favor de una versión del proyecto de ley que contenga todas o algunas de las enmiendas conservadoras mencionadas⁷.