Make America Great Again 2.0: este poderoso eslogan vuelve con fuerza, pero ¿qué significa realmente para la economía estadounidense? Al ganar la Casa Blanca por segunda vez, Donald Trump pretende desplegar un programa centrado en el crecimiento, la desregulación y el refuerzo de las fronteras y las barreras comerciales. Al día siguiente de las elecciones, el S&P500 subió un 2.5%, récord histórico para una jornada postelectoral, lo que indica que los mercados captan el potencial de la nueva administración para impulsar el crecimiento estadounidense.
La «ola roja», reforzada por una cómoda mayoría republicana en el Senado, y casi con toda seguridad en la Cámara de Representantes, suscita esperanzas y temores para la administración Trump 2.0. Para los observadores europeos, a menudo alejados de la realidad de Estados Unidos y todavía aturdidos por la victoria de Trump, ya es hora de analizar cómo esta nueva dinámica, que se pondrá en marcha con gran rapidez y quizás incluso abruptamente, podría trastornar la economía estadounidense a corto y largo plazo, porque esta victoria republicana es al menos tan significativa como la llegada de Reagan al poder hace 43 años.
La victoria de Trump: una legitimidad fortalecida
Un inesperado regreso político
¿Quién iba a pensar que, a pesar de las controversias que rodearon su primera presidencia —desde las acusaciones judiciales hasta la gestión de los disturbios en el Capitolio, e incluso las críticas tras las derrotas republicanas en las elecciones intermedias de 2022—, Trump lograría un regreso político tan impensable? Se piense lo que se piense del resultado, este segundo mandato no es una casualidad, sino el fruto de un movimiento popular más amplio.
Una victoria indiscutible en el Colegio Electoral
Al ganar los 7 Estados clave, incluido Arizona, y derribar el aparentemente impenetrable «muro azul» (Michigan, Pensilvania y Wisconsin), Trump ha puesto de manifiesto un profundo cambio en el electorado a favor de los republicanos. La victoria no se ha basado únicamente en los votos tradicionales, sino en una alianza más amplia que incluye cada vez más a votantes blancos, negros e hispanos de clase trabajadora. Los bastiones tradicionales de los demócratas —mujeres, neoyorquinos, latinos— han virado significativamente hacia la derecha: +12 puntos en California, el estado donde nació Kamala Harris, +10 puntos en Maryland, +8 puntos en Massachusetts…
Un realineamiento que amplía la base del Partido Republicano
Como señala Niall Ferguson, «Trump ha destruido la coalición de Obama, que se basaba en la movilización de las minorías por parte de los demócratas» 1. La estrategia republicana de recuperar a los votantes jóvenes, afroamericanos, latinos y judíos ha dado sus frutos. Según el Wall Street Journal, Trump ganó este año el 43% del voto hispano, frente al 35% en 2020, el 33% del asiático (+4) y el 16% del afroamericano (+8). Entre los hombres, la oscilación fue aún mayor: una cuarta parte de los hombres negros votaron por Trump, frente al 12% en 2020, y casi la mitad de los hombres latinos (48%), un aumento de 10 puntos 2.
Esta oscilación electoral otorga a Trump una legitimidad innegable. En respuesta a las preocupaciones sobre el fraude electoral, la directora de la Cybersecurity and Infrastructure Security Agency, Jen Easterly, confirmó que no había habido interferencias malintencionadas durante las elecciones.
Todo está listo para el primer día del segundo mandato de Trump
Una de las cartas clave de la nueva administración Trump es la infraestructura política e institucional ya preparada para poner en marcha sus ideas desde el primer día. A diferencia del Trump elegido en 2016, el Trump de 2024 puede contar ahora con una sólida red de aliados en Washington, tanto en el gobierno como dentro del Partido Republicano, dispuestos a sacar adelante sus reformas con rapidez.
Bajo la dirección de Giuliano da Empoli.
Con contribuciones de Josep Borrell, Lea Ypi, Niall Ferguson, Timothy Garton Ash, Anu Bradford, Jean-Yves Dormagen, Aude Darnal, Branko Milanović, Julia Cagé, Vladislav Surkov o Isabella Weber.
Una Cámara de Representantes unificada, lista para elegir a un MAGA puro
A diferencia de su primera presidencia, durante la que tuvo que trabajar con republicanos moderados como Mike Pence y Paul Ryan, esta vez Trump cuenta con el apoyo de republicanos más alineados con sus valores, como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, a quien ha apoyado personalmente, pero de quien se dice que podría dar paso a un republicano más MAGA en el próximo Congreso. Esta cohesión debería permitir que sus proyectos de ley se aprueben con más facilidad, sin riesgo de que sean suavizados por los que Trump describe como «RINOS» (Republicans In Name Only).
Una amplia mayoría en el Senado
Con 53 senadores republicanos, Trump ya no tendrá que negociar con senadores «bipartidistas» moderados como la republicana Lisa Murkowski o el demócrata Joe Manchin, que no estarán en el próximo Congreso, para las partes principales de sus políticas públicas.
Las instituciones federales se reorganizan en torno a la lealtad a los principios de MAGA
Durante su primer mandato, Trump se apoyó a menudo en los republicanos tradicionales para aplicar sus políticas, con resultados desiguales. Hoy, la lealtad a los valores MAGA del presidente electo parece haberse convertido en un criterio eliminatorio para ocupar puestos clave en la administración federal. Se habla incluso de resucitar el famoso Schedule F, que permitiría a Trump reclasificar el estatus de ciertos empleados federales como cargos políticos y despedir así hasta 50 mil funcionarios federales si considera que pueden socavar sus prioridades. Con los tres jueces que ha nombrado para el Tribunal Supremo, Trump también ha logrado asegurarse un importante apoyo del poder judicial. Por lo tanto, la administración tendrá menos salvaguardas que en el primer mandato, y muchos pondrán en tela de juicio el buen funcionamiento y el «equilibrio de poderes» tan apreciados por los padres fundadores de los Estados Unidos de América.
Un ejército de think tanks y asesores dedicados a la causa MAGA
La administración de Trump se apoya en think tanks nacionalistas como el Center for Renewing America y el America First Institute, cuyas filas están repletas de exmiembros de la administración Trump 1.0 que desempeñan un papel central en la definición de políticas públicas. Este apoyo ideológico recuerda al papel desempeñado por el American Enterprise Institute con Reagan y Bush, o el Progressive Policy Institute con Clinton.
Un Partido Republicano remodelado a su imagen y semejanza
El Partido Republicano actual está moldeado por la ideología MAGA, sin espacio para los republicanos moderados. Figuras emblemáticas como Paul Ryan y Liz Cheney han abandonado la escena, mientras que aliados cercanos a Trump, como J.D. Vance, están construyendo una base ideológica y filosófica para una derecha populista asertiva, la «Nueva Derecha».
Un aliado inesperado: las redes sociales con Musk a la cabeza
En un momento en el que X (antes Twitter) apoya cada vez más explícitamente los valores conservadores, Elon Musk se está posicionando como un aliado estratégico, actuando casi como el «director de marketing» del movimiento MAGA. El aumento del apoyo mediático en las redes sociales unido a la estrategia política de Trump ofrece la posibilidad de una comunicación directa e instantánea con su base, reforzando su capacidad de transmitir mensajes radicales, sin filtro.
Así que Trump irá rápido: su control del aparato legislativo y del partido ofrecen una ventana de oportunidad que se abre ahora para provocar una gran convulsión económica y política.
¿Quién gana y quién pierde?
Los ganadores
La «Nueva Derecha» de J.D. Vance y Donald Trump Jr.
La «Nueva Derecha» de J.D. Vance y Donald Trump Jr. es un movimiento nacionalista, populista y decididamente conservador que está emergiendo como la cara dominante del Partido Republicano. Vance, considerado el heredero ideológico de Trump, está ganando en influencia y podría desempeñar un papel tan central como Dick Cheney en su día. Como senador experimentado, conoce perfectamente el funcionamiento del Senado, lo que debería reforzar su influencia en las decisiones estratégicas del partido. Incluso Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, podría ver debilitado su papel por este aumento de poder.
El movimiento tecnológico libertario, encarnado por Elon Musk y la “Mafia de PayPal”
La influencia de Musk y su entorno dentro de la élite tecnológica de la Costa Oeste, la «Mafia de PayPal», alimenta las ideas de un clima propicio a la experimentación económica y la desregulación. Para estas figuras de Silicon Valley, la administración de Trump representa una oportunidad para impulsar su agenda a favor de una economía capitalista liberada de restricciones regulatorias.
Emprendedores e innovadores
Con Trump, los recortes fiscales y la desregulación podrían abrir perspectivas aún más favorables para los emprendedores. Ya sean start-ups o grandes empresas, el entorno se configurará ahora para fomentar la audacia y la expansión sin «trabas» de ningún tipo: ni burocráticas ni ecológicas. Esto podría ampliar aún más la brecha con Europa.
La «manoesfera»
En la demografía de estas elecciones destaca una tendencia: la adhesión de los hombres jóvenes al conservadurismo. Según AP VoteCast, el 46% de los hombres de entre 18 y 29 años apoyaron a Trump este año, 10 puntos más que en 2020 3. Este apoyo revela un cambio estructural, como explica John Hendrickson en The Atlantic: «Hoy, los tres podcasts más escuchados en Estados Unidos en Spotify son The Joe Rogan Experience, The Tucker Carlson Show y The Charlie Kirk Show. Los tres presentadores han expresado su apoyo a la candidatura de Trump a la presidencia. Estos programas y su audiencia masiva van mucho más allá de los estrechos confines de la política. Juntos, forman megáfonos de voces masculinas» 4.
Los perdedores
El establishment demócrata y sus valores
La derrota de los demócratas revela una crisis de liderazgo y un firme rechazo de los votantes a la ideología «woke». Según Axios, «los demócratas no sólo perdieron por los resultados, sino que fueron derrotados por un criminal convicto al que ridiculizaron como racista, misógino, fascista y una amenaza existencial para la democracia» 5. La autopsia realizada por Blueprint, un grupo de investigación creado para apoyar la candidatura de Kamala Harris a la Casa Blanca, es clara: las tres principales razones por las que los votantes la rechazaron fueron la inflación, percibida como demasiado alta; el número de inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos; y la percepción de que Harris estaba más preocupada por cuestiones culturales que por el bienestar de la clase media.
El equipo de campaña de Kamala Harris y el aparato Clinton-Biden
A pesar de recaudar más de 1 600 millones de dólares (500 millones más que los republicanos), la campaña de Harris se empantanó en gastos espectaculares y desacertados. Se gastaron millones de dólares en conciertos en estados clave para animar a los jóvenes a votar: Jon Bon Jovi en Detroit, Christina Aguilera en Las Vegas, Lady Gaga en Filadelfia, Katy Perry en Pittsburgh… Estos eventos parecen haber alienado a un electorado de clase trabajadora más preocupado por llegar a fin de mes que por las preferencias políticas de Taylor Swift. Estos gastos dejaron incluso a la campaña con un déficit de casi 20 millones de dólares 6.
Las tensiones internas ya se dejan sentir en el seno del Partido Demócrata, cuya joven guardia ha empezado a subir a la red. Ro Khanna, representante progresista de California y figura ascendente en el Congreso, hizo un llamado inequívoco en MSNBC: «Necesitamos borrón y cuenta nueva, nuevas ideas y un nuevo liderazgo. El establishment nos ha llevado al desastre». Ahora parece inevitable un debate puramente ideológico en el seno del Partido Demócrata.
¿Qué pasará con la competencia entre gobernadores como Gavin Newsom, Josh Shapiro y Gretchen Whitmer por una posible candidatura en 2028? Estas tres figuras representan las nuevas caras del partido, y ya se perfilan como figuras clave de la «resistencia» anti-Trump. Pero la verdadera pregunta sigue siendo si los valores que defienden en los Estados Unidos del mañana seguirán siendo relevantes.
Frente a esta nueva dinámica, será esencial que los líderes europeos forjen relaciones con estos nuevos centros de gravedad del poder conservador, muy lejos de los ideales encarnados por Jake Sullivan, el interlocutor privilegiado de los europeos, ahora relegado a un segundo plano, así como con las redes aún embrionarias de la nueva guardia demócrata. La diplomacia transatlántica debe tomar nota de esta convulsión electoral, tan dura como inesperada.
Los temores en torno a las “trumponomics” son evidentes
Los temores en torno a las “trumponomics” son omnipresentes en los medios de comunicación, tanto para los estadounidenses como para los europeos.
Presión sobre la deuda y los rendimientos de los bonos
La política fiscal de Trump podría empeorar significativamente la deuda pública. Al prorrogar la reforma fiscal de 2017, rebajar el impuesto de sociedades y suprimir el de la Seguridad Social, Trump agravaría un déficit ya preocupante. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso, la deuda pública, que ya sigue una trayectoria insostenible, podría alcanzar el 143% del PIB en 2053 7.
Riesgos relativos al comercio internacional
La agresiva estrategia arancelaria anunciada por Trump, sobre todo frente a China, está causando inquietud, y los inversores temen shocks de oferta e inflación importada. La amenaza de un arancel del 60% sobre las importaciones chinas y un arancel del 10-20% sobre las importaciones del resto del mundo podría causar inflación de precios a corto plazo e impactar en el consumo.
Impacto en el mercado laboral de la expulsión de inmigrantes indocumentados
Del mismo modo, la nueva política migratoria de Trump, de llevarse a la práctica, podría reducir significativamente la oferta de mano de obra, limitando el crecimiento en determinados sectores con resultados inflacionistas. De los escenarios elaborados por Bloomberg Economics, el más probable implica que el flujo de migrantes se reduciría a 750 mil al año, una fuerte caída respecto a la tendencia previa a la pandemia, que era de un millón. El segundo escenario más probable implica prohibiciones temporales de ciertos tipos de inmigración, que afectarían sobre todo al sector agrícola. Por último, un tercer escenario, menos probable, supondría un cese virtual de la inmigración por tiempo indefinido y la deportación de 11 millones de inmigrantes indocumentados, con importantes efectos socioeconómicos e inflacionistas. En los primeros días tras las elecciones, algunos hablaron de utilizar bases militares y prisiones para facilitar la deportación de un millón de inmigrantes indocumentados condenados por un tribunal estadounidense, anunciando una posible tragedia humanitaria.
Volatilidad en los mercados e incertidumbre sobre la Fed
Las reformas fiscales expansivas de Trump podrían frenar la bajada de tasas de la Fed, aunque un escenario en el que Jerome Powell sea destituido al frente de la Reserva Federal no parece —de momento— estar en la agenda.
¿Y si las “trumponomics” impulsaran el crecimiento de Estados Unidos?
Las coordenadas básicas de las trumponomics son bien conocidas: enraizadas en el liberalismo «clásico» y en la doxa republicana tal y como está establecida desde Ronald Reagan, se organizan en torno a la lógica del recorte de impuestos, que Trump comenzó a aplicar durante su primer mandato.
Con varias disposiciones de la ley fiscal republicana de 2017 a punto de expirar el año que viene, Trump quiere prorrogar los recortes del impuesto sobre la renta y reducir aún más la tasa del impuesto de sociedades. Durante la campaña, también prometió suprimir los impuestos sobre las propinas, las horas extra y las pensiones. Estos recortes fiscales se financiarían en parte elevando el tope de la deducción por impuestos estatales y locales. Según Bloomberg Economics, con esta lista de objetivos, que es poco probable que se aplique en su totalidad debido a las fuerzas del mercado de bonos, las políticas fiscales de Trump darían lugar a «un crecimiento ligeramente más rápido y una mayor inflación».
Sin embargo, hay nuevas iniciativas mucho más ambiciosas (basadas en la observación, hecha por el movimiento MAGA) de que las regulaciones puestas en marcha por la administración de Biden habrían obstaculizado el crecimiento económico, frenado la innovación y ralentizado la crucial carrera tecnológica en la nueva Guerra Fría con China. El objetivo de estas reformas es nada menos que reescribir la forma de hacer negocios en Estados Unidos: es esencial que Europa capte las implicaciones si quiere adaptarse a estas transformaciones.
Desregulación masiva e inmediata
Trump tiene el poder ejecutivo para reducir las regulaciones federales. Los mercados anticipan importantes medidas en este sentido. Las empresas de los sectores de la energía, las finanzas y la inteligencia artificial deberían ver aliviadas sustancialmente las trabas reglamentarias que pesan sobre ellas, lo que podría, según los expertos, liberar miles de millones de dólares en inversiones, por no hablar del efecto sobre las fusiones y adquisiciones.
Un clima favorable para el sector bancario y las criptomonedas
Reducir el «exceso de regulación» beneficiaría directamente a los bancos estadounidenses. La flexibilización de los requisitos de capital de Basilea III, así como el levantamiento de las restricciones al desarrollo de las fintech, podrían estimular una nueva ola de crecimiento en el sector bancario, donde la innovación tecnológica podría florecer sin trabas. Un regulador favorable a Trump también podría establecer un marco regulatorio claro para las criptodivisas, allanando el camino para la expansión legal de las plataformas estadounidenses.
«Make America first in IA»
Según el Washington Post, también se dice que los aliados de Trump están redactando una audaz orden ejecutiva sobre inteligencia artificial, que prevé una serie de «proyectos Manhattan» para desarrollar tecnologías militares y eliminar regulaciones consideradas innecesarias y restrictivas 8. El plan también incluye la creación de agencias dirigidas por la industria —en lugar de un regulador federal— para evaluar los modelos de IA y asegurar los sistemas contra amenazas extranjeras, marcando una clara ruptura con la estrategia de Biden de centrarse en la seguridad y el control estricto de las tecnologías de inteligencia artificial.
«Drill, baby, drill»
Además de una probable salida del Acuerdo de París, se espera que un «zar de la energía» sustituya al «zar del clima» nombrado por Biden. Sus prioridades incluirían la cancelación o el aplazamiento de las restricciones de emisiones de la Agencia de Protección Medioambiental para vehículos individuales y camiones, y el levantamiento de las restricciones a la perforación en reservas federales. Estas medidas pretenden ampliar los recursos energéticos del país, considerados uno de los pilares de la competitividad y el empleo industrial estadounidenses. Una visión que se aleja cada vez más de la europea.
Relanzamiento de la innovación tecnológica y de la «defense tech», con Musk a la cabeza
Con la omnipresencia de Elon Musk, podría surgir un clima favorable a los proyectos de gran envergadura, que recuerde la época dorada de los Laboratorios Bell en los años noventa. Musk, al frente de un think tank favorable a una agenda capitalista, aboga por una América impulsada por la innovación, donde gigantes como OpenAI y Amazon Web Services prosperen sin trabas burocráticas y nuevos actores de la defense tech como Anduril puedan dedicarse a la innovación. El objetivo declarado es construir una cadena de fabricación de rearme moderna e «hiperescalable», capaz de reconstruir rápidamente «un arsenal de la democracia».
Disciplina presupuestaria: hacia una «mileificación» del presupuesto federal
Bajo el impulso de Musk, asistido por Vivek Ramaswamy a la cabeza de una nueva comisión, el Departamento de Eficiencia Gubernamental, o DOGE en un guiño a la criptodivisa de Elon Musk, Trump planea recortar 2 billones de dólares del presupuesto federal, es decir, el 30% del gasto anual. El plan, inspirado por el libertario argentino Javier Milei, pretende reducir drásticamente el gasto público. ¿Será un shock fiscal de austeridad o liberará las fuerzas del mercado? El impacto sería potencialmente histórico, al cambiar la naturaleza misma de la intervención del gobierno federal.
¿Qué podemos esperar en los próximos días?
Los próximos días prometen ser decisivos para el establecimiento de la nueva administración de Trump y la dirección que tomarán sus políticas.
Varios factores acapararán la atención de los inversores, que escrutarán las primeras medidas concretas de esta era «MAGA 2.0».
Elección de los líderes republicanos
Los republicanos tienen que elegir a sus líderes. En el Senado, el senador por Dakota del Sur, John Thune, fue elegido el miércoles 13 de noviembre líder del GOP, sucediendo a Mitch McConnell, que ocupaba el puesto desde 2007.
Esta elección del liderazgo del Senado influirá directamente no sólo en la agenda legislativa de Trump, sino sobre todo en el poder de los nombramientos presidenciales para puestos clave de la administración de Trump: miembros del gabinete, jueces federales y embajadores. Como cada nominación debe pasar primero por un comité, los demócratas podrían prolongar el proceso, una estrategia que privó a la primera administración Trump de un número crucial de altos funcionarios durante casi dos años. Para sortear este proceso y sus posibles retrasos, Trump había exigido a los candidatos al puesto de líder de la mayoría en el Senado que aceptaran el principio de Recess Appointments, una disposición de la Constitución que permite a la cámara alta aprovechar que no está en sesión para forzar nombramientos sin celebrar una votación.
Nombramientos clave en la administración de Trump
Los inversores estarán muy atentos a los nombres propuestos para puestos económicos estratégicos, especialmente el de secretario del Tesoro. El principal candidato que se baraja para el puesto es Scott Bessent (ex-Soros). El perfil elegido podría indicar si se mantendrá el rumbo hacia una política anticomercio y de expansión presupuestaria, o si habrá que hacer concesiones para tranquilizar a los mercados.
Un punto de inflexión importante para la economía estadounidense al que Europa debe adaptarse lo antes posible
La aceleración de las iniciativas del segundo mandato de Trump —respaldadas por una fuerte legitimidad política y un partido remodelado— abre un capítulo de grandes cambios para Estados Unidos. Las reformas centradas en la desregulación y los recortes fiscales podrían reactivar la economía estadounidense y someter al país a tensiones fiscales y sociales muy serias.
Para los observadores europeos, el tsunami ideológico y demográfico revelado por las elecciones no debe ignorarse ingenuamente. A Europa le interesa evitar una visión demasiado simplista o maniquea de las elecciones de noviembre de 2024.
Más allá de los juicios o prejuicios que se hagan sobre MAGA 2.0, es imperativo empezar a entender sus entresijos y conocer las figuras emergentes de la «Nueva Derecha» del GOP y de los «Nuevos Demócratas». Los líderes europeos necesitan establecer un modus operandi adecuado con Estados Unidos y reorientar las políticas nacionales y europeas para hacer frente a un nuevo Estados Unidos que —cueste lo que cueste— quiere ganarle al resto del mundo.
Notas al pie
- Niall Ferguson, «The Resurrection of Donald J. Trump», The Free Press, 6 de noviembre de 2024.
- Brian McGill, Anthony DeBarros y Caitlin Ostroff, «How Different Groups Voted in the 2024 Election , The Wall Street Journal, 11 de noviembre de 2024.
- Linley Sanders, «AP VoteCast: How Donald Trump built a winning 2024 coalition», Associated Press, 8 de noviembre de 2024.
- John Hendrickson, «Taxonomy of the Trump Bro», The Atlantic, 8 de noviembre de 2024.
- Jim VandeHei y Mike Allen, «Behind the Curtain: Deep Democratic depression», Axios, 8 de noviembre de 2024.
- David Spector, «Trump trolls debt-ridden Harris camp, urges GOP to do ‘whatever we can to help them’ after its revealed VP owes $20M», The New York Post, 9 de noviembre de 2024.
- Cabe señalar que, tras un repunte inicial, los rendimientos casi han vuelto a sus niveles anteriores a las elecciones, pues el mercado ya ha incorporado en gran medida este riesgo. The Long-Term Budget Outlook Under Alternative Scenarios for the Economy and the Budget, CBO, julio de 2023.
- Cat Zakrzewski, «Trump allies draft AI order to launch ‘Manhattan Projects’ for defense», The Washington Post, 16 de julio de 2024.