La inteligencia artificial es una nueva y paradójica forma de poder. Su despliegue global —de diversas formas y procedencias— y su armamentismo están transformando las sociedades al mismo tiempo que trastocan el equilibrio de poder internacional. En este sentido, no es de extrañar que los países más avanzados en este campo sean potencias mundiales y regionales como Estados Unidos, China, Rusia, Israel, Turquía e Irán.

En su rápida difusión, algunas tecnologías se encuentran en fases de desarrollo más o menos avanzadas, propias de la investigación, el desarrollo y la experimentación. La complejidad de estas herramientas, combinada con una potencia de cálculo cada vez mayor, va acompañada de dificultades como las «alucinaciones», es decir, propuestas aberrantes de algoritmos en respuesta a determinadas peticiones, cuyas consecuencias pueden ser de gran alcance. 1

A pesar de esta dimensión en gran medida experimental, se están desarrollando y desplegando diferentes formas de IA en todo el mundo.

En el Golfo Pérsico, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos e Irán están integrando la IA a través de enormes contratos con China.

En Ucrania, Gaza, el Mar Rojo y Libia, los conflictos en curso van acompañados de un uso cada vez más masivo de la IA para localizar, apuntar, mejorar la precisión y la velocidad del fuego en el campo de batalla. 2

En China y Estados Unidos se están invirtiendo presupuestos colosales en la «inteligentización de los ejércitos», mientras que los estrategas de la guerra cognitiva están lanzando campañas dirigidas a decenas o incluso cientos de millones de cerebros.

La perturbación de la IA se está produciendo a gran escala; está actuando en lo más profundo del funcionamiento político, con consecuencias potencialmente devastadoras para la estabilidad de las democracias.

Hélène Lavoix, Thierry Taboy y Jean-Michel Valantin

En las economías desarrolladas y en un contexto mundial de rearme, se está forjando un vínculo especialmente intenso entre la lógica del poder y las industrias que venden tecnologías que aún están lejos de madurar, pero cuyos efectos perturbadores ya son enormes, sea cual sea el ámbito: desde la ofimática hasta las finanzas, la sanidad o los asuntos militares. Esta perturbación se está produciendo a gran escala; está actuando en lo más profundo del funcionamiento político, con consecuencias potencialmente devastadoras para la estabilidad de las democracias. La arsenalización de la IA adopta la forma de una guerra cognitiva que se extiende a escala de sociedades enteras mediante el control masivo de las redes sociales. 3

Esta revolución implica otra, particularmente estratégica y crítica para las potencias europeas: el desarrollo de la IA va de la mano del desarrollo igualmente masivo de la producción de electricidad y del consumo de los recursos minerales necesarios para fabricar semiconductores cada vez más precisos y sofisticados 4 en un mundo roto cuyos equilibrios geopolíticos se ven envueltos en recomposiciones profundas, rápidas y cada vez más violentas.

De Ucrania a Gaza, los poderes de la IA en un mundo en guerra

El despliegue de la IA es, por tanto, un reto multidimensional, que debe entenderse como lo que es: el instrumento del poder en el siglo XXI. Como tal, puede sufrirse o asumirse como una herramienta para renovar la influencia y el poder europeos y franceses. 5

La «gran aceleración» de la tecnología y la invasión de la IA en los asuntos militares

La IA está poniendo el mundo patas arriba a medida que se extiende por todos los ámbitos de actividad.

Se está convirtiendo así en una herramienta de gobernanza, a escala individual y para las organizaciones, tanto públicas como privadas, en las esferas civil y militar, al tiempo que introduce árboles de continuidad entre estos diferentes universos. Microsoft está desplegando su suite ofimática Copilot, basada en IA, mientras que el 30 de noviembre de 2022, Open AI lanzó ChatGPT, que estará disponible en varias versiones. El número de usuarios ascendió a 1 millón en 5 días. El 30 de septiembre de 2024, esta cifra se había elevado a 180,5 millones.

Más allá de este caso, que en sí mismo es profundamente impresionante, hay que captar la importancia política y estratégica de la revolución en curso, que sitúa lo que podría ser el control y la producción de «conocimiento» en niveles de complejidad y velocidad que superan en varios órdenes de magnitud a los del cerebro humano.

Una start-up ucraniana, Swarmer, ha conseguido desarrollar enjambres de robots de combate potenciados con IA que llevan participando en el campo de batalla desde la primavera de 2024.

Hélène Lavoix, Thierry Taboy y Jean-Michel Valantin

Esta «gran aceleración» está guiada por un objetivo principal, la creación de una inteligencia artificial general al servicio de la humanidad, pero su consecuencia es una carrera por el dominio en la producción de contenidos, incluidos los ideológicos, en la gobernanza de organizaciones públicas y privadas y en el pilotaje de máquinas por otras máquinas, en fábricas o en el campo de batalla.

En Ucrania, las grandes empresas de IA participan en varios sectores tecnológicos de vanguardia, apoyando la continuidad de las actividades del Estado, gracias a las constelaciones de satélites de Starlink que garantizan la conexión del país a pesar de la ofensiva del ejército ruso, mientras que la nube de Amazon aloja los datos administrativos y económicos del país y Palantir, el «Google de los espías» utiliza sus IA para procesar los datos generados y transmitidos por la flota de drones ucranianos con el fin de proponer soluciones de disparo a sus operadores. 6 De este modo, Palantir contribuye a modelar el campo de batalla para generar una versión electrónica y dinámica del mismo. Muchas otras empresas estadounidenses de IA, incluidos drones y robótica, están presentes y activas en la región, y se expanden rápidamente. Una start-up ucraniana, Swarmer, ha conseguido desarrollar enjambres de robots de combate potenciados con IA que llevan participando en el campo de batalla desde la primavera de 2024. 7

Construir un imperio a través de máquinas y datos: IA y poder industrial

Mientras el Pentágono asume cada vez más la responsabilidad del desarrollo militar de la IA, la China de Xi también ha adoptado una doctrina para ganar las guerras del futuro y aspira a convertirse en el líder mundial en IA para 2030.

Uno de los resultados de esta estrategia, anunciada por Xi Jinping en 2017, es el programa «Made in China 2025». Presentándose como la versión china de la «cuarta revolución industrial» a través de un refuerzo masivo de la calidad de la producción industrial china, establece esencialmente bucles de retroalimentación entre las industrias productoras de máquinas, coches eléctricos, barcos, aviones, drones o incluso maquinaria agrícola «inteligente» y gigantes chinos de las telecomunicaciones y la IA como Alibaba, Baidu, Tencent, Huawei, Xiaomi… Este programa es uno de los principales motores del ascenso tecnológico y estratégico de China. 8

Como ha establecido Aynne Kokas, China también se beneficia de la forma en que está configurando una arquitectura digital y jurídica que le permite «canalizar» hacia su territorio los flujos de megadatos producidos por las empresas estadounidenses que, durante dos décadas, dieron prioridad a la comercialización de este «petróleo del siglo XXI», al tiempo que invertían poco en seguridad. A esto se añade la capacidad de China para piratear las empresas cibernéticas estadounidenses. Así pues, el desarrollo del poder digital está respaldado tanto por la política industrial china como, paradójicamente, por la actividad digital de las empresas estadounidenses9

En la doctrina militar de Pekín, el papel de la IA es ser un multiplicador de fuerzas dentro de un Ejército Popular de Liberación que se moderniza y se masifica a gran velocidad.

Hélène Lavoix, Thierry Taboy y Jean-Michel Valantin

Esta dinámica queda bien ilustrada por el uso del modelo de lenguaje amplio de Meta —la empresa matriz de Facebook, Instagram, Threads y Whatsapp— por parte del Ejército Popular de Liberación: científicos de la Academia China de Ciencias Militares han logrado convertir el modelo de IA (Llama 13B) diseñado por la empresa de Mark Zuckerberg en una herramienta militar de toma de decisiones denominada «ChatBIT». 10

Este desvío de la tecnología refuerza aún más la potencia de fuego china en un contexto en el que, en la doctrina militar de Pekín, el papel de la IA es ser un multiplicador de fuerzas dentro de un Ejército Popular de Liberación que se moderniza y se masifica a gran velocidad. 11

De TikTok a las deepfakes: la IA toma el poder

En otro ámbito, las campañas de influencia política ya no se limitan a difundir información falsa. Ahora explotan las deepfakes y las tecnologías de generación de contenidos para engañar a los ciudadanos e influir en los procesos electorales.

Un ejemplo llamativo de ello fueron las últimas elecciones presidenciales en Eslovaquia, donde una sofisticada deepfake de audio, difundida a gran escala en las redes sociales pocos días antes de la votación, cambió la percepción de un candidato clave, inclinando bruscamente la intención de voto. Este tipo de ataque digital no sólo desorienta a los votantes, sino que también deslegitima las instituciones y exacerba la polarización social.

En esta secuencia, las tecnologías de IA son aún más formidables si consiguen vincularse eficazmente con los algoritmos de indexación de contenidos. En este caso, la deepfake eslovaca se hizo viral por su alto nivel de recuperación e indexación.

Otro caso de intrusión e instalación de IA en operaciones políticas es el de Imran Khan, exprimer ministro de Pakistán, condenado por corrupción y encarcelado en 2023.

Para llevar a cabo la campaña legislativa para las elecciones del año siguiente a pesar del encarcelamiento de su líder, su partido, el PTI, utilizó videos que replicaban la voz del exprimer ministro en discursos escritos desde su celda. Este contenido generado por IA se difundió masivamente como tal en reuniones virtuales a las que asistieron millones de personas en línea. En febrero de 2024, tras una campaña especialmente brutal, el PTI obtuvo una mayoría relativa en el Parlamento en las elecciones generales. 12

Aprovechando el poder de la IA para los métodos de manipulación psicológica, estas campañas pretenden lograr la máxima eficacia llegando a millones de ciudadanos en un tiempo récord.

Hélène Lavoix, Thierry Taboy y Jean-Michel Valantin

Este sistema, que combina la IA de las redes sociales y la difusión de contenidos con motivaciones políticas, es inseparable de lo que destaca un informe de NewsGuard 13 sobre la forma y el ritmo al que los actores maliciosos utilizan las plataformas digitales para difundir narrativas falsas, a menudo con el apoyo de potencias extranjeras, como en Ucrania, donde cientos de sitios prorrusos sembraron la confusión difundiendo narrativas inventadas para justificar la invasión militar. A la inversa, muy al principio de la guerra, Ucrania se convirtió en protagonista de una guerra performativa y cognitiva, en particular para sensibilizar a los países europeos y a Estados Unidos sobre la causa ucraniana.

En el escenario ucraniano, se está librando una inmensa guerra de influencia combinando los medios de comunicación tradicionales, las operaciones psicológicas y la diplomacia con las nuevas tecnologías de las redes sociales, que constituyen una «nueva ecología» de la confrontación. 14

Aprovechando el poder de la IA para los métodos de manipulación psicológica, estas campañas pretenden lograr la máxima eficacia llegando a millones de ciudadanos en un tiempo récord. Gracias a las nuevas capacidades de producción de contenidos y a la ubicuidad de las redes sociales y los teléfonos celulares, el mensaje generado por la IA es a la vez personalizado —a través del algoritmo de las redes sociales que lo hace aparecer para un determinado tipo de persona, en un determinado lugar, en un determinado momento— y compartido a través de «me gusta» y publicaciones o reediciones por redes de afinidad—.

Este uso de las tecnologías digitales para influir en los procesos democráticos plantea un gran reto a los gobiernos, que luchan por regular estas prácticas preservando al mismo tiempo las libertades individuales.

El poder de la máquina: cómo la IA está dando forma a una nueva geopolítica de la energía

Pero esta carrera por el poder a través de la IA también implica el acceso a la energía y los recursos necesarios para desarrollar estas nuevas tecnologías.

En Estados Unidos, la demanda de electricidad generada por la carrera de los gigantes digitales por la IA es uno de los motores del «renacimiento» del sector nuclear estadounidense: la necesidad de centros de datos cada vez más potentes, la introducción de la IA y el crecimiento de los servicios en línea van acompañados de unas necesidades de electricidad cada vez mayores. Más de mil millones de dólares se gastan en estos centros, con importantes consecuencias para las redes eléctricas. Según un estudio de Bloomberg, más de tres cuartas partes de los desequilibrios de intensidad de tensión en la red eléctrica estadounidense se producen a menos de 80 kilómetros de estos centros.

Esta necesidad ha alcanzado tal nivel que OpenAI, la empresa de Sam Altman que está detrás de ChatGPT, quiere construir su propio reactor nuclear; que Microsoft ha entablado negociaciones para reactivar la central nuclear de Three Miles Island con el fin de comprar toda su producción de electricidad; 15 y que Amazon Web Services pretende hacer lo mismo con la central nuclear de Susquehanna. 16

La demanda de electricidad impulsada por la carrera de inteligencia artificial de los gigantes digitales es una de las fuerzas motrices del «renacimiento» del sector nuclear estadounidense.

Hélène Lavoix, Thierry Taboy y Jean-Michel Valantin

Pero para liderar el renacimiento nuclear estadounidense integrando las necesidades del sector, tenemos que construir centrales y ser capaces de alimentarlas. Esto significa dominar, con el nivel de capacidad adecuado, las distintas fases de la cadena del combustible nuclear, desde la extracción del uranio hasta su conversión, enriquecimiento y transformación final en combustible. En consecuencia, es muy probable que el poder de atracción de Estados Unidos se ejerza directamente sobre Canadá, que es uno de los principales productores de uranio del mundo, más aún en un momento en que Donald Trump agita en esa dirección la retórica de la expansión imperial. Dado que la empresa francesa Orano es una de las principales interesadas en la explotación del uranio canadiense (parte de su producción abastece a EDF, el operador nacional del sector nuclear francés), las nuevas y masivas exigencias estadounidenses de uranio podrían crear tensiones para los suministros franceses, al tiempo que resultarían beneficiosas en términos de mercado para Orano. 17

«Donde no hay voluntad de poder, hay declive»: Europa frente a las potencias de la IA

En este contexto, Europa, y Francia en particular, debe responder conjuntamente a tres retos que le plantea directamente el desarrollo mundial de la IA: su apropiación; su arsenalización y utilización por los ejércitos; y el mantenimiento del acceso a los recursos energéticos y minerales que se derivan de ella.

La reglamentación europea instaurada con la Ley sobre la IA, que se centra esencialmente en la protección de datos sin apoyar el desarrollo de la IA europea, y mucho menos su militarización, y sin abordar el ámbito energético. 18 parece muy insuficiente.

En un contexto de reducción de la esfera de influencia francesa, como demuestran las tensiones con las nuevas autoridades de Níger, que condujeron a la retirada del ejército francés del país en 2023, y las disputas sobre el uranio y su explotación que siguieron, la situación podría volverse crítica en el sector energético. Aunque la producción de uranio en Níger representa aproximadamente el 15,4% de las necesidades anuales de uranio de Francia, y las reservas y recursos totales de las minas y yacimientos de los que Orano poseía las licencias de explotación representaban el 44% de las reservas y recursos de uranio de la empresa, ésta ha anunciado su retirada del país. 19

Otro reto es «controlar» los modelos de IA estadounidenses y chinos, omnipresentes en Europa y Francia.

En Europa, Google sigue siendo el principal motor de búsqueda utilizado, pero sin duda pronto le seguirá ChatGPT, mientras que el número de usuarios mensuales de la red china TikTok supera los 15 millones de personas, en su gran mayoría de entre 15 y 28 años, que utilizan esta red para entretenerse pero también, cada vez más y de forma más masiva, para informarse.

Por último, la militarización de la IA está siendo impulsada, en Francia por ejemplo, por la nueva agencia ministerial para la inteligencia artificial de defensa, bajo la autoridad del Ministerio de Defensa. Esta agencia deberá velar por que se tenga en cuenta la necesidad de que las arquitecturas nacionales de IA sean interoperables con las de la OTAN y, por tanto, con las de Estados Unidos, donde la integración de la IA no es otra cosa que la nueva revolución en curso en materia militar.

Como se indica en el artículo 2 de su decreto de creación, la agencia se encarga, en particular, de «coordinar, en relación con la Dirección General de Armamento y la Agencia de Innovación de la Defensa, el desarrollo y la puesta en marcha de las asociaciones y la cooperación internacional necesarias con los actores públicos y privados». 20

La forma en que Francia y Europa están sufriendo el despliegue de la IA y la crisis energética masiva que este despliegue conlleva podría encontrar su diagnóstico profundo en esta «pérdida de la voluntad de poder».

Hélène Lavoix, Thierry Taboy y Jean-Michel Valantin

Aunque el continente se beneficia de algunas excelentes start-ups en el ámbito de la inteligencia artificial, todavía no existe un gigante europeo en este sector. Numerosas iniciativas industriales siguen chocando con un «techo de cristal» a falta de un asentamiento permanente en un segmento de mercado acompañado de la firma de contratos regulares con clientes recurrentes, condición indispensable para un crecimiento estructural en el sector de la defensa.

Citando a Nietzsche, el escritor Boualem Sansal declaraba hace unos meses —antes de ser detenido arbitrariamente en una prisión argelina— que «donde falta la voluntad de poder, hay decadencia». 21 La forma en que Francia y Europa están sufriendo el despliegue de la IA y la crisis energética masiva que este despliegue conlleva podría encontrar su diagnóstico profundo en esta «pérdida de la voluntad de poder» en un momento en que los peligros se acumulan en un entorno cada vez más inestable, entre la competencia estratégica, la aceleración reaccionaria y una competencia cada vez más intensa por el acceso a los recursos.

La distribución internacional del poder establece jerarquías siempre cambiantes entre los «más poderosos» y los «menos poderosos». Estar demasiado abajo en esta escala es peligroso: nos expone a las estrategias de los depredadores y nos expone al riesgo de la derrota. Por eso la soberanía de un país está inextricablemente ligada a su nivel de poder. 22

Si Europa y sus miembros no quieren seguir el camino de la «lenta agonía» contra la que advertía Mario Draghi, es esencial atarse a la dinámica más contemporánea del poder: el crecimiento de la IA y el potencial «renacimiento» de la energía nuclear para alimentar este crecimiento. Entre las prioridades para mantenerse en la carrera, es esencial un acceso independiente y soberano a los recursos científicos, geológicos, industriales y militares.

Notas al pie
  1. «When Artificial Intelligence will Power Geopolitics – Presenting AI», The Red Team Analysis Society, 27 de noviembre de 2017 y «Exploring cascading impacts with AI», The Red Team Analysis Society,17 de mayo de 2023 y «Portal to AI-Understanding AI and Foreseeing the AI powered world»,«Portal to Quantum Information Science and Technology- Towards a Quantum AI World?». Sociedad de Análisis del Equipo Rojo.
  2. Jean-Michel Valantin, serie «AI at War», The Red Team Analysis Society , e Hyperguerre, comment l’AI révolutionne la guerre, París, éditions Nouveau Monde, 2024.
  3. Matthew Ford y Andrew Hoskins, Radical War. Data, Attention and Control in the21st Century, Hurst Publishing, 2022.
  4. Thierry Taboy, Nicolas Marescaux, Marin de Benehay, «Vers quelle destinée numérique?”, Tech Talk, 23 de mayo de 2024, ”Reprendre en main notre destinée numérique», en Europe: Maîtriser notre avenir, Le Laboratoire de la République, 15 de mayo de 2024.
  5. Thierry Taboy, «Intelligence artificielle, 10 ans pour reprendre en main notre destinée européenne», L’Opinion, 4 de junio.
  6. Vera Bergengruen, «How Tech giants helped turn Ukraine into a giant AI war lab”, Time Magazine, 8 de febrero de 2024 y Katherine Tangalakis-Rippert, “Amazon helped rescue the Ukrainian government and economy using suitcase-sized hard drives brought in over the Polish border: “You can’t take out the cloud with a cruise missile”», Business Insider, 19 de diciembre de 2022.
  7. Max Hunder, «Ukraine rushes to create AI-enabled war drones», Reuters, 18 de julio de 2024.
  8. Jean-Michel Valantin, Hyperguerre. Comment l’AI révolutionne la guerre, París, Éditions Nouveau Monde, 2024.
  9. Aynne Kokas, Trafficking Data, How China is Winning the Battle for Digital Sovereignty, Oxford, Oxford University Press, 2023.
  10. Sylvain Biget, «Un comble pour les Américains: la Chine détourne l’AI de Meta pour en faire un cerveau de guerre», Futura, 4 de noviembre de 2024.
  11. James Pomfret y Jessie Pang, «Exclusive: Chinese researchers develop AI model for military use on back of Meta’s Llama», Reuters, 1 de noviembre de 2024.
  12. Imran Khan: Pakistan ex-PM used artificial intelligence to campaign from jail”, BBC, 18 de diciembre de 2023, y Sophia Saifi y David Shortell, “In shock result, allies of jailed ex-leader Khan win most seats in Pakistan election», CNN, 10 de febrero de 2024.
  13. NewsGuard, «Social Impact Report», 2023.
  14. Véase Ford y Hoskins, ibid, y Hélène Lavoix «Information Warfare and the War in Ukraine», The Red Team Analysis Society, 24 de mayo de 2022.
  15. Darrell Proctor, «Microsoft Restart Three Mile Island Nuclear Plant to Power AI», Power, 20 de septiembre de 2024.
  16. Darrell Proctor, «AWS Acquiring Data Center Campus Powered by Nuclear Energy», Power, 4 de marzo de 2024.
  17. Hélène Lavoix, «Towards a U.S Nuclear Renaissance», The Red Team Analysis Society, 15 de octubre de 2024.
  18. Thierry Taboy, «Intelligence artificielle, 10 ans pour reprendre en main notre destinée européenne», L’Opinion, 4 de junio de 2024.
  19. Hélène Lavoix, «Niger : a new severe threat for France’s nuclear energy  ?», The Red Team Analysis Society, 21 de junio de 2024, actualizado el 15 de noviembre de 2024.
  20. Jean-Michel Valantin, «AI at War – (1) Ukraine”, The Red Team Analysis Society, 8 de abril de 2024 y décret n° 2024-376 du 23 avril 2024 relatif au service à compétence nationale dénommé « agence ministérielle pour l’intelligence artificielle de défense ».
  21. Alexandre Devecchio, «Boualem Sansal: “La France est un pays à la ramasse qui vit sur des gloires passées”», Le Figaro-Figarovox, 19 de septiembre de 2024.
  22. David Kilcullen, The Dragon and the Snakes. How the Rest learned to fight the West, Hurst, 2020.