• La reactivación del gasoducto Midcat, que uniría Cataluña con el sur de Francia, lleva varias semanas en el centro de las discusiones entre Alemania y España. La Península Ibérica alberga actualmente el mayor número de terminales de GNL de Europa, pero está mal conectada con el resto del continente.
  • Francia se ha opuesto al relanzamiento del proyecto, alegando que la proliferación de infraestructuras de combustibles fósiles podría poner en peligro los objetivos climáticos europeos. El proyecto fue bloqueado en 2019 por los reguladores franceses, que consideraron que el proyecto era financieramente inviable.
  • Otra razón para el bloqueo del proyecto por parte de Francia es que París no quiere convertirse en un país de tránsito que transporte gas desde España y Portugal: también quiere vender GNL a Berlín en los próximos años. Además, el hidrógeno verde que podría transportar competiría con el objetivo de Francia de introducir en el mercado el hidrógeno fabricado con energía nuclear1.
  • En caso de que se prolongue el bloqueo del proyecto por parte de Francia, España está estudiando la construcción de un gasoducto submarino unido a Italia, entre las ciudades de Barcelona y Livorno, en la costa occidental de la Toscana. Según Teresa Ribera, Ministra de Transición Ecológica de España, ya se está considerando la viabilidad de este proyecto. 
  • La transición energética alemana (o energiewende) lleva varios años concentrando sus esfuerzos económicos en el hidrógeno verde, y también quiere llevar su desarrollo y la democratización de su uso a nivel europeo.
Notas al pie
  1. Hans von der Burchard y Jakob Hanke Vela, « Berlin and Madrid raise pipeline pressure on France », Politico, 20 de septiembre de 2022.