En el Consejo de Ministros franco-alemán celebrado en París el 22 de enero se hicieron varios anuncios sobre el futuro papel de Alemania en la arquitectura energética europea.

  • El gasoducto H2med -también conocido como «Corredor Verde»-, que une Portugal y España con Francia, se ampliará hasta Alemania. También se reforzarán las interconexiones eléctricas entre España, Francia y Alemania1.
  • En concreto, Francia servirá de punto de tránsito para el hidrógeno verde, que se producirá en la Península Ibérica y luego se transportará de Barcelona a Marsella. Aún no se sabe qué ciudad de Alemania estará conectada a esta última.
  • Se ha anunciado la creación de una empresa conjunta entre la alemana Siemens Energy y el grupo francés Air Liquide para la construcción de una planta ecológica de producción de hidrógeno en Port-Jerome (Normandía), con una capacidad de 200 MW2.

El objetivo de desarrollar las interconexiones H2med y eléctricas se reafirmó en el Tratado de Barcelona, firmado entre Francia y España el 19 de enero. El coste de la parte franco-española del proyecto se estima en 2.500 millones de euros, más la conexión de Marsella con Alemania. Se espera que el proyecto reciba financiación europea en el marco del programa de Proyectos de Interés Común (PCI)3.

También se creará un grupo de trabajo ministerial sobre el hidrógeno, cuyas «conclusiones y recomendaciones sobre las opciones estratégicas para el desarrollo del hidrógeno» deberán presentarse antes de abril.

  • Sigue habiendo diferencias entre París y Berlín en cuanto a lo que puede considerarse hidrógeno «verde». Francia quiere utilizar la energía nuclear para producir hidrógeno descarbonizado, mientras que Alemania considera que debe producirse a partir de energías renovables: principalmente eólica y solar.
  • A este respecto, se elaborará una «hoja de ruta estratégica conjunta para desarrollar la producción de hidrógeno a gran escala». París y Berlín velarán también por que «el hidrógeno renovable y bajo en carbono pueda tenerse en cuenta en los objetivos de descarbonización fijados a escala europea».

Desde el inicio de la guerra rusa contra Ucrania y la drástica reducción de los suministros de gas ruso a Europa, Berlín se ha retirado completamente de las importaciones de gas ruso y ha puesto en marcha dos terminales flotantes para la importación y regasificación de gas natural licuado (GNL), en Wilhelmshaven y Lubmin. Se espera que otras cuatro terminales entren en servicio a finales de año.

  • Para 2024, el Ministerio Federal de Economía alemán prevé que la capacidad alemana de importación de GNL alcance los 37.000 millones de m³, todavía muy por debajo de la capacidad española, que ascendía a 60.000 millones de m³ en 20214.
  • Desde abril de 2022, la cuota de las importaciones de gas natural neerlandés y noruego ha aumentado un 10% y un 11%, respectivamente, mientras que las importaciones rusas -que representaban el 34% del total- han caído a 0 en septiembre de 2022.

Sin embargo, el descenso de las importaciones de gas ha provocado un aumento de la cuota de carbón en el mix eléctrico alemán, mientras que las importaciones de GNL tardarían al menos 2026 en compensar la pérdida de gas ruso5. Alemania se ha fijado el objetivo de tener una combinación energética de casi el 100% de energías renovables para 2035.