Género

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Hoy se inaugura en París la IV Conferencia Ministerial de Diplomacias Feministas; su secretaria general está convencida de que hay urgencia.

Se está formando una internacional reaccionaria. Su objetivo: destruir los derechos de las mujeres.

Para contrarrestar sus planes, el Quai d’Orsay tiene una estrategia.

Mientras la obra de Suzie Miller llega a Broadway tras un éxito mundial, Agathe Cagé y Elsa Guippe cuestionan la falta de reacción que Prima Facie ha generado en Francia. Piden que se siga el ejemplo de Suecia y España para cambiar el sistema judicial y garantizar los derechos de las mujeres a liberar a la víctima de violación de la carga de la prueba -un cambio que implicará necesariamente a la sociedad civil-.

El 28 de abril, la Corte Constitucional ecuatoriana despenalizó el aborto en casos de violación. Enmarcando este acontecimiento en continuidad con la legalización del aborto en Argentina el pasado mes de diciembre y en medio del endurecimiento de las restricciones a raíz de la segunda ola de la pandemia en Argentina, Ingrid Beck nos ofrece una reflexión sobre las dos herramientas –el feminismo y el humor– que hicieron el 2020 más llevadero y que, finalmente, se presentan como dos discursos clave para, aún en un contexto de crisis sanitaria, no dejar de cuestionar, desafiar y poner en jaque al poder establecido.

Las brechas de género están fuertemente marcadas por el sexismo y el racismo estructural y son multidimensionales: en la distribución de las tareas de cuidado, en las condiciones laborales, en el desempleo, en las brechas salariales, en el acceso a los servicios públicos, en las situaciones de seguridad. En este estudio, Margarita Olivera ofrece una lectura feminista de los efectos de la crisis sanitaria, fundamentándose particularmente en el caso brasileño.