Hacia una disociación del precio de la electricidad del precio del gas

El pasado jueves por la noche, los 27 Estados miembros validaron las propuestas de la Comisión, presentadas el 18 de octubre:

• la compra conjunta de gas de forma voluntaria para la próxima temporada de abastecimiento;
• la creación, a principios de año, de un nuevo punto de referencia para el GNL;
• una banda dinámica temporal de precios para las transacciones de gas natural;
• medidas de solidaridad entre los Estados miembros en caso de dificultades de abastecimiento.

Sin embargo, la cuestión de la limitación del precio del gas utilizado para la generación de electricidad no se ha concretado. El Consejo ha pedido a la Comisión que «presente rápidamente medidas para un límite temporal de precios de emergencia». El Canciller Scholz insistió en que podría ser necesario un nuevo Consejo para validar las medidas.

En un documento preparado por la Comisión, que será sometido a debate hoy, la institución pretende presentar una forma de desacoplar los precios de la electricidad y el gas como alternativa a la «excepción ibérica», que consiste en desacoplar los precios del gas de los de la electricidad. 

• El acuerdo entre España, Portugal y la Comisión alcanzado el pasado mes de abril fija un precio medio del gas de 50 euros por MWh hasta abril de 2022, subvencionado por el Estado. 

• Según la Comisión, la europeización del mecanismo podría reportar unos beneficios de 13.000 millones de euros a nivel europeo. Sin embargo, siguen existiendo varias dificultades en cuanto a su aplicación: los Estados miembros tendrían que evitar la fuga de electricidad subvencionada a terceros países (ya sea Suiza o el Reino Unido). 
• La Comisión también advierte del riesgo de aumentar el consumo de gas natural. 
• Además, según el documento, algunos países se beneficiarían más del sistema que otros, especialmente Francia, que es un importador neto de electricidad de gas a Alemania. Así, Berlín subvencionaría de facto el consumo francés¹.

No obstante, la Comisión propone un nuevo sistema de fijación de los precios de la electricidad, mediante la introducción de «contratos por diferencia» para los productores de electricidad sub-marginales, cuyos costes de producción serían independientes del precio marginal².

• El precio de los contratos a largo plazo se fijaría mediante una licitación, similar al sistema utilizado en el Reino Unido para combatir la inflación.
• En el caso de los generadores existentes, el actual límite sub-marginal podría integrarse directamente en el funcionamiento del mercado mayorista para facilitar su aplicación práctica.
• La nueva estructura de ingresos para los generadores inframarginales, basada en contratos por diferencia, debería complementarse con un mercado a corto plazo que garantice el uso de la tecnología más barata y eficiente en todo momento.