¿Cuáles son las perspectivas para la Cumbre de Vilna?

En la cumbre de Bucarest de 2008, los 26 países de la Alianza «acordaron que Ucrania y Georgia se convertirán en miembros de la OTAN», aunque sin fijar un calendario preciso¹. Quince años después, ahora que la Alianza Atlántica cuenta con 31 miembros, la declaración de la cumbre de Vilna tendrá que encontrar un equilibrio que permita a Ucrania integrarse en la OTAN dejando de lado una futura fecha de adhesión, en línea con la postura defendida por Berlín y Washington a pesar de la presión ejercida por los demás aliados².

• En una entrevista con la CNN emitida el domingo, Joe Biden declaró que consideraba «prematuro» iniciar el proceso de adhesión de Ucrania a la OTAN hasta que no se hubiera firmado un acuerdo de paz con Rusia³. 
• Esta postura también es defendida por el canciller alemán Olaf Scholz, para quien la «prioridad absoluta» en la cumbre de Vilna debe ser «reforzar el poder de combate de Ucrania», y no en cambio el ingreso del país en la OTAN⁴.
• Anteriormente de acuerdo con Berlín sobre la (no) concesión del estatus de miembro a Ucrania, París se ha acercado en los últimos meses a la posición de los Estados bálticos y Polonia en particular, que piden que se proporcione a Kiev un «camino despejado» hacia la Alianza⁵.

A pesar del apoyo de que goza Ucrania, sobre todo en Europa del Este, la oposición de Washington pone fin -por el momento- a cualquier perspectiva de acceso a la alianza militar. Para que la cumbre de Vilna no se considere una oportunidad perdida para reafirmar el apoyo de la Alianza a Ucrania, las principales potencias militares de la OTAN (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania) anunciarán compromisos bilaterales en materia de seguridad, que deberían adoptar la forma de una codificación y un compromiso de seguir prestando a largo plazo la ayuda ya concedida a Kiev⁶.

Si bien Turquía y Hungría siguen bloqueando la ratificación de la adhesión de Suecia a la OTAN, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan ha anunciado sus condiciones para levantar el veto.

• Antes de pronunciarse públicamente sobre el tema el lunes 10 de julio, Erdoğan había comunicado el día anterior a Joe Biden su deseo de «desbloquear» la adhesión de Turquía a la Unión para «allanar el camino» al ingreso de Estocolmo en la Alianza Atlántica⁷.
• Desde hace varios meses, Ankara también pretende comprar a Washington aviones de combate estadounidenses F-16, algo de lo que Biden es partidario, pero para lo que necesita el apoyo del Congreso⁸. Aunque el acuerdo de la Casa Blanca podría utilizarse como medio de presión en las negociaciones, tanto los estadounidenses como los turcos se niegan a vincular ambas cuestiones⁹.

Aunque Turquía está reconocida como país candidato desde 1999, las negociaciones se han estancado porque Ankara «sigue distanciándose de la Unión Europea». Para Olaf Scholz, el primer dirigente europeo en reaccionar a la declaración de Erdoğan, la pertenencia de Suecia a la OTAN y la de Turquía a la Unión Europea no deben considerarse «cuestiones vinculadas» entre sí¹⁰.