Doctrinas de la China de Xi Jinping

Las palabras de Xi en Moscú

Doctrinas de la China de Xi | Episodio 29

La convergencia entre Moscú y Pekín ha alcanzado un nuevo hito. El artículo que Xi publicó en los medios rusos esta semana expone una clara ambición: China y Rusia quieren construir un sistema global de valores compartidos frente a Estados Unidos.

Autor
Alexandre Antonio
Portada
© PAVEL BYRKIN

Aunque Pekín haya presentado el mes pasado un plan de paz que podría haber suscitado dudas sobre un distanciamiento con Moscú, la visita de Xi Jinping a Rusia invitado por Vladímir Putin pasa definitivamente página a un año de ambigua neutralidad desde el inicio de la guerra en Ucrania. Esta es la novena visita del presidente chino a Moscú, y la asociación estratégica cuyo marco se estableció durante el tratado de amistad sino-ruso de 2001 será fundamental para los cambios económicos, energéticos y geopolíticos de 2023. Xi y Putin expresaron esta certeza durante su despedida: las transformaciones en curso, «sin precedentes desde hace más de 100 años, serán lideradas conjuntamente por China y Rusia»1.

Ahora expuesta en público, la naturaleza de la asociación sino-rusa también está siendo duramente criticada por Washington: empezando por la revelación de que se han enviado a Rusia aviones no tripulados chinos por valor de 12 millones de dólares desde el inicio de la invasión y las críticas de la Casa Blanca a la visita de Xi que «sugieren que China no se siente obligada a exigir cuentas al presidente [sobre el que pesa ahora una orden de detención internacional] por las atrocidades cometidas en Ucrania». 

El lunes, antes de su visita de Estado a Rusia, el periódico ruso Gaceta Rusa y la agencia de noticias RIA Novosti, vinculada al Kremlin, publicaron un artículo de Xi titulado «Avanzar para abrir un nuevo capítulo de amistad, cooperación y desarrollo conjunto entre China y Rusia». En este último, el presidente chino reafirma la «posición objetiva e imparcial» de China en la guerra de Ucrania, al tiempo que elogia la «amistad duradera» con su socio ruso, al que considera ante todo su «mayor vecino y miembro de pleno derecho [legítimo] de los organismos internacionales».

En términos más generales, Pekín y Moscú exhiben la ambición de «una nueva visión, un nuevo plan y nuevas medidas para el desarrollo de la asociación estratégica de coordinación global sino-rusa», cuyo cemento serían «valores civilizacionales» que resonarían en los países no alineados. Haciéndose eco de muchos de los mantras de la agenda de Xi Jinping, esta «respuesta a los cambios mundiales» sería sobre todo una respuesta al conflicto existencial con Estados Unidos, lo que implicaría un nuevo orden mundial compartido con Rusia y los países del Sur.

Avanzar para abrir un nuevo capítulo de amistad, cooperación y desarrollo conjunto entre China y Rusia

Por invitación del presidente Vladimir Putin, pronto haré una visita de Estado a la Federación Rusa. Rusia fue el primer país que visité tras mi elección hace diez años. En la última década, he realizado ocho visitas a Rusia. Cada vez he venido con grandes expectativas y he regresado con resultados fructíferos, abriendo un nuevo capítulo en las relaciones China-Rusia con el presidente Putin.

China y Rusia son los mayores vecinos entre sí, y socios de coordinación estratégica global. Ambos somos países importantes en el mundo y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Ambos países defendemos una política exterior independiente y consideramos nuestra relación una prioridad en su diplomacia.

Aquí, Xi legitima la integración de Rusia en las instituciones internacionales, a pesar de los crímenes que violan abiertamente el derecho internacional en el Consejo de Seguridad de la ONU. En Estados Unidos, el secretario de Estado, Anthony Blinken, declaró esta semana que la visita de Xi «sugiere que China no se siente obligada a exigir cuentas al presidente [sobre el que pesa ahora una orden de detención internacional] por las atrocidades cometidas en Ucrania». 

Existe una clara lógica histórica y una gran fuerza motriz interna para el crecimiento de las relaciones entre China y Rusia. En los últimos diez años, hemos recorrido un largo camino en nuestra amplia cooperación y hemos logrado avances significativos en la nueva era.

Las interacciones de alto nivel han desempeñado un papel estratégico clave en el impulso de las relaciones China-Rusia. Hemos puesto en marcha una serie de mecanismos para la interacción de alto nivel y la cooperación multifacética que proporcionan importantes garantías sistémicas e institucionales para el desarrollo de nuestros lazos bilaterales. A lo largo de los años, he disfrutado de una estrecha relación de trabajo con el presidente Putin. Nos hemos reunido 40 veces en actos bilaterales e internacionales. Juntos hemos trazado el esquema de las relaciones bilaterales y la cooperación en diversos campos, y nos hemos comunicado oportunamente sobre los principales asuntos internacionales y regionales de interés mutuo, asegurando así una gestión firme para el crecimiento sostenido, sano y estable de las relaciones sino-rusas.

© Pavel Byrkin/Russian Presidential Press and Information Office/TASS/Sipa USA

Nuestras dos partes han cimentado la confianza política mutua y promovido un nuevo modelo de relaciones entre grandes países. Guiados por una visión de amistad duradera y cooperación beneficiosa para ambos, China y Rusia se han comprometido a no aliarse, no enfrentarse y no dirigirse a terceros en el desarrollo de sus relaciones. Nos apoyamos firmemente para seguir una vía de desarrollo adecuada a nuestras respectivas realidades nacionales y apoyamos el desarrollo y el rejuvenecimiento de la otra parte. Las relaciones bilaterales se han hecho más maduras y resistentes. Rebosan un nuevo dinamismo y vitalidad y son un excelente ejemplo del desarrollo de un nuevo modelo de relaciones entre grandes países, caracterizado por el respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación beneficiosa para todos.

Xi está recuperando los cinco principios de coexistencia pacífica teorizados por Zhou Enlai en la década de 1950, que incluían el compromiso de desarrollar relaciones amistosas con todos los países y respetar su soberanía. Este discurso resonó con fuerza, sobre todo en los países del Sur que acababan de salir de la colonización. 

Nuestras dos partes han establecido un marco de cooperación global a varios niveles. Gracias a los esfuerzos conjuntos de ambas partes, el comercio entre China y Rusia superó los 190 mil millones de dólares el año pasado, un 116% más que hace una década. China ha sido el mayor socio comercial de Rusia durante 13 años. Hemos asistido a un aumento constante de nuestras inversiones bilaterales. Nuestra cooperación en grandes proyectos en ámbitos como la energía, la aviación, el espacio y la conectividad avanza a buen ritmo. Nuestra colaboración en innovación científica y tecnológica, comercio electrónico transfronterizo y otras áreas emergentes está en auge. Nuestra cooperación a nivel subnacional también está creciendo. Todo ello ha aportado beneficios tangibles a los pueblos chino y ruso y ha proporcionado una fuerza motriz incesante para nuestro desarrollo y rejuvenecimiento respectivos.

Tras la visita de Xi a Moscú, Washington calificó a Rusia de «socio menor» de China, en medio de expectativas de que las relaciones económicas entre Rusia y China se exacerbarán este año. De hecho, este mes se anunció que, por primera vez en la historia de la Bolsa de Moscú, el yuan superó al dólar estadounidense como divisa más negociada en febrero de 2023. El volumen de comercio con el yuan superó los 1.48 billones de rublos (18 mil millones de euros) -una proporción del mercado de casi el 40% del volumen comercial- por delante del dólar, que representa 1.42 billones de rublos (17 500 millones de euros).

Nuestras dos partes han actuado con miras a una amistad duradera y han reforzado continuamente nuestra tradicional amistad. Con ocasión de la conmemoración del vigésimo aniversario del Tratado de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa entre China y Rusia, el presidente Putin y yo anunciamos la ampliación del tratado y le dimos nuevas dimensiones. Nuestras dos partes celebraron ocho «años temáticos» a nivel nacional y siguieron escribiendo nuevos capítulos de la amistad y la cooperación sino-rusa. Nuestros dos pueblos se han apoyado mutuamente en la lucha contra el COVID, demostrando una vez más que «un amigo en tiempos de necesidad es un verdadero amigo».

El «Tratado de Buena Vecindad y Cooperación Amistosa entre la República Popular China y la Federación Rusa» (中俄睦邻友好合作条约), o Tratado de Amistad Sino-Ruso, es un tratado estratégico firmado en 2001 entre Jiang Zemin y Vladimir Putin. El 28 de junio de 2021, Rusia y China prorrogaron el tratado por otros cinco años antes de que expirara en febrero de 2022. El tratado sentó las bases de la estrecha cooperación entre ambos países que conocemos hoy, especialmente en los ámbitos económico, diplomático y tecnológico.

Nuestras dos partes se han coordinado estrechamente en la escena internacional y han asumido sus responsabilidades como países principales. China y Rusia están firmemente comprometidas a salvaguardar el sistema internacional centrado en las Naciones Unidas, el orden internacional sustentado en el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales basadas en los propósitos y principios de la Carta de la ONU. Hemos mantenido una estrecha comunicación y coordinación en la ONU, la Organización de Cooperación de Shanghai, los BRICS, el G20 y otros mecanismos multilaterales, y hemos trabajado juntos por un mundo multipolar y una mayor democracia en las relaciones internacionales. Hemos practicado activamente un multilateralismo genuino, hemos promovido los valores comunes de la humanidad y hemos abogado por la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y de una comunidad con un futuro común para la humanidad.

Los países de la OCS, entre los que se encuentran China y Rusia, comparten una visión muy diferente del multilateralismo y, en ocasiones, opuesta a la del G20. En concreto, defienden una agenda mucho más orientada a la seguridad, dirigida a «respetar la soberanía nacional y la integridad territorial», y enfatizan una identidad común entre sus miembros, basada en «lazos civilizacionales, culturales y espirituales milenarios».

Si recordamos el extraordinario recorrido de las relaciones entre China y Rusia en los últimos 70 años, estamos convencidos de que nuestras relaciones no alcanzaron fácilmente el nivel que tienen hoy y de que nuestra amistad sigue creciendo y debe ser valorada. China y Rusia encontraron el camino correcto para la interacción de Estado a Estado. Esto es esencial para que las relaciones resistan la prueba de las cambiantes circunstancias internacionales, una lección que tanto la historia como la realidad confirman.

Mi próxima visita a Rusia será un viaje de amistad, cooperación y paz. Espero trabajar con el presidente Putin para adoptar, de manera conjunta, una nueva visión, plan y medidas para el desarrollo de la asociación de coordinación estratégica integral China-Rusia en los próximos años.

Para ello, nuestras dos partes deben reforzar la coordinación y la planificación. Con la mira en nuestras respectivas causas de desarrollo y rejuvenecimiento, debemos pensar con creatividad, crear oportunidades y dar nuevos impulsos. Es importante que fortalezcamos la confianza mutua y que saquemos a relucir el potencial de la cooperación bilateral para mantener las relaciones China-Rusia en un alto nivel.

© Pavel Byrkin/Russian Presidential Press and Information Office/TASS/Sipa USA

Nuestras dos partes deben mejorar la calidad y la cantidad de las inversiones y la cooperación económica y reforzar la coordinación de las políticas para crear condiciones favorables para el desarrollo de calidad de nuestra cooperación en materia de inversiones. Debemos impulsar el comercio bilateral, promover una mayor convergencia de intereses y de áreas de cooperación y fomentar el desarrollo complementario y sincronizado del comercio tradicional y de las nuevas áreas de cooperación. Debemos realizar esfuerzos sostenidos para crear sinergias entre la Iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda y la Unión Económica Euroasiática, con el fin de proporcionar un mayor apoyo institucional para la cooperación bilateral y regional.

Nuestras dos partes deben intensificar los intercambios culturales y garantizar el éxito de los años de intercambios deportivos entre China y Rusia. Debemos hacer un buen uso de los mecanismos de cooperación subnacional para facilitar más interacciones entre provincias/estados y ciudades. Debemos fomentar los intercambios de personal y promover la reanudación de la cooperación turística. Deberíamos ofrecer mejores campamentos de verano, escuelas dirigidas conjuntamente y otros programas para fortalecer el entendimiento y la amistad entre nuestros pueblos, en especial, entre los jóvenes.

El mundo actual está experimentando cambios profundos que no se veían desde hace un siglo. La tendencia histórica hacia la paz, el desarrollo y la cooperación positiva para todos es irreversible. Las tendencias de multipolaridad mundial, globalización económica y de mayor democracia en las relaciones internacionales son irreversibles. Por otra parte, nuestro mundo se enfrenta a retos de seguridad tradicionales y modernos, a perjudiciales actos de hegemonía, de dominación y de intimidación y a una larga y tortuosa recuperación económica mundial. Todo el mundo está realmente preocupado y deseoso de encontrar una salida cooperativa a la crisis.

En marzo de 2013, en un discurso pronunciado en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, observé que los países estaban casi atados, que dependían unos de otros más que nunca y que la humanidad, que vive en una sola aldea global, se ha reivindicado cada vez más como una comunidad con un futuro común en la que los intereses de todos están bien entrelazados. Desde entonces, he propuesto, en repetidas ocasiones, la Iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda, la Iniciativa de Desarrollo Global, la Iniciativa de Seguridad Global y la Iniciativa de Civilización Global. Todas estas iniciativas han enriquecido nuestra visión de una comunidad con un futuro común para la humanidad y han proporcionado vías prácticas para alcanzarlo. Forman parte de la respuesta de China ante los cambios del mundo, de nuestro tiempo y de la trayectoria histórica.

A continuación, Xi repasa, en orden cronológico, las principales iniciativas globales que China ha propuesto para imponer un modelo de desarrollo chino en el mundo, sobre todo, con la mano tendida hacia los países del sur. Hace casi quince días, China fue anfitriona de las conversaciones entre Irán y su principal rival en Medio Oriente, Arabia Saudita. En este contexto, China se encontró en un «papel de mediación», una posición que Xi Jinping tiene pensado explotar como parte de su «Iniciativa de Seguridad Global» (全球安全倡议), cuyo objetivo es unir a los países no alineados tras la resolución de China de «paz mundial». La semana pasada, Xi Jinping también presentó su Iniciativa de Civilización Global, que se basa, entre otras cosas, en «respetar la diversidad de civilizaciones y valorar el patrimonio de las civilizaciones para mantener una sólida cooperación internacional entre los pueblos», cosa que el Global Times presentó como un imperativo para enfrentar el «resurgente choque de civilizaciones».

En estos diez años, los valores comunes de la humanidad (paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad) se han arraigado más en el corazón de los pueblos. Un mundo abierto, inclusivo, limpio y bello, con paz duradera, seguridad universal y prosperidad común se ha convertido en la aspiración común de un gran número de países. La comunidad internacional reconoce que ningún país es superior a los demás, que ningún modelo de gobernanza es universal y que ningún país debe dictar el orden internacional. El interés común de la humanidad reside en un mundo unido y pacífico, no en uno dividido e inestable.

© Dmitry Azarov/Kommersant/Sipa USA

Desde el año pasado, la crisis ucraniana ha escalado de manera general. China siempre mantuvo una postura objetiva e imparcial al respecto y ha promovido activamente las conversaciones de paz. He presentado varias propuestas: observar los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, respetar las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países, apoyar todos los esfuerzos para una resolución pacífica de la crisis y garantizar la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales. Esto se ha convertido en los principios de China para abordar la crisis ucraniana.

A pesar de esta «postura objetiva e imparcial» que defiende Xi, desde el comienzo de la guerra, los altos funcionarios chinos se han comprometido con Rusia con mucha más frecuencia y a niveles más exclusivos que con Ucrania. 

Recientemente, publicamos la postura de China sobre la solución política de la crisis ucraniana, que toma en cuenta las preocupaciones legítimas de todas las partes y refleja el entendimiento común más amplio de la comunidad internacional sobre la crisis. Esta posición ha contribuido a mitigar las consecuencias de la crisis y a facilitar su solución política. No existe una solución sencilla para una cuestión compleja. Creemos que, mientras todas las partes se adhieran a la visión de una seguridad común, global, cooperativa y sostenible y mantengan un diálogo igualitario, racional y orientado a obtener resultados, encontrarán una forma razonable de resolver la crisis y un camino amplio hacia un mundo de paz duradera y de seguridad común.

China publicó un documento en el que detalla la postura de Pekín en la guerra de Ucrania tras un año de neutralidad ambigua con Rusia. El documento proponía una mediación basada en el principio de «soberanía de todos los países». Este «plan de paz», que «no contiene ningún plan de ejecución específico ni medidas operativas», ha sido explícitamente cuestionado por autores chinos como Hu Wei y, también, ha sido acogido de manera desigual en las instituciones internacionales. 

Para gestionar bien los asuntos internacionales, primero, hay que gestionar bien los asuntos nacionales. El pueblo chino, bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, está haciendo un esfuerzo conjunto para avanzar en el rejuvenecimiento de la nación china en todos los frentes a través del camino de la modernización china. La modernización china se caracteriza por lo siguiente: modernización de una enorme población, modernización de la prosperidad común, modernización del progreso material y ético-cultural, modernización de la armonía entre la humanidad y la naturaleza y modernización del desarrollo pacífico. Estas características distintivas son la consolidación de nuestras prácticas y exploraciones a lo largo de los años y reflejan nuestro profundo conocimiento de la experiencia internacional. En el futuro, impulsaremos con determinación la causa de la modernización china, nos esforzaremos por lograr un desarrollo de alta calidad y subiremos nuestros estándares. Estoy convencido de que ello les brindará más oportunidades de desarrollo a Rusia y a todos los países del mundo.

Así como todo año comienza con la primavera, todo éxito comienza con la acción. Tenemos todos los motivos para creer que China y Rusia, como compañeros de viaje en el camino del desarrollo y el rejuvenecimiento, harán nuevas y mayores contribuciones al progreso humano.

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