1 – ¿De qué elecciones estamos hablando?

Aún se desconoce la fecha. Es probable que se celebren un domingo, entre el 15 de octubre y el 5 de noviembre o el 1° o el 11 de noviembre, que son días festivos. En 2019, el presidente Duda anunció la fecha de las elecciones, previstas para mediados de octubre, hasta principios de agosto. Los polacos votarán para elegir a 460 diputados para el Sejm y a 100 senadores para un mandato de cuatro años.

Los miembros del Sejm se eligen por representación proporcional. En los 41 distritos electorales, cada ciudadano vota por un candidato que debe estar afiliado con un partido. Cada voto es, por lo tanto, un voto para un partido o coalición. A nivel nacional, la comisión electoral suma los votos de cada partido, excluye a los partidos con menos del 5 % de los votos y a las coaliciones con menos del 8 %1 y, luego, asigna los 460 escaños. Por último, cada partido asigna los escaños que obtuvo en función de los mejores candidatos individuales elegidos en las circunscripciones. A continuación, hay que encontrar una mayoría en el Sejm para determinar al primer ministro y el color político del gobierno. 

Los senadores se eligen por el sistema de mayoría relativa. Cada ciudadano vota por un candidato y, en cada circunscripción, resulta elegido el candidato con más votos, aunque no tenga mayoría.

Todavía, se desconoce la fecha de las elecciones.

OLIVIER LENOIR

El Sejm tiene más poder que el Senado; por eso, las elecciones para la Cámara Baja son las más decisivas. La Constitución polaca le garantiza una función legislativa al Senado, que debe examinar cualquier texto procedente del Sejm y puede modificarlo o rechazarlo. Sin embargo, cualquier enmienda o rechazo del Senado puede, a su vez, ser invalidado por mayoría absoluta del Sejm. La Cámara Alta también tiene un papel clave en el nombramiento de personas al frente de instituciones independientes y en la organización de referendos a iniciativa del presidente de la República.

Cabe señalar que la ley electoral fue modificada, en enero de 2023, por la mayoría del PiS. El PiS quería aumentar el número de centros electorales en pueblos y zonas rurales, donde se concentra su electorado, y obligar a las autoridades locales a proporcionar transporte gratuito a los centros electorales para las personas mayores y discapacitadas. En aquel momento, la oposición condenó las medidas electorales, a pocos meses de las elecciones y en vísperas de unos comicios en los que PiS corre peligro2.

A la espera de la fecha oficial de las elecciones, que debería anunciarse durante el verano, la campaña oficial aún no ha comenzado. Ningún partido ha publicado su programa aún. Por ello, los siguientes análisis se basan, principalmente, en la historia y en las recientes declaraciones de los partidos y candidatos.

La campaña oficial aún no ha comenzado. Ningún partido ha publicado su programa aún.

OLIVIER LENOIR

2 – El PiS y sus aliados, favoritos en apuros

El partido PiS gobierna Polonia actualmente. El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki (desde 2017) es miembro; el presidente Andrzej Duda lo fue, históricamente, pero, ahora, es independiente, aunque muy cercano al PiS. Desde 2003, el partido está liderado por Jarosław Kaczyński, exprimer ministro, diputado y senador, también, hermano gemelo del fallecido Lech Kaczyński, presidente polaco que murió, en 2010, en el accidente de Smolensk. En la actualidad, Kaczyński es sólo diputado, pero, a menudo, se le considera el líder de facto del país, pues influye en todas las decisiones que toman el gobierno, el Sejm y la presidencia. Su posición, a veces, controvertida, de figura que no manda directamente, pero que ejerce una influencia decisiva en el electorado del PiS, le da una cierta libertad de expresión que no siempre tienen sus colegas electos, preocupados por garantizar la respetabilidad de las instituciones. Ante los ojos de la dirección del PiS, pero, también, de una gran parte del electorado, es la persona que puede unir y reforzar la derecha de cara a las elecciones, por lo que, actualmente, se está considerando su regreso al gobierno.

En el periodo previo a las elecciones de 2015, el PiS formó una coalición llamada Derecha Unida, que sigue existiendo y que se presentará en 2023. Esta coalición cuenta, actualmente, con 228 diputados en el Sejm, a 3 de la mayoría absoluta (231 de 460). Dentro de Derecha Unida, el PiS tiene mayoría y le acompañan otros cuatro partidos pequeños y algunos independientes. El otro partido principal de la coalición es Polonia Soberana (20 diputados), dirigido por el actual ministro de Justicia, Ziobro, que es más conservador socialmente que el PiS y que tiene poco aprecio por un poder judicial independiente. En particular, Polonia Soberana se opuso a los compromisos que el primer ministro Morawiecki alcanzó con la Comisión Europea sobre las reformas judiciales y, en un momento dado, amenazó con abandonar la coalición. Por último, Derecha Unida puede contar con otros 5 diputados no pertenecientes a la coalición que apoyan al gobierno y que le dan la mayoría absoluta de votos en el Sejm. En el Senado, Derecha Unida tiene 46 escaños de 100 y está, por lo tanto, en la oposición.

El PiS limita o, incluso, prohíbe cualquier posibilidad de cuestionar la narrativa nacional polaca. 

OLIVIER LENOIR

El PiS es una formación política de «derecha conservadora» o «derecha neonacionalista». Según Jan Krzysztof Kordys, «ha construido un nuevo tipo de gobernanza de los asuntos públicos en Polonia, que se caracteriza, esencialmente, por el desmantelamiento progresivo del Estado de derecho». El PiS hace que el poder se vuelva vertical: el «verdadero» polaco –un hombre católico y heterosexual– «se levanta de su figura arrodillada» y se alza orgulloso sobre sus dos pies, en una venganza contra los adversarios de ayer –el nazismo y el comunismo– y contra lo que el nuevo gobierno considera sus encarnaciones contemporáneas –una Europa alemana y el nuevo «fascismo de izquierda». El PiS limita o, incluso, prohíbe cualquier posibilidad de cuestionar la narrativa nacional polaca. También, es un partido social, fundado en una visión tradicional de la sociedad («modelo de vida social basado en valores arraigados en nuestra tradición»3). Durante mucho tiempo, ha hecho campaña sobre el tema de «Polonia solidaria» (en contraposición con «Polonia liberal») y una de sus recientes medidas emblemáticas ha sido aumentar de 500 a 800 zlotys el subsidio concedido para los hogares, por cada hijo, a partir de 2024. Este programa, en su versión de 500 zlotys, fue crucial para la elección del PiS en 2015.

El PiS está en apuros frente a las elecciones de este otoño. La Derecha Unida será la ganadora según los sondeos, que, actualmente, le otorgan un 35 % de los votos, pero esta cifra es inferior a los resultados de 2019 (44 %), cuando obtuvo la mayoría de escaños en el Sejm –entretanto, en 2021, un pequeño partido abandonó la coalición. Su electorado se encuentra en ciudades medianas, pueblos y zonas rurales, principalmente, en el sur, este y centro de Polonia. Ninguna ciudad importante tiene alcalde del PiS. En las elecciones presidenciales de 2020, el oponente de Duda fue Rafał Trzaskowski, actual alcalde de Varsovia, de la Plataforma Cívica, que obtuvo el 49 % de los votos en la segunda ronda. Por todo ello, el PiS aún es el mayor partido de Polonia y no admite la derrota. Ha ganado todas las elecciones desde 2015 y ha logrado resistir las manifestaciones masivas de 2020 contra las restricciones en cuanto al aborto, la pandemia y su gestión condenada por la oposición, la guerra de Ucrania y la inflación masiva que azota el país sin desplomarse en las encuestas nunca.

El PiS está en apuros frente a las elecciones de otoño.

OLIVIER LENOIR

3 – La Coalición Cívica: en busca de una coalición aún más amplia 

Frente a la Derecha Unida y al PiS, la principal fuerza de la oposición es la Coalición Cívica (KO), organizada, desde 2018, en torno al partido Plataforma Cívica (PO), liderado por Donald Tusk con otros tres pequeños partidos y algunos independientes. La Coalición Cívica cuenta, actualmente, con 125 diputados en el Sejm (de 460) y con 42 senadores. Es el líder de la oposición en el Sejm, mientras que el mariscal (es decir, el presidente) del Senado procede de sus filas. Desde 2007 hasta la victoria del PiS, en 2015, la PO fue el partido más grande del Sejm y le dio a Polonia dos primeros ministros: Donald Tusk (2007-2014), sustituido por Ewa Kopacz (2014-2015) cuando Tusk asumió la presidencia del Consejo Europeo (2014-2019).

La PO es miembro del Partido Popular Europeo y se considera, desde hace tiempo, un partido de centro-derecha liberal bastante clásico. Los otros tres pequeños partidos de la Coalición (Moderno, Iniciativa Polaca, Verdes) son de centro-izquierda, lo que hace que la Coalición sea, ligeramente, más de izquierda que la Plataforma como tal. Cuando llegó al poder, en 2007, la Plataforma Cívica hizo gala de un intenso liberalismo económico con el objetivo de bajar los impuestos, privatizar las empresas y fomentar la innovación. En realidad, los impuestos no bajaron entre 2007 y 2015. La Plataforma Cívica conserva algunos elementos liberales (por ejemplo, quiere reabrir los comercios los domingos), pero ha abandonado sus posiciones de 2007 e incorporado medidas socialdemócratas, como el aumento del gasto en servicios de salud, en respuesta a un PiS igualmente social. La Coalición Cívica afirma ser «un partido de la razón, de la moderación y del centro, no de la locura ni de los extremos».

La Plataforma Cívica conserva algunos elementos liberales (por ejemplo, quiere reabrir los comercios los domingos), pero ha abandonado sus posiciones de 2007 e incorporado medidas socialdemócratas, como el aumento del gasto en servicios de salud, en respuesta a un PiS igualmente social.

OLIVIER LENOIR

Según los últimos sondeos, la Coalición Cívica cuenta, actualmente, con el 30 % de los votos, lo que la sitúa en segundo lugar por detrás del PiS. Esta cifra es, ligeramente, superior al 27 % que obtuvo en 2019. El escenario de un gobierno liderado por Tusk a finales de 2023 es, por lo tanto, creíble, pero tendrá que ir acompañado de una coalición ampliada, ya que la Coalición Cívica no podrá gobernar sola. La Coalición –como todos sus adversarios– no tiene un programa claro y es libre de seguir siendo un partido comodín, dispuesto a unir sus fuerzas en un «todos contra el PiS». En los últimos meses, Tusk ha redoblado sus esfuerzos para construir una amplia alianza con la izquierda y otros partidos de centro, una estrategia que, hasta ahora, no ha tenido verdadero éxito. Sin embargo, esto no significa que sea imposible una coalición de gobierno tras las elecciones, pero las negociaciones serán difíciles.

4 – El otro centro o la desunión de los centros

Otros dos partidos componen el centro polaco y lo que tienen en común es que se han aliado entre ellos y se han negado a pactar con Tusk: Polonia 2050 y la Coalición Polaca.

Polonia 2050 es el partido más reciente en estas elecciones. En las elecciones presidenciales de 2020, el periodista Szymon Hołownia, sin pasado político antes de 2019, emergió como el tercer hombre en liza, antes de votar «sin placer», en la segunda ronda, por el candidato de la Plataforma Cívica Rafał Trzaskowski. Polonia 2050 se construyó en torno a él. Al no haber participado en las elecciones parlamentarias de 2019, el partido sólo cuenta con 6 diputados y 1 senador, procedentes de la disidencia de otros partidos existentes. También, tiene un eurodiputado que es miembro de Renew. El partido afirma ser centrista, relativamente ecologista, liberal y europeo, pero aún es conservador en ciertas cuestiones, como el aborto (más sobre esto más adelante). Varios expertos afirman que es, en gran medida, fungible en la Coalición Cívica, pero su fundador se niega a que su partido se convierta en miembro minoritario de una formación mayor.

La Coalición Polaca es una unión de varios partidos dominada por el Partido Popular Polaco, conocido, durante mucho tiempo, como Partido de los Campesinos. Partido político con una larga historia, el Partido Popular Polaco participó en una coalición de izquierdas al final del comunismo; después, gobernó con la Plataforma Cívica de 2007 a 2015, antes de pasar a la oposición. Cuenta con 19 diputados. Su ideología mezcla elementos socialdemócratas con conservadurismo social, sobre todo, a medida que se ha ido acercando al pequeño partido populista de derecha Kukiz’15.

Tras largas discusiones con la Coalición Cívica, Polonia 2050 y la Coalición Polaca decidieron unir sus fuerzas, sin la Coalición Cívica. A finales de abril de 2023, nació la «Tercera Vía». El anuncio de la alianza le dio a la Tercera Vía el 14 % de los votos, lo que la convirtió en el tercer candidato en las elecciones. Los últimos sondeos rondan, ahora, por el 11 %. En cualquier caso, si las negociaciones llegan a buen puerto, la Tercera Vía es un socio potencial para un gobierno en alianza con la Coalición Cívica de Tusk este otoño.

Tras largas discusiones con la Coalición Cívica, Polonia 2050 y la Coalición Polaca decidieron unir sus fuerzas, sin la Coalición Cívica. A finales de abril de 2023, nació la «Tercera Vía».

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5 – Confederación, la extrema derecha, ¿alborotadora o creadora de reyes?

Otra alianza de pequeños partidos ha pasado a ocupar un lugar central en la ecuación política polaca: la Confederación de la Libertad y la Independencia, o, simplemente, Confederación. Reúne, prácticamente, todos los elementos de la extrema derecha más radical: conservadurismo social absoluto (prohibición total del aborto, restricciones en los programas de educación sexual), deseo de reinstaurar la pena de muerte, liberalismo económico desregulado (disminución de todos los impuestos y la abolición del impuesto sobre la renta). Varios miembros del partido también han hecho comentarios, claramente, antisemitas, en el país del que procedían más de la mitad de los muertos de la Shoah4

Además, varios de sus dirigentes han adoptado posturas prorrusas y antiucranianas al sugerir que el gasto polaco en Ucrania debería reservarse para los polacos, algo muy poco frecuente en Polonia. La falta de apoyo público hacia esta postura ha provocado varias reorganizaciones dentro del partido, que, ahora, hace mucho más énfasis en su ultraliberalismo económico y en su ultraconservadurismo social.

Todavía, en torno al 6 a 7 % de los votos, según los sondeos de 2022, Confederación alcanzó un máximo del 13 % en junio de 2023 y se convirtió en la tercera fuerza política en las elecciones, por delante de la Tercera Vía, que, ahora, es la cuarta. Está omnipresente en las redes sociales. Al principio, atrajo a votantes de la Coalición Cívica, que la criticaban por no ser tan liberal económicamente como antes, pero, ahora, parece atraer a parte del electorado del PiS, principalmente, hombres solteros de zonas rurales o semirurales con opiniones nacionalistas. En las elecciones presidenciales de 2020, los votantes de Confederación de la primera ronda se repartieron a partes iguales entre la Plataforma Cívica y el PiS en la segunda ronda.

En la actualidad, Confederación podría pasar de los 9 escaños en el Sejm a 50, a finales de 2023, y bien podría convertirse en una pieza fundamental para que se pueda formar un gobierno. Aunque su ideología nacionalista es, más o menos, compatible con la del PiS, participar en una coalición con el partido en el poder contradiría la voluntad declarada de Confederación de ser antisistema y anti-PiS: es el principal crítico del gasto social del PiS y aspira a convertirse, con el tiempo, en el líder de la derecha polaca. El apoyo a la Coalición Cívica y a sus hipotéticos socios podría ser una forma de confinar al PiS a la oposición, de esperar su declive y de negociar algunas medidas liberales con Tusk. Sin embargo, ideológicamente, la extrema derecha y el centro polaco son, casi diametralmente, opuestos. Por lo tanto, Confederación podría apoyar a un gobierno minoritario que se acerque más a sus intereses políticos a largo plazo mientras la hace de aguafiestas en cada votación crucial del Sejm y el Senado5.

En la actualidad, Confederación podría pasar de los 9 escaños en el Sejm a 50, a finales de 2023, y bien podría convertirse en una pieza fundamental para que se pueda formar un gobierno.

olivier lenoir

6 – La izquierda polaca digiere su declive

De antaño, poderosa, y en el poder de 1993 a 1997 y de 2001 a 2005, la izquierda polaca ha sufrido un rápido declive del que se han beneficiado la Plataforma Cívica y el PiS. Sin embargo, Polonia aún tiene una coalición socialdemócrata, La Izquierda, con 43 diputados y 1 senador. Aunque los partidos de izquierda de las décadas de 1990 y del 2000 fueron populares entre un electorado históricamente comunista y laico (por ejemplo, los funcionarios), un gran escándalo de corrupción, en 2004, acabó con sus esperanzas políticas. La izquierda perdió, entonces, un electorado popular, pero conservador, históricamente interesado en sus medidas sociales (aumento del salario mínimo, aumento del gasto público en salud y educación, etcétera). Desde entonces, la izquierda ha modernizado su programa para incluir el progresismo social (cámaras en la policía, unión civil y, después, matrimonio para todos, liberalización del aborto, entre otros).

La Izquierda cuenta, actualmente, con el 8 % de las intenciones de voto, lo que supone un ligero retroceso. El umbral para tener diputados en el Sejm como coalición es, precisamente, del 8 %, por lo que existe el riesgo de que La Izquierda no tenga representación alguna durante los próximos cuatro años. Sin embargo, si obtuviera escaños, podría ser un socio privilegiado de la Coalición Cívica, debido a su pragmatismo político, que la lleva a hacer todo lo posible para que no triunfe el PiS. La Izquierda se negó a formar coalición con la PO antes de las elecciones, pero no cerró la puerta para después. De hecho, los líderes de La Izquierda participaron en la gran marcha organizada por Tusk en Varsovia, el 4 de junio, mientras que Polonia 2050, por ejemplo, dudó en participar durante mucho tiempo (pero, finalmente, lo hizo).

Al final, entre el 13 % de Confederación, el 11 % de la Tercera Vía y el 8 % de La Izquierda, casi un tercio de las próximas cámaras podría ir a formaciones, ciertamente, minoritarias, pero absolutamente cruciales para la formación de un gobierno. Entre la participación en el gobierno, el apoyo a un gobierno minoritario y la abstención, el abanico de posiciones políticas de cada una de estas tres alianzas es variado. Hay otros partidos pequeños que aún no se han unido a ninguna de las grandes coaliciones y que, por lo tanto, tienen pocas esperanzas de tener representación en otoño.

Entre la participación en el gobierno, el apoyo a un gobierno minoritario y la abstención, el abanico de posiciones políticas de cada una de estas tres alianzas es variado.

olivier lenoir

El hecho es que el PiS y la Plataforma Cívica –Kaczyński y Tusk– son los principales adversarios políticos que definirán el colorido político de Polonia hasta finales de 2027. Los dos partidos están, resueltamente, enfrentados en varios temas importantes que se desarrollarán ahora: política económica, Europa, geopolítica regional y género. Pero, ¿aún son realmente diferentes?

7 – Economía y fiscalidad, batallas campales

El programa del PiS de 2014 afirmaba lo siguiente: «El rápido desarrollo y la modernización fundamental de nuestra economía son las mejores garantías para mejorar las condiciones de vida de las familias polacas». El PiS se ha consolidado como un partido de derecha neonacionalista a favor del gasto social. Durante su primera legislatura (2015-2019) y, luego, en respuesta a la pandemia, el PiS llevó a cabo varias reformas fiscales, que consistieron en lo que se menciona a continuación:

⦁ Aumentar el gasto público para determinados públicos, como las parejas con un hijo (500 zlotys por hijo)

⦁ Reducir la tasa impositiva y aumentar las exenciones de los principales impuestos conocidos por el público en general (impuesto sobre la renta, IVA, impuesto de sociedades para las PyME);

⦁ Aumentar los impuestos para determinados sectores menos expuestos directamente a los ciudadanos y los votantes, como los bancos

⦁ Introducir impuestos sobre productos específicos, a veces, justificados en nombre de otros objetivos de política pública, como las bolsas de plástico (por el medio ambiente) y el azúcar (por la salud).

Con ello, el PiS ha logrado (excluyendo la pandemia) reducir la deuda/PIB y proponer presupuestos casi equilibrados. Sin embargo, la pandemia redujo los ingresos fiscales del Estado, lo que llevó al PiS a proponer, en mayo de 2021, un «New Deal» polaco, lo que consistía en hacer más progresivos los impuestos al bajarlos para los menos pudientes (incluidos los pensionistas) y al aumentarlos para los más ricos, los independientes y las empresas, con el fin de financiar más infraestructuras y el gasto de salud en particular. Sin embargo, la aplicación del paquete fue un fiasco y muchas personas a las que no se había dirigido se encontraron con un pico descendente de ingresos, que el PiS trató de corregir, al mismo tiempo que perdía parte de su credibilidad6. Luego, en el mismo momento en el que la inflación resultante de la guerra en Ucrania reducía el poder adquisitivo de sus votantes, el PiS bajó el IVA y subvencionó el combustible y la calefacción. Recientemente, anunció que su plan de 500 zlotys por hijo pasaría a 800 zlotys y que los medicamentos serían gratuitos para las personas mayores y los menores de edad. Este gasto ha llevado a la Comisión a invitar a Polonia a orientarse mejor y a reducir su gasto público7.

Por su parte, la PO de Donald Tusk fue elegida, en 2007, con un programa liberal de reducción de impuestos. Esta línea sigue presente en sus filas, cuando criticó ampliamente los 500 zlotys del PiS, en 2015, así como su «New Deal» de 2021: el eurodiputado Sikorski, por ejemplo, consideró que era excesivo, que amenazaba las finanzas públicas y que el PiS «desprecia a la clase media polaca independiente, emprendedora y trabajadora»8, aunque parte de La Izquierda reconociera el interés de ciertas medidas sociales.

Por todo ello, la PO gobernante ha sido más derrochadora de lo esperado y ha abrazado la ola del liberalismo mesurado, con ocasionales tintes socialdemócratas. En la tierra de Solidarność, la PO declara: «No hay prosperidad sin solidaridad». Tusk anunció que no eliminará las ayudas familiares. También, quiere un subsidio de renta de 600 zlotys para los más modestos y préstamos al 0 % de interés para la compra de vivienda. Estas medidas de la PO responden a la demanda de gasto público de una población polaca que quiere aprovechar el deslumbrante crecimiento económico, pero, también, le permiten evitar parecer que socava al PiS, que, a su vez, había hecho campaña por una «Polonia solidaria» frente a una «Polonia liberal».

8 – Europa como tema de oposición nacional

Todas las encuestas muestran que los polacos son muy eurófilos… pero ¿qué tipo de Europa quieren? El pasado mes de marzo, en su discurso en la Universidad de Heidelberg, el primer ministro polaco Morawiecki aclaró la doctrina del PiS sobre Europa: «Hoy en día, el ágora europea se sustituye, con demasiada frecuencia, por los despachos de las instituciones de Bruselas, donde las decisiones se toman a puerta cerrada. […] Les advierto a todos aquellos que quieran crear un superestado gobernado por una élite restringida». E insistió en que la pareja franco-alemana, que, en su opinión, había logrado comprender las especificidades y los intereses del otro, debe comprender, ahora, los de Varsovia.  Antes de justificar las reformas de su sistema judicial y de criticar las presiones impuestas por un «superestado centralizado», citando a De Gaulle y Adenauer, Morawiecki añadió: «Nuestra identidad básica es la identidad nacional. Soy europeo porque soy polaco, francés o alemán. […] Me gustaría dejar claro que, en Polonia, entendemos el Estado de derecho igual que en Alemania». La visión del PiS de la democracia es la del poder a través de las urnas, pero excluye la perspectiva de controles y equilibrios independientes. Como resultado, el PiS se ha embarcado en una «oposición frontal entre un Estado miembro y el orden europeo».

El PiS quiere reducir el ámbito de actuación de la Unión, ampliarla para incluir a los actuales países candidatos y preservar la regla de la unanimidad para impedir que una mayoría tome decisiones en nombre de países que no desean hacerlo. En una frase, Morawiecki lo resume así: «Demos un paso atrás para dar dos adelante». Para el primer ministro polaco, «los Estados miembros deben recuperar su plena autoridad sobre los tratados». Sin embargo, para el primer ministro, que ha comprometido a su país en un proyecto que debería convertir al ejército polaco en el mayor de Europa, «mi deseo para los países de Europa es que sean tan fuertes militarmente que no necesiten ayuda exterior en caso de ataque, sino que puedan proporcionar apoyo militar a otros». Mientras tanto, el apoyo de la OTAN y la alianza con Estados Unidos son cruciales.

En cambio, la PO cuenta con un líder en Donald Tusk, antiguo presidente del Consejo Europeo. En conjunto, la PO está de acuerdo con los valores europeos y desea restaurar la reputación de su país en la escena política europea. En la época del Tratado de Lisboa, Tusk deseaba que su país entrara en la zona euro, antes de cambiar de opinión en plena crisis de la eurozona. Ha sido un firme opositor del Brexit al concederles «un lugar especial en el infierno a quienes promovieron el Brexit sin siquiera un esbozo de plan para llevarlo a buen puerto»9. A pesar de todo, la introducción oficial del partido en su página web no menciona a Europa en ninguna parte y, de sus discursos, no parece desprenderse ningún programa europeo claro.

En este periodo preelectoral, la PO habla de Europa, sobre todo, para criticar al PiS. Constantemente, condena las reformas judiciales del PiS, que, hasta ahora, han bloqueado los fondos europeos. En marzo, Tusk declaró: «Mientras el PiS esté en el poder, no habrá dinero europeo en Polonia». Otro ejemplo: en 2017, Tusk, presidente del Consejo, se distinguió con una carta oficial en la que invitaba a abandonar el sistema de cuotas de asignación de migrantes que le vale hasta un apoyo sarcástico de Morawiecki10. En respuesta al reciente pacto migratorio, concluido en junio de 2023, en el Consejo de la Unión Europea, el alcalde de la PO de Varsovia tuvo palabras ambivalentes al referirse a los «movimientos incontrolables de migrantes», pero queriendo, sobre todo, criticar al PiS por mantenerse en la oposición frontal y negarse a negociar «buenas condiciones para Polonia»11, sin decir, realmente, cuáles eran.

9 – Alemania, Rusia, vecinos, aliados, enemigos

Además de la relación con las instituciones europeas, los dos temas principales del debate geopolítico entre el PiS y la PO se refieren a la relación con Alemania y Rusia, pues ambos están íntimamente ligados.

El PiS no duda en criticar duramente la supuesta relación entre la PO y Alemania. El pasado mayo, utilizando la figura del comprador comprometido con los extranjeros, Kaczyński declaró: «Varios centros extranjeros, liderados por Berlín, apoyados por grupos de compradores polacos, querrían desviar a nuestro país del camino de la independencia política y económica y reducir nuestras perspectivas de desarrollo». Una victoria de la oposición significaría el fin de Polonia, finis Poloniae12. Para el PiS, Alemania, aunque sea socio económico de Polonia, es un gran enemigo de la nación, que nunca le ha pagado las reparaciones por sus acciones durante la Segunda Guerra Mundial. Kaczyński no ha dudado en describir a la Unión como un «cuarto Reich alemán»13. La reticencia alemana para apoyar a Ucrania o la figura de von der Leyen al frente de la Comisión bastan para desencadenar las diatribas de los líderes del PiS y de la televisión pública TVP.

Tusk, aliado de Merkel en el seno del PPE, sí ha dado muestras de cooperación con Alemania, en nombre de los valores del centro-derecha europeo, pero, también, en favor de la economía polaca. Sin embargo, no ha dudado en criticar varias políticas alemanas, como la energética o la migratoria, y ha pedido un reequilibrio de la asociación franco-alemana incluyendo, en mayor medida, a Polonia como parte del triángulo de Weimar14. En un discurso pronunciado en Potsdam, en septiembre de 2022, Tusk también instó a Alemania a hacer más por Ucrania y planteó la cuestión de las reparaciones de guerra alemanas15.

En cuanto a Rusia, el PiS ha encontrado en la guerra de Ucrania una validación de la retórica antirrusa que ha mantenido durante muchos años. Recientemente, estalló una polémica en torno a la comisión sobre la influencia rusa en la vida pública polaca que el gobierno quiere crear, que fue rápidamente analizada como un medio para expulsar de la política a los líderes de la oposición. En particular, el PiS critica a la PO por haber tomado ciertas medidas a favor de Rusia durante sus años de gobierno, como la voluntad de trabajar juntos a nivel europeo para definir una relación con Rusia o la importación de energía rusa en Polonia.

En efecto, el Partido Popular Europeo ha hecho algunos acercamientos hacia Rusia, pero no es, en absoluto, rusófilo. Por ejemplo, la construcción del gasoducto Nord Stream 2 avanzó mucho cuando el Consejo Europeo estaba presidido por Tusk, miembro del PPE, como Merkel, pero el propio Tusk se opuso y volvió a declarar, en septiembre de 2021, que era «un error imperdonable, un error fruto de intereses alemanes entendidos de manera egoísta». En 2018, el presidente del Consejo, Tusk, dijo: «Nuestro problema es Rusia, que socava todo lo que puede socavar en Europa.»16 La PO también sostiene que los suministros polacos de carbón ruso han aumentado desde que el PiS llegó al poder y que el PiS mantiene relaciones con otros partidos neonacionalistas europeos prorrusos, como el RN francés o el Fidesz húngaro17. La cuestión de las relaciones con Rusia es una bomba política que se lanzan, constantemente, de un lado a otro el PiS y la PO, aunque estén de acuerdo básicamente.

10 – El género en las elecciones

Por último, los partidos son diametralmente opuestos cuando se trata de los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales. El aborto estaba relativamente liberalizado en Polonia hasta 1993, cuando una nueva ley lo hizo posible sólo en tres casos: malformación del feto, riesgo para la vida o la salud de la mujer embarazada y embarazo resultante de un acto ilegal (violación, incesto, etcétera). La ley castiga a quienes fomentan el aborto fuera de estos casos específicos, pero no a la propia mujer que aborta. El debate volvió a la palestra en la década de 2010 y culminó con una ley aprobada con mayoría del PiS, en 2018, validada por una sentencia del Tribunal Constitucional de Polonia en 2020, cosa que desencadenó protestas masivas. La ley consistía en abolir el primero de los tres casos anteriores, la malformación fetal, que, entonces, representaba el 95 % de los motivos para abortar. Como resultado, el PiS ha hecho prácticamente imposible el aborto en Polonia y no tiene planes de cambiar su postura.

Con respecto a las personas LGBT, la legislación polaca en la era del PiS no permite el reconocimiento de las uniones civiles entre personas del mismo sexo y castiga el discurso homófobo. Las campañas electorales del PiS, en 2019 y 2020, se caracterizaron por una fuerte propaganda contra la «ideología LGBT» y el PiS promovió «zonas libres de LGBT» (que no tienen estatus legal), ubicadas en territorios que votan por el PiS. En junio de 2019, el ministro de Educación Nacional declaró que la carta de derechos LGTB firmada por el alcalde de Varsovia (PO) Trzaskowski era «un intento de sexualizar a la fuerza a los niños», que «probablemente, serán entregados a pedófilos».

Por otra parte, la posición de la Plataforma Cívica sobre cuestiones de sexo y género es más abierta, sin ser totalmente liberal. Sobre el aborto, el partido de Tusk ha sido, durante mucho tiempo, bastante conservador, pues consideraba que debía oponerse a la ley de 2018 y sólo volver a la condición de malformación del feto. En junio de 2022, Tusk aclaró la posición de la PO: ahora, apoya el aborto a petición de la mujer, tras consultar con un médico, pero sin condiciones adicionales, durante las doce primeras semanas de embarazo. Cualquier partido que piense lo contrario no podrá participar en la Coalición Cívica; de hecho, éste es uno de los puntos de divergencia con la Coalición Polaca y Polonia 2050, cuyo líder Hołownia, conservador en la materia, quiere un referéndum, idea que Tusk considera «peligrosa». La Izquierda rechaza un referéndum como derecho fundamental de las mujeres. Esto dificultará aún más los intentos de coalición tras las elecciones. Tusk también anunció que quiere introducir las uniones civiles entre personas del mismo sexo (por no hablar del matrimonio o la adopción)18. Estas medidas son sintomáticas del movimiento de la Plataforma Cívica hacia el centro, aunque aún sean relativamente conservadoras en comparación con las posiciones defendidas por los partidos centristas en Europa y La Izquierda polaca. No obstante, Tusk asumió el riesgo de alienar a algunos de sus diputados (que han abandonado el partido en el Sejm) y a varios posibles futuros socios de coalición.

Conclusión

El PiS sigue siendo, por lo tanto, el partido inevitable en Polonia, que puede contar con una sólida base electoral convencida por sus medidas sociales y su postura diplomática intransigente. Por otro lado, la Coalición Cívica adolece por falta de un programa real, por una retórica anti-PiS, a veces, insuficiente y por un liderazgo menos convincente. Sin embargo, tiene buenas posibilidades de forjar una amplia alianza con los demás partidos, basada en un programa aún por encontrar, en cualquier caso, en abierta oposición al PiS, con la esperanza de ponerle fin a ocho años de gobierno neonacionalista. Polonia asumirá la presidencia del Consejo de la Unión Europea en enero de 2025: el futuro de la Unión depende de la formación política que gobierne el país. Sin embargo, en diciembre de 2023, los polacos podrían ver los primeros signos de cambios en los derechos sociales, en las libertades y en el posicionamiento geopolítico y europeo de su país o podrían no verlos en absoluto. 

Notas al pie
  1. Aparte de los candidatos de la minoría alemana de Polonia.
  2. « Parliament approves changes to Poland’s electoral code as opposition cries foul », Notes from Poland, 27 de enero de 2023.
  3. Cf. el sitio web del partido Ley y Justicia.
  4. « ”To say that Poland is an antisemitic country is absolutely not true” : Israeli ambassador », Notes from Poland, 2 de noviembre de 2019.
  5. « Will the radical right Confederation emerge as kingmaker after this year’s Polish election ? », Notes from Poland, 15 de mayo de 2023.
  6. « The Polish Deal : how a landmark tax reform has turned into a PR disaster for the government », Notes from Poland, enero de 2022.
  7. « EU advises Poland to cut spending and improve targeting of social benefits », Notes from Poland, 25 de mayo de 2023.
  8. Cf. su tweet del 15 de mayo de 2021.
  9. « Donald Tusk : Special place in hell for Brexiteers without a plan », 6 de febrero de 2019.
  10. Jennifer Rankin, « EU could ‘scrap refugee quota scheme’ », The Guardian, 11 de diciembre de 2017.
  11. Cf. su tweet del 9 de junio de 2023.
  12. « Opposition election victory would mean “end of Poland”, warns Kaczyński », Notes from Poland, 27 de mayo de 2023.
  13. « Polish government steps up anti-German rhetoric ahead of re-election bid », Notes from Poland, 3 de septiembre de 2022.
  14. « Tusk – Don’t leave crisis to Paris and Berlin », Radio Poland, 19 de enero de 2012.
  15. « « To jest także nasza wojna ». Wystąpienie Donalda Tuska w Poczdamie », Newsweek, 15 de septiembre de 2022.
  16. « Tusk makes scathing attack on Russian influence », Politico, 6 de octubre de 2018.
  17. Cf. el tweet de Donald Tusk del 8 de abril de 2022.
  18. « Tusk promises abortion up to 12 weeks and same-sex partnerships in “march towards modernity” », Notes from Poland, 8 de junio de 2022.