- La PFUE finalizó ayer, 31 de junio, tras seis meses de intensa actividad, en los que Francia puede presumir de haber conseguido algún éxito. En materia medioambiental, el acuerdo sobre la introducción de un impuesto sobre el carbono en las fronteras de la Unión, la ampliación del mercado del carbono al transporte por carretera y a la construcción, el fin de la venta del 90% de los coches de combustión en 2035 y la adopción de un objetivo del 40% de energía renovable en el consumo final de energía de Europa para el año 2030 son éxitos de la PFUE. En materia social, la PFUE logró la creación de nuevas normas armonizadas para la fijación de los salarios mínimos en los países de la Unión, lo que no implica, sin embargo, un salario mínimo único europeo.
- La Presidencia francesa también consiguió mantener un bloque diplomático de la Unión bastante unificado en materia de sanciones contra Rusia -a pesar de las reticencias temporales de algunos Estados miembros- con el establecimiento de seis paquetes de sanciones que incluyen medidas como la exclusión de siete grandes bancos rusos del sistema SWIFT, así como un embargo del 90% del petróleo ruso para finales de 2022. Sin embargo, la PFUE fracasó en tres de sus objetivos: la reforma de Schengen, la reforma del Pacto de Estabilidad Fiscal -aunque se ha prorrogado su suspensión hasta 2024- y la adopción a nivel de la Unión del impuesto mínimo global del 15% sobre los beneficios de las multinacionales.
- Aunque el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, había fijado como objetivo un tipo global del 15% en el impuesto de sociedades, el acuerdo quedó bloqueado por el veto de Budapest. Por otro lado, todas las capitales de la Unión habían aprobado el año pasado un acuerdo fiscal para eliminar los paraísos fiscales y garantizar la equidad en el pago de las contribuciones de todas las grandes empresas. El voto por unanimidad, considerado por la mayoría de los países de la Unión como una forma de «mantener a otras naciones como rehenes», es utilizado regularmente por Polonia para lograr sus propios objetivos. Sólo después de resolver su disputa sobre el Estado de Derecho con la Comisión Europea, Varsovia aceptó el tipo impositivo mínimo en la Unión1.
- La guerra en Ucrania será la primera prioridad de la Presidencia checa del Consejo de la Unión. Praga quiere reforzar los medios y las sanciones de la Unión contra Rusia para defender la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Para ello, la nueva Presidencia cuenta con importantes transferencias de fondos y estructuras de ayuda a los Estados miembros para la acogida de los refugiados ucranianos en la Unión. Las cuestiones relacionadas con la reconstrucción de Ucrania serán también una de las prioridades de la Presidencia checa.
- La seguridad energética de la Unión se garantizará acelerando el programa REPower EU, con el objetivo de producir energía renovable limitando sus emisiones. La economía europea tratará de prestar un apoyo específico a la competitividad en las tecnologías consideradas estratégicas. Praga también se centrará en la transparencia de las instituciones democráticas y la financiación de los partidos políticos. Se apoyará la independencia de los medios de comunicación y el «diálogo abierto con los ciudadanos», haciéndose eco de algunos de los elementos planteados durante la Conferencia sobre el Futuro de Europa»2.
- El proyecto de construcción de una comunidad europea -una alternativa a la ampliación de la Unión para reunir a los socios a escala continental- iniciado por Emmanuel Macron durante la presidencia francesa de la Unión, preocupa en la República Checa. Petr Fiala, presidente del gobierno checo, aún no se ha pronunciado al respecto. Sin embargo, Praga acogerá una reunión informal de representantes de los 27 Estados miembros los días 6 y 7 de octubre.
Notas al pie
- Bjarke Smith-Meyer, Paola Tamma y Giorgio Leal, « Hungary’s tax veto leaves EU adrift and Bruno Le Maire burned », Politico, 17 de junio de 2022
- «Conferencia sobre el futuro de Europa»
