El 5 de noviembre, Donald Trump derrotó a Kamala Harris en la carrera hacia la Casa Blanca. Aunque la victoria del republicano fue clara, es necesario analizar en detalle los datos electorales para entender cómo se produjo.
Trump pudo contar con ganancias significativas en los electorados hispano y católico, en ciertas fracciones acomodadas de las metrópolis y entre los nuevos votantes. Pero su victoria fue también la derrota de Harris: la desmovilización de los votantes demócratas urbanos y una mayor brecha de género jugaron en contra de la candidata, incapaz de atraer en gran número a los votantes moderados.
1 — 42.918: el número de votos que le habían faltado a Trump en 2020
En 2020, Joe Biden había ganado con 306 votos electorales frente a los 232 de Donald Trump. Pero esta amplia ventaja en el Colegio Electoral ocultaba márgenes muy estrechos en algunos estados indecisos: una ventaja de solo 10.457 votos en Arizona, 11.779 en Georgia y 20.682 en Wisconsin. De haber ganado estos tres estados, Trump habría empatado con Biden en el Colegio Electoral, lo que probablemente habría llevado a la elección de Trump por el Congreso. Para ello le habría bastado con movilizar a unos 43.000 votantes más. Este año, a Harris le faltaron 250.000 votos repartidos en 3 estados para ganar las elecciones.
Teniendo en cuenta este historial, Kamala Harris no tenía más remedio que hacerlo mejor que Biden en 2020 para ganar. Pero la demócrata, que entró tarde en campaña y cuyo historial económico de la Administración se consideraba menos bueno que el de Donald Trump, fue incapaz de marcar la diferencia. Al contrario, su puntuación cayó entre uno y tres puntos porcentuales en comparación con Biden en una serie de estados clave, dando la victoria a Trump en los 7 principales estados indecisos (Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin). Otra consecuencia de este descenso general fue que Trump ganó por primera vez el voto popular.
2 — 65%: la participación
Associated Press estima la participación en torno al 65%, cerca del récord alcanzado en 2020 (65,9%). En un contexto de creciente polarización, la participación es alta para las elecciones presidenciales estadounidenses, aunque sigue siendo inferior a la de las elecciones nacionales en Alemania, Francia o los países del Benelux.
En 2024, una participación globalmente alta, pero más elevada en las ciudades que en las zonas rurales, parece haber beneficiado esta vez a Trump. Harris ganó en Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, por 46.786 votos menos que Biden en 2020, aproximadamente la mitad de su pérdida a nivel estatal (97.261 votos). En la misma ciudad, Trump sólo ganó unos 10.000 votos. Por otro lado, aumentó su ventaja en los condados rurales, recibiendo 133.000 votos más que en 2020 en el conjunto del Estado de Pensilvania.
3 — 4%: el porcentaje de votantes que cambiaron de un partido mayoritario a otro
La influencia de los fenómenos de movilización diferencial de los electorados demócrata y republicano es tanto más importante cuanto que los flujos entre ellos son limitados. Según los sondeos nacionales a pie de urna publicados por la CNN, sólo el 5% de los antiguos votantes de Biden en 2020 que votaron en 2024 eligieron a Trump, mientras que sólo el 3% de los antiguos votantes de Trump en 2020 que votaron en 2024 se decantaron por Harris. Como ya ocurrió en 2020, la altísima polarización del voto se refleja claramente en los datos electorales.
Esta escasa capacidad para convencer a los votantes del lado opuesto supone un revés para Harris, que esperaba en particular ganarse a una parte del electorado femenino conservador. La campaña de Harris había atraído, por ejemplo, el apoyo de Liz Cheney, antigua representante republicana de Wyoming, el estado más firmemente pro-Trump del país (R+46). También había planteado la cuestión de los derechos reproductivos, en la que la demócrata parecía estar más en sintonía con la opinión pública. Al final, las encuestas a pie de urna no mostraron un movimiento significativo de antiguos votantes de Trump hacia Harris: como mucho, un 3% habría votado a la demócrata.
Bajo la dirección de Giuliano da Empoli.
Con contribuciones de Josep Borrell, Lea Ypi, Niall Ferguson, Timothy Garton Ash, Anu Bradford, Jean-Yves Dormagen, Aude Darnal, Branko Milanović, Julia Cagé, Vladislav Surkov o Isabella Weber.
4 — 7/10: Aprobadas iniciativas para defender los derechos reproductivos
En cinco estados (Colorado, Maryland, Montana, Nevada, Nueva York), las votaciones celebradas en paralelo a las elecciones generales llevaron a aprobar la inclusión de un derecho al aborto ya existente en la Constitución estatal. Una votación en Arizona legalizó la interrupción del embarazo hasta las 24 semanas, frente a las 15 semanas anteriores. Otra votación en Missouri levantó la prohibición casi total que había prevalecido anteriormente, legalizando el aborto hasta la semana 24 de embarazo.
El mismo día, sin embargo, fracasaron tres iniciativas similares en estados dominados por los republicanos. En Florida, una medida destinada a ampliar el derecho al aborto sólo de la sexta a la vigésimo cuarta semana de embarazo obtuvo la mayoría de los votos, pero no alcanzó el 60% necesario para su aprobación. En Nebraska, el rechazo de un texto más liberal y la adopción de una iniciativa conservadora condujeron a la inclusión en la Constitución de un límite de 12 semanas. En Dakota del Sur, fracasó una enmienda para poner fin a la prohibición del aborto en el estado.
El éxito de siete de cada diez votaciones, incluso en estados ganados por los republicanos (Montana, Nevada), confirma el apoyo de una gran parte de la población a la garantía de los derechos reproductivos. Sin embargo, su fracaso en tres estados claramente conservadores (R+13, R+22, R+29) indica que la oposición a estos derechos sigue siendo fuerte entre un sector del electorado que puede ser localmente dominante.
5 — 6: el número de estados indecisos en los que Harris supera a Trump entre las mujeres
Los datos de los sondeos preelectorales sugerían que habría una considerable brecha de género. Según nuestras simulaciones basadas en los sondeos preelectorales, Harris habría ganado 365 votos electorales si sólo hubieran votado las mujeres, mientras que Trump habría ganado 376 votos electorales si sólo hubieran votado los hombres.
Los sondeos a pie de urna en los estados indecisos son ligeramente más favorables a Trump que los realizados antes de las elecciones. Sin embargo, confirman en gran medida este resultado: en seis de los siete estados indecisos, Harris ganaría entre el electorado femenino, y Trump superaría a Harris (por sólo un punto) únicamente en Arizona. En estos estados disputados, Harris tiene en general una clara ventaja entre las mujeres, mientras que Trump tiene una clara ventaja entre los hombres, por un margen ligeramente mayor. En Pensilvania, Harris obtuvo el 55% del voto femenino (+12) y Trump el 57% del masculino (+16). El mayor desequilibrio en el electorado masculino favoreció al candidato republicano.
6 — 1: el número de estados en los que Harris obtuvo mejores resultados que Biden en 2020
Con la excepción del estado pro demócrata de Washington (D+19,5), donde la ventaja de Harris es 0,3 puntos mejor que la de Biden en 2020, los republicanos ganan en todas partes. Este es particularmente el caso en los estados más poblados, independientemente de su color partidista: en California, Harris ahora sólo gana por 18 puntos, en comparación con 29 puntos en 2024; en Nueva York, la brecha a su favor cae de 23 a 12 puntos; en Florida, la ventaja de 3 puntos del republicano en 2020 se ha convertido en 13 puntos en 2024; en Texas, la ventaja de Trump aumenta de 6 a 14 puntos.
Esta caída generalizada del apoyo a los demócratas explica la pérdida del voto popular, inédita desde la victoria de George W. Bush en 2004.
7 — +13 puntos: la victoria de Trump entre los votantes hispanos
La distribución entre los dos candidatos de los votantes que se identifican como blancos cambió notablemente poco entre 2020 y 2024: el 58% de los votantes blancos había elegido a Trump en 2020, frente al 57% en 2024; entre las dos elecciones, la puntuación de los demócratas entre este mismo grupo se mantuvo estable en el 41%. Del mismo modo, la puntuación de los dos partidos entre los votantes negros cambió muy poco: el 85% para Harris frente al 87% para Biden en 2020, y el 13% para Trump en 2024 frente al 12% en 2020.
Entre los votantes hispanos, en cambio, se ha producido un cambio importante: mientras que el 65% de los votantes latinos favorecían a Biden en 2020, frente al 32% de Trump, en 2024 la ventaja de los demócratas se ha reducido drásticamente, hasta el 52% frente al 46%. Cuando se cruzan el género y la identificación étnica, son los hombres hispanos (6% de los votantes) los que más han girado: de 59-36 a favor de Biden a 55-43 a favor de Trump, un retroceso de 35 puntos (de D+23 a R+13). Entre las mujeres, el cambio es similar pero la amplitud es menos importante, reduciendo la ventaja demócrata de 39 a sólo 22 puntos.
Como símbolo de esta tendencia, el condado de Starr (Texas), el más hispano del país (97,7%), fue ganado por primera vez por un candidato republicano. Donald Trump obtuvo el 57,7% de los votos, frente a sólo el 41,8% de Kamala Harris.
Los aumentos de Trump en el electorado latino pueden vincularse a su mayor interés por las cuestiones económicas y de seguridad, en las que el republicano basó su campaña. En un contexto de baja permeabilidad entre electorados y estrechos márgenes de victoria, esta evolución puede haber decidido la elección.
8 — 18 puntos: la ventaja de Trump sobre Harris entre los católicos
Joe Biden es el primer presidente católico estadounidense desde John Fitzgerald Kennedy. En 2020, había ganado el voto católico por 5 puntos (52%), una ventaja debida principalmente al apoyo del electorado latino. Esta vez, Trump ganó el voto latino por un amplio margen, con una ventaja de 18 puntos (58%). El cambio de 23 puntos se explica tanto por el retroceso en el electorado hispano como por el aumento de Trump en el electorado católico blanco, del 56% al 61%.
Entre 2020 y 2024, la relación con el cristianismo parece haber polarizado en mayor medida al electorado estadounidense. Durante este periodo, disminuyó la proporción de personas sin afiliación religiosa y de creyentes no cristianos que apoyaban a Trump. Al mismo tiempo, el apoyo a Trump ha aumentado entre los votantes protestantes y católicos. Durante la campaña, Trump apareció en varias ocasiones en compañía de predicadores evangélicos. También subrayó repetidamente su apoyo a los valores de la Iglesia romana. El vicepresidente electo, J.D. Vance, por su parte, se convirtió al catolicismo en 2019 tras haber sido criado en una familia protestante.
9 — 10 puntos: ventaja de Trump sobre Harris entre las personas de 45 a 64 años
En 2020, el apoyo a Trump tendía a aumentar con la edad de los votantes. En 2024, alcanzó su punto máximo entre las personas de 45 a 64 años, donde el republicano tiene una ventaja de 10 puntos. Esta clara ventaja contrasta con la de los demócratas entre los 18-29 años (+7 puntos). En los demás grupos de edad (30-44 y más de 65), los dos candidatos están empatados.
Aunque sigue siendo más fuerte entre los votantes de mediana edad, es entre los más jóvenes donde Trump ha logrado mayores avances. En 2020, Trump había obtenido sólo el 36% de los votos entre 18 y 29 años, con el 41% de los hombres jóvenes y solo el 32% de las mujeres jóvenes votándole. En 2024, este porcentaje subió al 43% (+7), con un 49% de hombres jóvenes (+8 puntos) y un 37% de mujeres jóvenes (+5) votando al republicano.
10 — 65%: la proporción de hombres neovotantes que votaron a Trump
La encuesta a pie de urna encargada por CNN muestra que el 65% de los hombres que votaron por primera vez en 2024 eligieron a Donald Trump. Este grupo incluye tanto a los adultos jóvenes que han obtenido el derecho al voto desde 2020 como a los votantes que anteriormente se habían abstenido, independientemente de su edad. En 2020, el 60% de los nuevos votantes masculinos habían elegido a Joe Biden. Las nuevas votantes femeninas se dividen a partes iguales entre los dos candidatos en 2024, mientras que el 68% había votado al candidato demócrata en 2020.
Aunque los flujos entre los electorados son bajos, la capacidad de movilizar a nuevos votantes es esencial para ambos partidos. El 65% de los nuevos votantes masculinos captados por Trump representan alrededor del 2% del electorado total: una cifra cercana a la brecha que separa a los dos candidatos en el voto popular.
11 — 20%: los votantes perdidos por los demócratas en Manhattan entre 2020 y 2024
Kamala Harris ganó por un amplio margen a Donald Trump en el condado más rico del país, llevándose el 80,8% de los votos frente al 17,3% de Trump. Este 80,8% de los votos representa 482.124 votos, algo más de un 20% menos que los 603.040 votos obtenidos por Joe Biden en 2020. El republicano, natural de la ciudad, gana 20.000 votos y su porcentaje de voto pasa del 12,3% al 17,3%.
La caída es aún más acusada en el segundo condado más rico de Estados Unidos, Marin (California), donde el 80,1% de Harris (frente al 82,3% de Biden en 2020) esconde un descenso de casi el 40%, de 128.288 a sólo 76.374 votos. En este condado, Trump también pierde votantes, mientras aumenta su porcentaje de voto hasta el 17,7% (+1,9 pp).
Los afluentes condados suburbanos del noreste de Virginia que limitan con el Distrito de Columbia muestran un descenso similar.
12 — 2 millones de votos: el aumento de Trump sobre Harris entre 2020 y 2024 en los 10 condados más poblados
Según los resultados preliminares disponibles, los demócratas habrían perdido alrededor de 1,45 millones de votos en los diez condados más poblados de Estados Unidos. En estos mismos condados, Trump ganó alrededor de 590.000 votos más.
En 2020, Biden había ganado estos diez condados. En 2024, Trump arrasó en tres: Maricopa (Arizona), Miami-Dade (Florida) y Riverside (California). Los condados más poblados tienen en común una gran población hispana, que alcanza el 68,7% en Miami-Dade y el 49,7% en Riverside.
Un fenómeno similar puede observarse en la mayoría de los grandes centros urbanos, como Los Ángeles, Chicago, Boston y Denver: la participación y el voto demócrata disminuyeron masivamente, mientras que el número de votantes de Trump se mantuvo estable o aumentó.