• A última hora de ayer, la Cámara Pública (asamblea autoproclamada) de la República Popular de Lugansk «pidió al jefe de la RPL, Leonid Pasechnik, que celebrara inmediatamente un referéndum sobre el reconocimiento de la república como súbdito de Rusia»1. Desde entonces, se han anunciado referendos de anexión en la República Popular de Donetsk, y en la región de Kherson.
  • Estas zonas son ahora de las últimas que están bajo el control del ejército ruso y de los separatistas, tras la contraofensiva ucraniana que, desde principios de septiembre, ha permitido recuperar más de 6.000 km2 de territorio ucraniano, principalmente en el este del país.
  • Estos anuncios suponen un importante riesgo de escalada del conflicto. Según Anna Colin Lebedev, deben considerarse en el contexto del endurecimiento de las sanciones disciplinarias contra los combatientes del ejército ruso aprobadas hoy de urgencia en la Duma del Estado2. Esta ley castigará a los soldados rusos con penas de prisión por deserción, saqueo y rendición voluntaria, introduciendo así los conceptos de «movilización», «ley marcial» y «tiempo de guerra» en el código penal3.
  • Si los habitantes de las regiones ucranianas bajo control ruso deciden votar a favor de la anexión, «cualquier ataque ucraniano a estas zonas sería entonces un ataque al territorio ruso según Rusia […] Para Stanovaya o Baunov (que no son comentaristas que se asusten fácilmente), unido al endurecimiento legislativo, esto anuncia una gran escalada militar, con el pretexto de cruzar una línea roja», según la politóloga4.
  • Aunque todavía no hay indicios de que se esté preparando una movilización masiva, parece que estos anuncios coordinados son una señal de desesperación por parte de Moscú. La semana pasada, los vídeos que mostraban al empresario ruso vinculado al grupo de mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin, reclutando a prisioneros rusos para luchar en Ucrania ya podían leerse como una ilustración de las dificultades de reclutar rusos para luchar en Ucrania5.
  • Otra señal de la evolución de la postura rusa hacia Ucrania: durante una reunión con los jefes de las empresas del complejo militar-industrial ruso, retransmitida por televisión, Putin pidió que todos sus recursos se destinaran al suministro de las tropas rusas sobre el terreno6. En una entrevista publicada en le Grand Continent, Max Bergmann nos decía el pasado mes de mayo que «no confiaba tanto en la capacidad de la base industrial de defensa rusa para satisfacer las necesidades», lo que parece confirmarse hoy. Vladimir Putin y Sergei Shoigu, ministro de Defensa ruso, tienen previsto hablar públicamente esta tarde a las 19:00 horas.
  • La guerra de Rusia contra Ucrania ya no es sólo una guerra de Estado, sino una guerra criminal contra los civiles ucranianos. En un estudio imprescindible basado en una investigación sobre el terreno a más de 1.800 ucranianos, Karina V. Korostelina y Gerard Toal demuestran que esta guerra es una catástrofe humanitaria cuyo alcance total tardará en conocerse.