Mientras que el consenso de la modernidad verde parece imponerse en todas partes, aún podemos elegir nuestro modelo. Más allá de la alternativa estéril entre el capitalismo descarbonizado y el apocalipsis, Europa posee los medios necesarios para presentar una propuesta política menos dependiente del espíritu de conquista de las de China y Estados Unidos.
Europa ha cambiado de mundo y este cambio profundo pone a los europeos ante una doble pregunta: ¿dónde estamos en el espacio y dónde estamos en el tiempo?