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Antes de la llegada de los europeos, los baruya tenían una forma de arquitectura, pero no había arquitectos. En su juventud, todos y cada uno de ellos aprenden de sus mayores cómo construir una casa, cómo elegir los materiales, cómo ajustarlos, cómo asegurar la solidez del edificio, la protección contra el frío, la evacuación del humo de la chimenea… Antes del nacimiento de las ciudades, los estados y las sociedades con castas, órdenes o clases sociales jerarquizadas, es posible que hayamos vivido una época de arquitectura sin arquitectos.

¿Qué relaciones pueden establecerse entre estructura, ornamento y tiempo en la era digital? ¿Están las tecnologías digitales provocando una crisis en la relación de la arquitectura con la memoria y la historia? Es como si la cuestión del futuro ya no fuera relevante. Un tiempo social sin perspectiva clara parece imponerse desde la televisión hasta Internet, un tiempo saturado de acontecimientos que se suceden sin perfilar necesariamente una evolución, como si la historia estuviera indefinidamente suspendida en favor de un presente eterno.

La arquitectura vitruviana es una ciencia arquitectónica. Una ciencia que jerarquiza, ordena y articula el conocimiento. Es un conocimiento global que dibuja una concepción de la realidad al servicio de la solidez, la utilidad y el embellecimiento del mundo. En este estudio, Pierre Caye demuestra de forma magistral cómo lo que antes era una ciencia se ha convertido en todo un arte.

¿Qué es un mundo en el que ya no podemos confiar en la palabra de los demás? Ya sea en el ámbito político, comercial o científico, cuanto más se deteriora el valor de la palabra, más nos cuesta «hacer sociedad». Para superar este descrédito y luchar contra las violencias que engendra, es necesario reencontrar las condiciones del hablar honesto en la ciudad.
Una pieza de doctrina de Alain Supiot.

La desarticulación de la seguridad nacional y la seguridad humana es cada vez más visible. La ciudad es el lugar privilegiado para ello. Las amenazas directas del calentamiento global nos afectan a todos. Es una revolución: lo que nos amenaza se vuelve más importante que lo que nos une. Saskia Sassen ve una nueva forma de ciudad abierta para el futuro.