Elecciones estadounidenses 2024

Project 2025: el texto de J. D. Vance que la campaña de Trump trató de ocultar a sus votantes

La campaña republicana está en proceso de dividirse violentamente, y una de las manzanas de la discordia es el «Project 2025», la agenda ultraconservadora escrita a medida por la Heritage Foundation que habíamos comentado en la revista.

Mientras que Trump trata discretamente de distanciarse de ella, su compañero de fórmula J. D. Vance ha firmado el prólogo del próximo libro del director de la Heritage Foundation, cuya publicación estaba prevista inicialmente para el 24 de septiembre, pero que ha sido aplazada sine die para no interferir en las elecciones. Lo traducimos y comentamos línea por línea.

Autor
Marin Saillofest
Portada
El candidato republicano a la vicepresidencia, el senador J.D. Vance, habla con los medios de comunicación en su avión en el Aeropuerto Internacional de Filadelfia, el martes 6 de agosto de 2024. © AP Photo/Alex Brandon

Desde hace varios meses, la campaña de Donald Trump intenta distanciarse de la Heritage Foundation y de su Proyecto 2025, un programa radical destinado a permitir al candidato republicano, en caso de ser elegido, traducir las posiciones conservadoras en políticas en cuanto llegue a la Casa Blanca, en particular mediante decretos (executive orders). Hasta ahora desconocido para el gran público, el Proyecto 2025 ha sido objeto en los últimos meses de una intensa campaña de comunicación demócrata destinada a denunciar el extremismo y el peligro de algunas de sus recomendaciones. Esta campaña culminó a finales de julio con la dimisión del director del programa de la Heritage Foundation, Paul Dans, y el cese de sus «actividades políticas». Aunque el Proyecto 2025 sigue existiendo, ha quedado en gran medida «en un segundo plano».

En los últimos meses, Trump ha negado repetidamente tener vínculos con el proyecto. El candidato republicano teme ser percibido por muchos votantes moderados e indecisos —los que más influirán en el resultado de las elecciones de noviembre— como demasiado radical, sobre todo en materia de aborto y anticoncepción. El mismo día de la dimisión de Dans, el equipo de Trump emitió un comunicado en el que afirmaba que «la campaña del presidente Trump [había] dejado muy claro durante más de un año que el Proyecto 2025 no tenía nada que ver con la campaña», y añadía que «las historias sobre la desaparición del Proyecto 2025 serían particularmente bienvenidas y deberían servir de advertencia a cualquiera o a cualquier grupo que intente tergiversar su influencia sobre el presidente Trump y su campaña: esto no acabará bien para ustedes».1

De forma torpe o deliberada —y en total contradicción con su campaña— Trump ha seguido, no obstante, esparciendo señales que sugieren que mantiene vínculos con la Heritage Foundation y su Proyecto 2025. El candidato republicano hará campaña en Wisconsin el jueves 5 de septiembre junto a Monica Crowley, que ayudó a elaborar el Proyecto 2025.2 Hace quince días, en una grabación de audio se escuchaba a Russell Vought, exmiembro de la administración de Trump y uno de los principales arquitectos del Proyecto 2025, afirmar que Trump había «bendecido» su organización y que «apoyaba mucho lo que estamos haciendo» en el Center for Renewing America, un think tank que ayudó a diseñar el Proyecto 2025.3 Un mes antes, Donald Trump nombró a J. D. Vance como compañero de fórmula, cuyos vínculos con la Heritage Foundation y adhesión a muchas de las políticas conservadoras desarrolladas y apoyadas por el think tank están bien establecidos.

Vance ha estado involucrado en el trabajo de la Heritage Foundation desde al menos 2017, cuando firmó la introducción de un informe de la organización en el que los autores abogaban por restringir el derecho al aborto o ensalzaban las virtudes de la «familia tradicional». En su capítulo sobre «la naturaleza humana en un Estado de bienestar», el columnista conservador Cal Thomas se refirió a «la amenaza de un estómago vacío» como «una gran fuente de motivación para las personas que son capaces de trabajar y encontrar un empleo».4 Posteriormente, Vance siguió manteniendo estrechos vínculos con la organización y, en particular, con su director, Kevin D. Roberts, que fue uno de los influyentes conservadores que pidieron públicamente a Trump que hiciera del senador de Ohio su opción a la vicepresidencia.5

A pesar del aparente nuevo temor de Trump y su equipo de campaña a ser asociados con la Heritage Foundation, Vance aceptó firmar el prólogo del próximo libro de Roberts. Inicialmente titulado Dawn’s Early Light: Burning Down Washington to Save America, su publicación, prevista inicialmente para el 24 de septiembre, se pospuso hasta después de las elecciones del 5 de noviembre. También se ha suavizado el subtítulo (Taking Back Washington to Save America, en lugar de Burning Down), y se eliminó el cerillo que aparecía en el centro de la portada original.

Debido a la fecha inicial de publicación, el 24 de septiembre, varios medios de comunicación recibieron adelantos del contenido del libro, incluido un prólogo de Vance. The New Republic decidió publicarlo íntegro. Nosotros lo traducimos por primera vez al español y lo comentamos línea por línea.

En el clásico estadounidense Pulp Fiction, el personaje interpretado por John Travolta, recién llegado de Ámsterdam, observa que Europa ofrece los mismos bienes de consumo que Estados Unidos, pero que allí es simplemente «un poco diferente». Eso es lo que pienso de la vida de Kevin Roberts. Creció en el seno de una familia pobre, en una parte del país ignorada en gran medida por las élites estadounidenses: para él era Luisiana, para mí Ohio y Kentucky.

Desde la publicación de su exitoso libro y el inicio de su carrera política, Vance ha hecho mucho hincapié en su origen popular y en la pobreza de la ciudad donde creció, Middletown, y de su condado.

En Hillbilly Elegy, el senador y compañero de fórmula de Donald Trump dibuja un Estados Unidos en declive, caracterizado por la pobreza, las drogas, la violencia y la miseria crónica de las pequeñas ciudades del rust belt. Su historia también ensalza los valores de los Apalaches que le transmitió su familia. Aunque en su mayoría son ociosos, y a veces dependen de la seguridad social para sobrevivir, Vance se refiere repetidamente al orgullo, la solidaridad, el sentido del trabajo y de la familia de los habitantes de Middletown.

El objetivo de Vance no es simplemente denunciar los estragos de la desindustrialización, sino también señalar lo que él describe como las causas de la miseria en la que creció: la falta de interés mostrada por la clase política por el Estados Unidos de abajo, la clase trabajadora blanca desatendida por las sucesivas administraciones.

Como yo, es católico. Pero a diferencia de mí, fue educado en el catolicismo. Sus abuelos desempeñaron un papel importante en su vida, al igual que los míos. Hoy trabaja lejos de donde creció, a pocos pasos de mi despacho en Washington, D. C.: él es presidente de uno de los think tanks más influyentes de Washington; y yo soy senador estadounidense.

Vance afirma haber sido ateo durante la mayor parte de su vida. El relato de su conversión en 2019, a la edad de 35 años, fue objeto de un artículo relativamente poco conocido publicado en la revista católica estadounidense The Lamp,6 cuya traducción y comentario publicaremos en breve en las páginas de la revista. Bajo el título «Cómo me uní a la resistencia», Vance describe detalladamente el itinerario intelectual y espiritual que lo llevó a abrazar un movimiento menos extendido que el evangelicalismo o el protestantismo en Estados Unidos.

De San Agustín a Peter Thiel, pasando por René Girard, describe su fe como una forma de cruzada moral. El cristianismo se presenta no tanto como una forma de trascendencia sino más bien como una herramienta secular: en una sociedad que ha perdido toda estructura o moralidad, se dice que la religión tiene el poder de combatir la drogadicción o la creciente tasa de divorcios responsabilizando a los individuos.

Fue él quien escribió el libro que usted tiene en las manos, que explora muchos de los temas que he estado examinando en mi propio trabajo. Lo hace a profundidad y con un estilo de fácil lectura, lo que hace que su rigor intelectual nos resulte perfectamente accesible.

Nunca antes alguien de la profundidad y estatura de Kevin Roberts había intentado articular un futuro genuinamente nuevo para el conservadurismo de la derecha estadounidense. La Heritage Foundation no es cualquier puesto de avanzada en el Capitolio; ha sido y es el motor de ideas más influyente para los republicanos desde Ronald Reagan hasta Donald Trump. Sin embargo, es el poder y la influencia de la Heritage Foundation lo que hace que sea fácil evitar correr riesgos: Kevin Roberts podría cobrar un buen sueldo, escribir libros y decir a los donantes lo que quieren oír. Pero cree que cometer los mismos errores que antes podría llevar a la ruina a nuestra nación.

Si usted ha leído muchos libros conservadores, o si cree que tiene una buena idea del movimiento conservador, creo que las siguientes páginas lo sorprenderán e incluso lo desconcertarán. Roberts entiende de economía y apoya los principios básicos del libre mercado, pero no hace ídolos de viejas teorías. Argumenta de forma convincente que la sociedad financiera moderna era casi totalmente ajena a los fundadores de nuestra nación.

El análogo más cercano del siglo XVIII a las modernas Apple o Google es la Compañía Británica de las Indias Orientales, un monstruo híbrido de poder público y privado que habría hecho a sus súbditos totalmente incapaces de acceder al sentido estadounidense de la libertad. La idea de que nuestros fundadores quisieran someter a sus ciudadanos a este tipo de poder híbrido es ahistórica y absurda, pero demasiados «conservadores» modernos idolatran tanto el mercado que no se dan cuenta de ello.

J. D. Vance señaló hace unos días en una entrevista con el Financial Times que estaba a favor de «desmantelar» Google por ser una empresa «demasiado grande, demasiado poderosa», reiterando una postura mantenida al menos desde el inicio del ciclo electoral.7 La oposición de Vance a ciertas grandes empresas tecnológicas (sobre todo Apple y Google) se debe tanto al monopolio que ejercen como a las críticas recurrentes de los conservadores a la «censura» que supuestamente ejercen sobre sus plataformas. El compañero de fórmula de Trump cree que el dominio de Apple restringe la innovación.

El planteamiento de Vance sobre las grandes empresas tecnológicas parece chocar con la oposición a cualquier forma de intervención y regulación por parte del gobierno estadounidense que defiende el Partido Republicano desde Ronald Reagan.

Una empresa privada que puede censurar la libertad de expresión, influir en las elecciones y trabajar de forma transparente con las agencias de inteligencia y otros burócratas federales merece la preocupación de la derecha, no su apoyo. Kevin Roberts no sólo entiende eso, sino que es capaz de articular una visión política para enfrentarse a este control con eficacia.

Roberts concibe un conservadurismo centrado en la familia. En esto, toma prestado de la vieja derecha estadounidense, que reconocía —acertadamente, en mi opinión— la importancia de las normas y actitudes culturales. Deberíamos animar a nuestros hijos a casarse y tener hijos. Deberíamos enseñarles que el matrimonio no es sólo un contrato, sino una institución sagrada y, siempre que sea posible, una unión para toda la vida. Debemos disuadirlos de adoptar comportamientos que amenacen la estabilidad de su familia. Pero también debemos crear las condiciones materiales para que tener una familia no sea sólo cosa de privilegiados.

Desde que fue elegido como su compañero de fórmula, Vance ha abrazado de lleno las guerras culturales, abandonadas en gran medida dentro del partido republicano por Donald Trump en favor del gobernador de Florida, Ron DeSantis. DeSantis cree que el modelo tradicional de familia estadounidense, que se dice ha dado lo mejor de Estados Unidos, está en crisis: amenazado por el feminismo, las cuestiones de género, la identidad y el colectivo LGBT. Esta convicción tradicionalista se transformó en 2021 en aversión hacia las mujeres que deciden no tener hijos, descritas por Vance como «cat ladies».

Desde entonces, el candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos ha desarrollado un discurso pronatalista que se inspira en gran medida en la política llevada a cabo por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. La paternidad y el número de hijos se habrían convertido en un marcador social que distingue a los republicanos patriotas, creyentes y tradicionales de los demócratas que viven solos en departamentos de las metrópolis estadounidenses. Tener hijos es tanto una responsabilidad como una señal de fe en el futuro del país.

En concreto, esto significa: mejores empleos en todos los niveles de la escala de ingresos; proteger las industrias estadounidenses, aunque esto signifique subir los precios al consumo a corto plazo; escuchar mejor a nuestros jóvenes cuando nos dicen que no pueden permitirse comprar una casa o formar una familia, y no limitarse a criticarlos por su falta de virtud. Roberts expresa una visión fundamentalmente cristiana de la cultura y la economía: reconocer que la virtud y el progreso material van de la mano.

Objetivamente hablando, mi infancia no fue fácil. Tampoco la de Kevin Roberts. Ambos sufrimos las consecuencias negativas de la inestabilidad familiar y a los dos nos salvó la resistencia de una sólida base familiar (abuelos, tías, tíos…), que suele ser el primer y más eficaz componente de nuestra red de seguridad social. Ambos vimos cómo una fábrica que abandona una ciudad puede destruir la estabilidad económica que constituía la base de la familia, del mismo modo que ambos aprendimos a amar al país que nos dio a nosotros y a nuestras familias una segunda oportunidad, a pesar de algunas dificultades.

En estas páginas, Kevin intenta averiguar cómo preservar lo más posible de lo que ha funcionado en su propia vida, al tiempo que corrige lo que no ha funcionado. Para ello, necesitamos algo más que un programa que se limite a eliminar las malas políticas del pasado. Hay que reconstruir. Necesitamos un conservadurismo ofensivo, no sólo un conservadurismo que intente impedir que la izquierda haga cosas que no nos gustan.

El «conservadurismo ofensivo» que pide Vance se refiere a un imaginario de reconquista empleado por la extrema derecha europea, pero que había estado relativamente ausente de la retórica del Partido Republicano hasta la aparición de Donald Trump. La idea de «reconstrucción» forma la matriz de la agenda promovida por el Proyecto 2025: ya sea sobre la inmigración, la financiación del gobierno federal, la deuda, la economía o la supuesta promoción de medidas «woke» dentro de los departamentos, en la educación o incluso en la cultura, los republicanos trumpistas quieren una revisión completa de todo lo que se ha hecho bajo la actual administración demócrata —y las anteriores— para «restaurar» la grandeza de Estados Unidos.

He aquí una analogía que a veces uso para explicar lo que la generación anterior de conservadores hizo bien y mal. Imaginemos un jardín bien cuidado en un lugar soleado. Por supuesto, tiene algunas imperfecciones y muchas malas hierbas. Lo que lo hace fértil para lo que intentamos cultivar, también lo hace para lo que no cultivamos. En un intento de eliminar las malas hierbas, un jardinero bienintencionado trata el jardín con una solución química. Esta solución mata las malas hierbas, pero también muchas de las buenas. Sin inmutarse, el jardinero sigue añadiendo la solución. Al final, la tierra se vuelve infértil.

En esta analogía, el liberalismo moderno es el jardinero, el jardín es nuestro país y las voces que desaniman al jardinero son las de los conservadores. Teníamos razón, por supuesto: al intentar corregir problemas algunos reales, otros imaginarios cometimos muchos errores como país en las décadas de 1960 y 1970.

Pero para recomponer el jardín no basta con arreglar los errores del pasado. El jardín no debe limitarse a recibir una solución que lo mate, aunque la necesite. Hay que volver a cultivarlo. El antiguo movimiento conservador sostenía que bastaba con quitar de en medio al gobierno para que las fuerzas naturales resolvieran los problemas; ya no estamos en esa situación y debemos adoptar un enfoque diferente. Como escribe Kevin Roberts, «está bien adoptar un enfoque de laissez-faire cuando se está al sol. Pero cuando cae el crepúsculo y se oyen los lobos, hay que rodear los carros y cargar los mosquetes».

Todos nos estamos dando cuenta de que es hora de poner los carros en círculo y cargar los mosquetes. En las batallas que se avecinan, estas ideas son un arma esencial.

Notas al pie
  1. Susie Wiles yChris LaCivita, Trump Campaign Statement on project 2025’s Demise, Trump Vance Make America Great again 2024, 30 de julio de 2024.
  2. Team Trump to Hold an Agenda 47 Policy Tour in Milwaukee, Wisconsin Featuring Governor Doug Burgum U.S. Representative Bryan Steil (WI-01), former Governor Tommy Thompson, and MOnica Crowley, Trump Vance Make America Great again 2024, 1 de septiembre de 2024.
  3. Curt Devine, Casey Tolan, Audrey Ash yKyung Lah, «Hidden-camera video show Project 2024 co-author discussing his secret work preparing for a second Trump term», CNN, 15 de agosto de 2024.
  4. Cal Thomas, Human Nature in a State of Welfare in ed. Jennifer A. Marshall, 2017 Index of Culture & Opportunity, p. 50.
  5. Sharon LaFraniere, «How a Friendship helped J.D. Vance Land on Trump’s VP List», The New York Times, 27 de abril de 2024.
  6. J. D. Vance, «How I Joined the Resistance», The Lamp, 1 de abril de 2020.
  7. Alex Rogers, «JD Vance urges billionaire Peter Thiel to help bankroll Trump campaign», Financial Times, 29 de agosto de 2024.
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