Las medidas restrictivas afectan en parte a los activos financieros rusos y a los ingresos que el país obtiene de sus exportaciones.

Sin embargo, las tenencias de activos rusos en la eurozona no han caído al mismo ritmo, como ya señaló el Banco Central Europeo en julio1, hecho confirmado por un reciente estudio de la Universidad de St. Gall2.

  • El importe de las tenencias de activos rusos en la zona del euro había caído un 10% entre finales del cuarto trimestre de 2021 y finales del segundo trimestre de 2022.
  • Recopilando empresas europeas, japonesas y estadounidenses con ventas anuales de al menos un millón de dólares a través de sus filiales en Rusia, Pisani y Everett muestran que sólo 120 de las 1.400 empresas encuestadas (o el 9%) han cerrado alguna de sus filiales en Rusia desde que comenzó la guerra.
  • Las salidas confirmadas de empresas extranjeras con sede en Estados Unidos superaron a las de empresas con sede en la Unión y Japón. Sin embargo, el estudio muestra que menos del 18% de las filiales estadounidenses han desinvertido realmente.
  • En otras palabras, aunque las empresas estadounidenses han desinvertido en sus filiales con más frecuencia que sus homólogas de la Unión y el G7, menos de una de cada cinco empresas han desinvertido realmente hasta la fecha.

La sobrerrepresentación de Chipre sugiere la existencia de sociedades pantalla a través de las cuales las empresas rusas pueden eludir las sanciones financieras que les impiden obtener inversiones extranjeras.

  • Al parecer, el gigante petrolero Lukoil PJSC, a través de su sociedad Lukoil Securities Limited, ha recurrido a intermediarios chipriotas para recomprar todos sus eurobonos en circulación3.

Estas 120 empresas dejan una «huella empresarial» -combinación de varios indicadores considerados relevantes- comparable a su participación en el total: por tanto, la actividad económica de las empresas extranjeras en Rusia se ha mantenido en gran medida.

  • Las empresas occidentales que abandonaron el mercado sólo representaron el 6,5% del beneficio total (antes de impuestos) obtenido por las empresas de la Unión y el G7 que operan en Rusia.
  • Las salidas confirmadas son menos frecuentes en los sectores agrícola y de extracción de recursos que en los sectores manufacturero y de servicios, los dos primeros con niveles de rentabilidad superiores a la media.

La marcha de grandes grupos (Ford, Renault, Ikea, Shell…) no significa el fin definitivo de su actividad en Rusia.

  • Algunas empresas occidentales han incluido cláusulas de recompra en los contratos firmados con los compradores de sus filiales rusas, como Nissan, que vendió su filial rusa a la empresa estatal NAMI con una cláusula de recompra de seis años4. Según el Servicio Federal Antimonopolio ruso, McDonald’s tiene 15 años para comprar sus operaciones rusas.
  • Sin embargo, las empresas que no salgan del mercado corren el riesgo de que se les expropien sus activos, como ocurrió con la compañía alemana de petróleo y gas Wintershall, cuyos campos de explotación y cuentas bancarias fueron embargados la semana pasada5.
Notas al pie
  1. Lorenz Emter, Michael Fidora, Fausto Pastoris y Martin Schmitz, Euro area linkages with Russia: latest insights from the balance of payments, Banco central europeo, julio 2022
  2. Simon Evenett y Niccolò Pisani, « Less than Nine Percent of Western Firms Have Divested from Russia », 20 de diciembre 2022.
  3. « Russia’s biggest firms bypass Wall Street to service debt sold before sanctions », Bloomberg, 23 de enero 2023.
  4. « Nissan takes $687 mln loss as sells Russian business for 1 euro », Reuters, 11 de octubre 2022.
  5. Patricia Nilsson y Anastasia Stognei, « Wintershall’s empty bank accounts expose plight of western companies still in Russia », Financial Times, 24 de enero 2023.