Los líderes de la Unión Europea abandonaron la cumbre de Praga hace quince días sin una decisión final, a pesar de algunos acuerdos sobre la reducción del consumo de electricidad, la limitación de los ingresos de los productores de electricidad y las contribuciones de las empresas de combustibles fósiles.

  • En cuanto a un posible límite del precio del gas, los Estados se dividen entre los que no están a favor (como los Países Bajos y Alemania), los que desean limitar el precio de compra del gas en origen y los que quieren reembolsar a los consumidores el sobrecoste pagado por encima de un precio aún por definir.
  • El martes, la Comisión propuso un nuevo reglamento que incluye varias medidas: la compra conjunta de gas para negociar mejores precios, el establecimiento de un límite dinámico de precios para las transacciones en la bolsa de gas TTF y el establecimiento de normas de solidaridad por defecto entre los Estados miembros en caso de escasez de suministro1.
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Al menos 15 Estados miembros piden que se limite el precio del gas, entre ellos las principales economías como Francia, Italia y España. Pero otros, como Alemania, se oponen con la misma firmeza. La situación se ve agravada por el hecho de que Berlín y París están enfrentados en cuestiones importantes, lo que hace que la «pareja de conductores» de la UE entre en crisis.

  • Anoche, el Consejo de Ministros franco-alemán, previsto inicialmente para la próxima semana, fue cancelado en el último momento y aplazado hasta enero de 2023, lo que resulta muy inusual.

Por el momento, Scholz y su Gobierno han preferido una solución federal, en particular liberando 200.000 millones de euros para la aplicación de un escudo tarifario destinado a aligerar las facturas de gas de los consumidores alemanes, lo que ha sido criticado por algunos Estados miembros.

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Alemania es uno de los países europeos que corre más riesgo de sufrir cortes de gas este invierno debido a la escasez de suministro, según la Economist Intelligence Unit. Sin embargo, Scholz volvió a insistir esta semana en que se opone a una deuda común de la UE para hacer frente a la crisis energética.

  • En lugar de crear un nuevo instrumento que sería laborioso de poner en marcha, Berlín aboga por utilizar los fondos NextGenerationEU, que serían más adecuados para abordar la crisis energética.
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Por último, se espera que los dirigentes de Bélgica, Países Bajos, Dinamarca y Suecia traten el tema de la migración en sus países al margen del Consejo. Desde que el nuevo gobierno sueco llegó al poder en una coalición de partidos de derecha y el partido de extrema derecha SD, Estocolmo ha anunciado que quiere volver a centrarse en «los intereses y valores suecos», lo que incluiría el fin de la política exterior feminista del país.