Nuclear ruso: ¿qué cambia con la nueva doctrina de Putin?

El miércoles 25 de septiembre, en una reunión del Consejo de Seguridad ruso, Vladimir Putin anunció que, a la vista de «la evolución de la actual situación militar y política», se había tomado la decisión de «adaptar las disposiciones del documento de planificación estratégica a la realidad actual», es decir, de modificar la doctrina nuclear rusa.

El documento que detalla esta «nueva doctrina» se ha publicado finalmente hoy, martes 19 de noviembre, pocas horas después de que Ucrania atacara por primera vez territorio ruso con misiles ATACMS ¹. El domingo, funcionarios estadounidenses confirmaron que la Casa Blanca había cambiado su postura y había dado permiso a Kiev para utilizar estos misiles de largo alcance en Rusia.

• Putin ha modificado la doctrina rusa para incluir explícitamente los ataques directos (drones y armas hipersónicas, aviones, misiles de crucero, etc.) en suelo ruso por parte de un «Estado no nuclear, pero con la participación o el apoyo de un Estado nuclear». Ahora se consideran «ataques conjuntos» ².
• Esto va claramente dirigido a los apoyos occidentales de Ucrania —Estados Unidos, Francia y el Reino Unido en particular— que suministran armas y equipos militares a Kiev.
• Antes del ataque de anoche en el óblast de Briansk, el ejército ucraniano ya había utilizado misiles occidentales (en particular Storm Shadow/Scalp) para atacar objetivos en Crimea, considerada por Moscú parte de su territorio.

El anuncio en septiembre de la «revisión» de la doctrina rusa fue acogido con cierta distancia en las capitales occidentales. En particular, fuentes oficiales francesas consideraron que hablar de «cambio» antes de la publicación de un documento era un «grave error de interpretación».

• En virtud de la Resolución 984, adoptada en 1995, el Consejo de Seguridad de la ONU ya había definido los contornos de una excepción al uso de la bomba por una potencia dotada contra una potencia no dotada.
• El uso de la bomba estaría «permitido» en caso de que un Estado poseedor de armas nucleares participara en la agresión de un Estado no poseedor de armas nucleares contra un Estado poseedor de armas nucleares —«Putin no ha hecho otra cosa que aclarar este punto bien conocido y probado», decía París—.

Aunque ampliamente difundidas como tales, sobre todo tras el primer uso de misiles estadounidenses ATACMS en suelo ruso, las declaraciones de Putin no constituyen una «evolución» significativa de la doctrina nuclear rusa. Dimitri Minic considera que, si bien algunos cambios incluidos en la nueva versión del documento «pueden analizarse como una disminución del umbral de utilización», éste sigue siendo «relativamente elevado en el contexto de la guerra en Ucrania» ³.

• Kristin Ven Bruusgaard, investigadora noruega especializada en la estrategia nuclear rusa y soviética, declaró en septiembre que el uso de armas nucleares contra Ucrania estaba en discusión desde febrero de 2022 porque «Rusia se reserva el derecho de atacar a Estados no poseedores de armas nucleares».
• Ukase 355 ya declaró que «Rusia se reserva el derecho a utilizar armas nucleares en respuesta al uso de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva contra Rusia y/o sus aliados, así como en caso de agresión contra Rusia con armas convencionales, cuando esté en juego la propia existencia del Estado» ⁴.

Sin embargo, el documento publicado el martes 19 de noviembre incluye la adición de nuevos «peligros militares» que podrían estar relacionados con la disuasión nuclear de Rusia:

• la creación de nuevas «coaliciones» militares (bloques, alianzas);
• acciones de un adversario potencial encaminadas a aislar parte del territorio ruso, incluido el bloqueo del acceso a comunicaciones de transporte vitales;
• la planificación y realización por parte de un adversario potencial de maniobras militares a gran escala cerca de las fronteras de Rusia;
• acciones de un enemigo potencial encaminadas a atacar objetos peligrosos para el medio ambiente en la Federación Rusa, «que puedan provocar catástrofes tecnogénicas, medioambientales o sociales».