Desde hace varias semanas, la producción de crudo estadounidense se sitúa en niveles nunca alcanzados por ningún otro país en la historia.

  • Según los datos semanales de la Administración de Información Energética, la producción alcanzó los 13,3 millones de barriles diarios de crudo a principios de diciembre.
  • Este ritmo de producción es superior al récord alcanzado en marzo de 2020 bajo el mandato de Donald Trump, que dio paso a una fuerte caída en los meses siguientes debido a la pandemia antes de volver a subir gradualmente.
  • Más allá de la propia producción, las exportaciones estadounidenses de petróleo se acercan a la producción total de grandes actores como Rusia y Arabia Saudí1.

Como consecuencia de este fuerte aumento -la producción estadounidense representa ahora el 1⁄8 de la producción mundial- el precio del barril se mantiene relativamente bajo durante el periodo a pesar de los recortes anunciados por la OPEP+. El 30 de noviembre, la organización anunció que recortaría la producción en 900.000 barriles diarios en el primer trimestre de 2024, en un esfuerzo por frenar la caída de los precios2.

Esta postura ya está teniendo repercusiones en la organización.

  • El jueves 21 de diciembre, Angola anunció que abandonaba la OPEP debido a una disputa sobre las cuotas de producción3.
  • Esta salida tendrá probablemente un impacto limitado en los mercados y en la estabilidad de la organización, ya que Angola es un productor mucho más marginal que Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos.
  • Aunque la salida de Angola de la OPEP no puede atribuirse únicamente a la explosión de la producción estadounidense, ilustra la dificultad de la organización para crear condiciones económicas favorables para sus miembros en caso de caída de los precios provocada por un actor externo.

El aumento de la producción petrolera estadounidense tiene como principal objetivo contribuir a reducir los precios en el surtidor para los consumidores. El precio del galón de gasolina subió sustancialmente tras la invasión rusa de Ucrania, alcanzando una media de 5 dólares en todo el país en junio de 2022, su nivel más alto en diez años4.

Aunque muchas encuestas indican que los votantes estadounidenses están descontentos con la trayectoria económica de Joe Biden, la administración demócrata ha utilizado varias herramientas a su disposición para bajar los precios de la gasolina:

  • La administración Biden ha retirado 180 millones de barriles de su Reserva Estratégica de Petróleo (SPR), que se encuentra ahora en su nivel más bajo desde 1983;
  • Se han suavizado las sanciones contra Venezuela e Irán;
  • La Casa Blanca ha «presionado» a las petroleras estadounidenses para que aumenten la producción5.

Aunque esta situación no carece de precedentes, no deja de ser paradójica: para mejorar su imagen ante los electores de cara a las elecciones de 2024, Biden fomenta el aumento de la producción de petróleo a pesar de su prioridad declarada de luchar contra el cambio climático. En la COP 28 de Dubai, Estados Unidos y casi 200 países más se comprometieron a «abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos».

Notas al pie
  1. Mat Egan, « The United States is producing more oil than any country in history », CNN, 19 de diciembre de 2023.
  2. Myles McCormick y Jamie Smyth, « Oil market caught by surprise as US output surges », Financial Times, 7 de diciembre de 2023.
  3. Grant Smith y Candido Mendes, « Angola Quits OPEC Amid Disagreement Over Oil Production Quotas », Bloomberg, 21 de diciembre de 2023.
  4. Bethania Palma, « Was US Average Gas Price in June 2022 the Highest It’s Ever Been ? », Snopes, 7 de junio de 2022.
  5. Rogé Karma, « Why the U.S. Is Pumping More Oil Than Any Country in History », The Atlantic, 20 de diciembre 2023.