5 puntos sobre el 20º Congreso del Partido Comunista Chino

El 16 de octubre, 2 296 delegados del Partido Comunista de China se reunirán en Pekín para decidir la futura composición del equipo dirigente del país. Este 20º Congreso es especial: los observadores están esperando a que se confirme la preeminencia del Secretario General Xi Jinping con su reelección como líder del Partido para un tercer mandato. ¿Qué debemos esperar de este gran acontecimiento de la política china? Les proponemos una breve presentación de las cuestiones en juego y de las principales hipótesis

El Congreso del Partido: el gran ballet de la política china

Como recordatorio, el sistema político de la China contemporánea es un Estado-partido autoritario y la relación entre el Partido y el Estado es estructurante. Después de un intento rápidamente abortado de separar el Partido del Estado (党政分开), en los años 1980, la década de Xi Jinping ha visto, en cambio, cómo el partido reafirma su preeminencia sobre el Estado, como lo explicó Nathan Sperber en las columnas de le Grand Continent¹. Recordemos también que, de facto, no ocurre nada durante un Congreso: las decisiones ya se tomaron de antemano. Una vez que se toman las decisiones, se celebra el Congreso. Así, a partir del domingo, se pondrá en marcha una participación bien practicada. Detrás de un proceso electoral formal, los hombres fuertes del régimen y sus facciones se reparten los escaños en los órganos clave del Partido²: 

• el Comité Central del Partido Comunista de China (CCPCC: 205 puestos y 172 suplentes), 
• el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (Politburó, 25 miembros), 
• el Comité Permanente del Politburó, compuesto por los siete dirigentes principales de China. También son miembros del Comité Central.

Los miembros de estos tres órganos, empezando por los del Comité Permanente del Politburó, conforman el núcleo del poder político del Partido Comunista. Por orden de importancia y según los juegos de poder, los miembros del Buró Político y de su Comité Permanente se reparten la dirección de los principales órganos del Partido; entre éstos, los siguientes:

• La Secretaría General del Partido;
• La Comisión Central de Disciplina e Inspección;
• La Comisión Político-Jurídica ;
• El Departamento de Propaganda ;
• El Departamento de Organización (encargado de las promociones).

Naturalmente, la composición de estos tres órganos es, por lo tanto, objeto de intensas negociaciones y conflictos entre las facciones que componen el juego político chino. Por lo general, estas discusiones se llevan a cabo en total secreto en los meses previos al Congreso. Este juego político se rige, incluso en los regímenes autoritarios, por reglas y criterios que los participantes no pueden ignorar: 

• El límite de edad (seven up, eight down): a los 67 años, aún se puede ser promovido al Comité Permanente del Politburó, pero, a los 68, ya es demasiado tarde. 
• Red o «pertenencia» a una facción: difícil de evaluar, suele basarse en la experiencia de trabajar en administraciones similares durante periodos de tiempo coincidentes³.
• Experiencia profesional: los directivos deben respetar una determinada jerarquía y no pueden ascender demasiado rápido; es raro que un director de oficina de una ciudad de segundo nivel ascienda directamente al Comité Central. 

La importancia de las reglas: el ejemplo del límite de edad 

Antes de detallar las principales hipótesis que rodean al 20º Congreso, recordemos el papel de estas reglas en el juego político. La importancia de dichas reglas es un debate recurrente en los estudios políticos de la China contemporánea. Andrew Nathan, en su ya famosa teoría del «autoritarismo resistente», atribuye la relativa estabilidad del régimen chino a la institucionalización de estas reglas dentro del aparato del Partido⁴. Otros académicos, como Cheng Li o Alice Miller, han profundizado, en mayor o menor medida, sobre el papel de estas reglas informales en el juego político chino⁵. Por el contrario, Joseph Fewsmith relativiza la importancia de esta institucionalización del Partido y considera que la personalización del poder de Xi Jinping la hace imposible de facto⁶. 

El papel del límite de edad es un ejemplo revelador. En efecto, desde 2002, ha estado en el marco del leadership en su conjunto y se considera como una de las normas más importantes⁷. Sin embargo, hay excepciones a esta regla, como en el caso de líderes provinciales con un puesto en el Politburó. Más que nada, parece que esta regla no aplica para el propio Xi Jinping, quien ya tiene 69 años.

Aunque once miembros del Buró Político, entre ellos, dos del Comité Permanente, ya se van a jubilar, su futuro político aún es dudoso. Varios investigadores, como Guoguang Wu o Gao Xin, consideran que esta norma se ha convertido en una herramienta adicional de Xi Jinping para imponer personalidades a las demás facciones⁸. Sin embargo, Victor Shih y otros especialistas relativizan esta posibilidad: liberarse completamente de este límite de edad tiene un cost político importante, incluso para Xi Jinping⁹.

Las sillas musicales del poder chino

El 19º Congreso (octubre de 2017) ya anunciaba las ambiciones de Xi Jinping. En primer lugar, se reforzó la presencia de miembros de su facción en el Comité Central y en el Politburó¹⁰. Xi Jinping también supo inyectar su contribución teórica al partido. En segundo lugar, el Secretario General Xi no promovió un sucesor obvio, como fue el caso para él en 2007¹¹. Finalmente, en marzo de 2018, Xi Jinping aprobó una resolución sorpresa que suprimía el límite de duración del cargo de presidente de la República Popular de China. Aunque Xi Jinping no tiene su poder en este cargo, sino en el de Secretario General del PCC, el anuncio tuvo el mérito de aclarar sus ambiciones.

Salvo por un golpe de Estado excepcional que ni siquiera los más astutos sabios del Epoch Times podrían ver venir, el 20º Congreso de este año debería ver confirmados los poderes de Xi Jinping. Se perfilan varias hipótesis en torno a diversas variables: ¿qué mayoría para Xi en el Comité Central?, ¿qué composición del Politburó y, finalmente, qué equilibrio dentro del Comité Permanente del Politburó? En aras de la claridad, no examinaremos todas las posibilidades, sino las principales tendencias:

1- El equipo directivo rejuvenecerá drásticamente

El consenso entre los expertos políticos es que habrá un cambio generacional, con predicciones de hasta un 80 % de miembros del Comité Central nacidos en los años 1960, en lugar de la relativa igualdad entre generaciones que hay en la actual legislatura¹². Algunos, como Chris Johnson, hablan incluso de una gran «purga» de miembros del Comité Central, con más de un 80 % de nuevas figuras¹³. 

En el nivel superior, el Politburó, el pronóstico más destacado es el de una mayoría de personas nacidas en la década de 1950. Parece probable que Xi quiera ver cierta estabilidad en el Politburó, incluido el mantenimiento de cifras «tranquilizadoras» para la economía. En cualquier caso, a nivel del Comité Central, Xi Jinping habrá logrado un verdadero cambio de generación y renovación de sus miembros,  Cheng Li, ‘Provinces : The Ongoing Reshuffling of Provincial Party Committees’ (China-US Focus, 27 March 2022)<https://www.chinausfocus.com/Cheng-Li-on-Chinese-Leadership/provinces-the-ongoing-reshuffling-of-provincial-party-committees> accessed 15 April 2022.[/note].

2- ¿Hacia una supermayoría de personas en deuda con Xi Jinping?

El segundo consenso es el de una «supermayoría» dentro del Politburó. Según varios investigadores, si se consideran las personalidades del primer o segundo círculo del secretario general, o las que él promovió, algunos estiman que hasta el 90 % de los miembros del futuro buró político estarán en deuda con él¹⁴. La mayoría de los observadores esperan una sobrerrepresentación de los miembros del «Nuevo Ejército de Zhejiang» (un grupo de directivos con los que Xi Jinping trabajó durante su estancia en la provincia de Zhejiang) en el órgano al mando¹⁵.

3- El club de los siete de la política china: ¿qué composición?

La cuestión de la composición del Comité Permanente del Politburó es objeto de muchas especulaciones. De hecho, aunque es probable que el secretario general Xi siga en el poder, gran parte del Comité Permanente del Buró Político podría retirarse. Esto da pie a una enorme interrogante: ¿Li Keqiang renunciará? Hu Chunhua (uno de los vice primeros ministros, de la Liga de Jóvenes Comunistas) o Wang Yang (presidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, también de la Liga) son dos aspirantes populares, pero se dice que Han Zheng, el forastero, caería en una emboscada. Aunque este último es teóricamente realmente mayor (68 años), este veterano de la camarilla de Shanghai, visto como cercano a Jiang Zemin, es un peso pesado en lo ejecutivo. Además, el futuro de Liu He, miembro del Comité Permanente y considerado, con frecuencia, como el «Sr. Economía» de Xi Jinping, también es incierto.

La posible preponderancia de la facción de Xi Jinping en el buró político puede verse atenuada por la necesidad de enviar una señal tranquilizadora a la comunidad empresarial. Efectivamente, sacudido por las campañas contra las plataformas de Internet en 2021 y, ahora, deprimido por el impacto de la política de Cero-COVID, éste está examinando cuidadosamente la composición del Comité Permanente del Politburó¹⁶. Así, la presencia de Han Zheng, Hu Chunhua o Wang Yang podría ser tranquilizadora a ojos de los empresarios, aunque su margen real de maniobra sea limitado. 

Por último, circulan muchos otros nombres entre los candidatos a la mesa redonda en Zhongnanhai, complejo donde residen y trabajan algunos de los líderes del partido. Como no podemos nombrarlos, he aquí algunos de los nombres que podrían figurar en el Comité Permanente del Politburó. 

• Zhao Leji ya forma parte del Comité Permanente del Politburó y se espera que siga en él. El actual Secretario de la todopoderosa Comisión Central de Disciplina e Inspección (CCDI) es un veterano de la administración de Xi. 
• Li Qiang, actual Secretario del Partido de la ciudad de Shanghai, es uno de los favoritos para formar parte del Comité Permanente del Politburó. Aunque la gestión de la pandemia por parte de sus equipos, en marzo de 2022, fue catastrófica, Li Qiang no ha sido cuestionado personalmente¹⁷. 
• Ding Xuexiang, actual director de la Oficina General del Partido Comunista de China (中共中央办公厅), un poderoso cargo ejecutivo al servicio del Secretario General. Ding es uno de los preferidos para formar parte del Comité Permanente del Politburó. 
• Cai Qi, Secretario del Partido de Pekín, tiene fama de ser muy cercano a Xi Jinping desde que coincidieron en Fujian. Ya es miembro del Politburó, y un ingreso en el Comité Permanente; aunque es poco probable, sería un verdadero impulso.
• Huang Kunming, actual director del Departamento Central de Propaganda y miembro del Politburó, algunos observadores ya lo ven como el sustituto del influyente Wang Huning, la eminencia de las aportaciones teóricas del Partido, actualmente en el Comité Permanente¹⁸.

4- ¿Qué cargo para Xi Jinping y qué doctrina?

El Secretario General del Partido Comunista de China también querrá reforzar su supremacía en el juego político mediante la doctrina y los cargos políticos. En cuanto a la doctrina, es tanto un medio para dejar su huella en la dirección ideológica del Partido como un elemento de prestigio. Hasta ahora, sólo a Mao Zedong se le ha confiado «un pensamiento propio», el más alto rango posible de contribución doctrinal: el Pensamiento Mao (毛泽东思想). A Deng Xiaoping, sólo se le permitió una «teoría» (邓小平理论), las de Jiang Zemin o Hu Jintao ni siquiera llevan su nombre propio unido a su contribución ideológica.

Sin embargo, desde 2017/2018, Xi Jinping comenzó a elevar su contribución teórica a la doctrina del Partido a un nivel, al menos, equivalente al de Deng Xiaoping. Xi Jinping no tiene intención alguna de detenerse ahí. Desde el pasado mes de junio, ha firmado más de diez libros sobre temas muy variados, que van desde las relaciones internacionales hasta economía o ecología. Muchos observadores esperan ver el famoso «Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para la nueva era» acortado a «Pensamiento de Xi Jinping», lo que le conferirá un peso teórico igual al de Mao. 

Además, Xi Jinping ha sido capaz de impulsar conceptos que garantizan su papel en el Partido. Es el caso de las «dos afirmaciones» o «dos confirmaciones» (两个确立). Detrás de este oscuro término, que apareció en 2018, pero que, luego, quedó en el olvido de la prensa estatal hasta principios de 2022, se esconden dos preceptos cruciales para el poder político de Xi. Estas dos confirmaciones se describen en el texto de la Resolución del 6º Plenum sobre la historia del partido, publicada en noviembre de 2021:

«Al confirmar la posición central del camarada Xi Jinping en el Comité Central y en el Partido y el papel dirigente de su pensamiento sobre el socialismo con características chinas en la nueva era, el Partido no ha hecho más que cumplir el deseo común de todo el Partido, el ejército y el pueblo chino multiétnico. Estos gestos tienen una importancia decisiva para el desarrollo de la causa del Partido y del Estado en la nueva era y la promoción de la gran renovación de la nación china.»

Estas dos declaraciones no son anecdóticas: se consagra la primacía del legado de Xi Jinping en los propios textos del Partido. En efecto, si el «papel central de Xi Jinping en el Partido y el papel rector de su pensamiento son el deseo común del pueblo» en su conjunto, ¡oponerse a sus políticas es estar en contra del Partido! En otras palabras, aunque Xi Jinping se retire, la inclusión de las «dos confirmaciones» en los textos fundacionales del Partido garantiza su legado a sus sucesores.

Queda la cuestión de las distinciones políticas. Es de esperar que vuelva el cargo de «timonel» o «gran líder». Mao Zedong y Hua Guofeng (sucesor efímero de Mao, 1976 – 1981) habían recibido el título de «líder del pueblo» (人民领袖). Xi Jinping también habrá recibido este título de forma esporádica en algunos artículos de propaganda, pero aún no lo tiene de forma sistemática u oficial. Del mismo modo, mientras que a Mao se le llamaba «el timonel» (舵手), una reciente serie de artículos elogió las habilidades de «navegación» (掌舵) del actual Secretario General del Partido. 

5- La presidencia del Partido, ¿la sorpresa del líder?

Finalmente, queda una última posibilidad, un último all-in que Xi Jinping podría movilizar en este Congreso. Esta última opción sería la recreación del cargo de «presidente del partido» (中国共产党中央委员会主席). Tres líderes han ocupado el cargo desde 1945: Mao Zedong (1945-1976), Hua Guofeng (1977-1981) y Hu Yaobang (1981-1982). El cargo fue creado específicamente para Mao, en 1945, lo que le otorgó una posición prominente fuera de la Secretaría del Partido. Tras su muerte, el título pasó a Hua Guofeng y, luego, a Hu Yaobang tras el golpe contra su predecesor. En 1982, el cargo se disolvió para dar a Deng Xiaoping el papel preeminente de Secretario General. 

Para Li Ling y Alice Miller, las dos autoras que defendieron con audacia el regreso del cargo de presidente del Partido, esta solución ofrece a Xi Jinping varias ventajas¹⁹. En primer lugar, evita romper varias normas del Partido: no hay límites de edad ni de mandato para el cargo de Presidente. Además, este acuerdo institucional permitiría a Xi Jinping preparar a una nueva generación de líderes en el Politburó y en la Secretaría General del Partido²⁰. De hecho, el puesto de Secretario General quedaría vacante, e incluso podría nombrar un «Vicepresidente del Partido». 

Tanto Alice Miller como Li Ling presentan una serie de pruebas a favor de esta hipótesis. Para la primera, el Partido indicó que se enfrenta a «importantes retos políticos e internacionales» para los que necesita una «nueva estructura institucional»²¹. Para Li Ling, la restauración del cargo de presidente está en consonancia con la canonización del pensamiento de Xi Jinping en el corpus doctrinal del Partido²². 

El simbolismo sería muy fuerte y la hipótesis se considera improbable²³. Este acuerdo implica dos centros de poder, entre el Secretario General y el presidente del Partido, lo que podría crear conflictos. Por último, esta situación tampoco resuelve la cuestión de la sucesión: no hay garantía de que el futuro Secretario general no se convierta en la fuerza del régimen. Por estas razones, la posibilidad de recrear la presidencia del partido invita al escepticismo, a pesar del carácter seductor de la hipótesis²⁴.

¿Ya se decidió todo? 

¿Ya se había armado el camino de este Congreso? Todos los observadores coinciden en que Xi Jinping debería salir triunfante. Sin embargo, ¿qué tipo de triunfo sería y cómo se habría de juzgar el alcance de los poderes del presidente chino? A través de las claves de lectura ofrecidas en este artículo, podemos vislumbrar algunas posibilidades para despupes del 20º Congreso. Más allá del juego de las sillas musicales dentro del Politburó y su Comité Permanente, la elevación del corpus doctrinal de Xi Jinping es un importante indicador de su poder. Sea cual sea el resultado de este Congreso, el actual Primer Secretario aún lleva las riendas con firmeza en un contexto de tensiones cada vez más importantes. El futuro equipo dirigente tendrá que definir una estrategia de salida gradual de la política de Cero-COVID (cada vez más impopular) en un contexto de deterioro del entorno internacional para China.