• En una conferencia de prensa en Fráncfort, el Presidente del Banco Europeo de Inversiones, Werner Hoyer, afirmó que las previsiones económicas obligan a la Unión Europea a «desempeñar un gran papel en este esfuerzo de reconstrucción». Añadió que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) quería aumentar su ayuda financiera a Ucrania de 1.000 a 1.500 millones de euros1. Esta ayuda del BEI es apreciada y alentada por Alemania, que prefiere utilizar este canal de transmisión económica antes que los préstamos directos del presupuesto de la Unión 2.
  • No obstante, la Unión espera ultimar esta semana un préstamo de 9.000 millones de euros a Ucrania. El bloque ofrecería préstamos a 25 años -con intereses pagados por la UE- con un periodo de gracia adicional de 10 años para su devolución, y cada Estado miembro actuaría como garante en caso de impago. En total, 8.000 millones de euros procederán de los Estados miembros y 1.000 millones directamente de la Comisión. La Comisión aún está concretando algunos detalles en relación con la garantía de los Estados miembros, pero sigue confiando en que el primer desembolso se realice este verano3.
  • El nuevo préstamo debe ser aprobado por los 27 Estados miembros, junto con la concesión del estatuto de candidatos oficiales a la adhesión a la Unión a Ucrania y Moldavia. Este estatus debería aprobarse por unanimidad, ya que parece haberse alcanzado un consenso sobre la cuestión desde la visita de Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Mario Draghi a Kiev, seguida al día siguiente por el dictamen positivo de la Comisión4.
  • El Centro de Investigación de Política Económica (CEPR) recomendó en abril que se siguiera el ejemplo de la reconstrucción de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, mientras que se espera que el PIB de Ucrania caiga un 35% en 2022 debido a la guerra5. Por el contrario, los ejemplos que no hay que seguir son Irak y Afganistán. Las principales recomendaciones del CEPR son dar prioridad a las subvenciones en lugar de los préstamos, conceder a Ucrania el estatus de candidato a la UE y establecer una reconstrucción con cero emisiones de carbono. Por último, el CEPR distingue tres fases a largo plazo para la reconstrucción: ayuda de emergencia, restablecimiento de las infraestructuras y servicios críticos del país y estabilización del país para lograr un crecimiento sostenible.
  • La necesaria reconstrucción económica no puede lograrse sin el enjuiciamiento de los crímenes de guerra y la puesta en marcha de reformas anticorrupción que permitan al país absorber una gran cantidad de dinero de los países occidentales, garantizando al mismo tiempo que se utilice de forma inteligente. El recuerdo de Afganistán, donde Estados Unidos invirtió miles de millones de dólares en la reconstrucción del país mientras contribuía a una «cultura de corrupción generalizada», ha sentado un precedente que los países occidentales quieren evitar.
  • El fiscal general de Estados Unidos, Merrick B. Garland, realizó ayer una visita sorpresa a Ucrania y anunció el nombramiento de un fiscal especial para identificar los crímenes de guerra cometidos por el ejército ruso en Ucrania. El nuevo fiscal no es otro que Eli Rosenbaum, un antiguo fiscal que investigó los crímenes del ex secretario general de la ONU Kurt Waldheim durante la Segunda Guerra Mundial6.
Notas al pie
  1. Steven Arons, «Ukraine Reconstruction May Cost $1.1 Trillion, EIB Head Says», Bloomberg, 21 de junio de 2022
  2. Michael Nienaber y Birgit Jennen, «Germany Ready to Consider EU Guarantees to Fund Ukraine Rebuild», Bloomberg, 17 de mayo de 2022
  3. Jorge Valero, «EU Aims to Finalise $9.5 Billion Ukraine Loan Package This Week», Bloomberg, 20 de junio de 2022
  4. Jorge Liboreiro, «Consensus builds around Ukraine’s EU bid ahead of crucial summit in Brussels», Euronews, 20 de junio de 2022
  5. CEPR, A Blueprint for the Reconstruction of Ukraine, 8 de abril de 2022
  6. Glenn Thrush, «Garland, Visiting Ukraine, Names Prosecutor to Investigate Russian War Crimes», The New York Times, 21 de junio de 2022