La fascinación por las formas de vida extraterrestre, unida a una creciente desconfianza hacia el Gobierno estadounidense -y en particular hacia el ejército- y sus organismos, ha crecido en los últimos años, impulsada por el deseo de «desestigmatizar» los avistamientos de fenómenos aéreos inexplicables (FANI, término que ahora se prefiere al genérico «OVNI», considerado demasiado caricaturesco).

  • En junio de 2021, el Grupo de Trabajo sobre Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF), un programa del Servicio de Inteligencia Naval estadounidense, publicó un informe preliminar «que ofrece a los responsables políticos una visión general de los retos asociados a la caracterización de la amenaza potencial que suponen los FANI».
  • El informe identificó 18 «incidentes» en los que se observaron «patrones de vuelo o movimientos inusuales»1.
  • En mayo de 2022, el Subcomité de Inteligencia sobre Antiterrorismo, Contrainteligencia y Contraproliferación de la Cámara de Representantes escuchó por primera vez en más de 50 años a dos altos funcionarios del Pentágono hablar sobre los FANI2.
  • Por último, la NASA también reunió a finales de 2022 a un equipo de 16 expertos independientes para estudiar los fenómenos aéreos inexplicables, y tiene previsto publicar su informe a finales del verano de 2023. En una conferencia pública celebrada el 31 de mayo, el presidente del grupo, el astrofísico David Spergel, afirmó que existen «fenómenos que no comprendemos, pero que suelen caracterizarse por la escasez de datos y su mala calidad»3.

Esta crítica a la fiabilidad y la calidad de los datos utilizados para «demostrar» la existencia de los FANI fue reiterada por gran parte de la comunidad científica cuando el astrofísico de Harvard Abraham Loeb afirmó en junio haber descubierto en el fondo del océano Pacífico unas esférulas -procedentes de una bola de fuego que se estrelló contra la Tierra el 8 de enero de 20144– cuya composición sería «anómala en comparación con las aleaciones artificiales, los asteroides conocidos y las fuentes astrofísicas comunes»5.

El miércoles 26 de julio, el Subcomité de Seguridad Nacional, Fronteras y Asuntos Exteriores del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes celebrará una audiencia titulada «Fenómenos anómalos no identificados: implicaciones para la seguridad nacional, la seguridad pública y la transparencia gubernamental».

  • El objetivo de la sesión es «poner de relieve los esfuerzos legislativos para aportar transparencia a los FANI y exigir al Gobierno Federal que facilite al pueblo estadounidense información sobre los riesgos potenciales para la seguridad pública y la seguridad nacional».
  • Los miembros electos del Subcomité escucharán a tres testigos, entre ellos el ex agente de inteligencia David Grusch6. Grusch adquirió notoriedad al revelar que el Gobierno estadounidense guardaba objetos de «origen no humano», de lo que tuvo conocimiento cuando era miembro del grupo de trabajo sobre los FANI7.

Tanto los políticos republicanos como los demócratas están cada vez más interesados en hacer públicos los documentos elaborados por las distintas ramas y agencias del Gobierno estadounidense relacionados con «inteligencias no humanas y fenómenos inexplicables». El 14 de julio, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, junto con el senador republicano Mike Rounds, presentaron una enmienda al proyecto de ley de gastos de defensa para 2024 -que podría votarse esta misma semana- en la que se pide la desclasificación de los documentos oficiales relativos a los FANI8.