
Ayer, Matteo Salvini quiso reunir a sus aliados en Florencia. Esta gran reunión de partidos soberanistas y populistas europeos pretendía ser una demostración de fuerza, a seis meses de las elecciones europeas. Pero el efecto fue ambivalente, hasta el punto de que cabe preguntarse a quién benefició realmente esta reunión. David Allegranti analiza todas las escalas -local, nacional y europeo- y nos da las claves de este último episodio del proceso de recomposición de las derechas europeas.