Fenómeno europeo, el hacinamiento en las cárceles está tomando un cariz trágico en Italia. Desde principios de año, los suicidios en las cárceles van en aumento. Centrado en una política penal muy represiva, el gobierno de Meloni parece haber llegado a un callejón sin salida: con la creación de un número cada vez mayor de delitos, las cárceles italianas han entrado en un círculo vicioso que pasa por alto problemas sociales estructurales.