Desde el 19 de abril y hasta el 1 de junio, la democracia más poblada del mundo acude a las urnas. ¿Cómo pretende mantenerse el autoritario régimen de Modi al frente de una potencia que se está convirtiendo en una de las más disputadas del mundo? Para seguir estas elecciones y sus implicaciones, hemos recurrido al especialista Christophe Jaffrelot para que nos ayude a coordinar una serie de publicaciones esta primavera. Para seguirlas, considera suscribirte al Grand Continent.

En la India, los comicios se celebran durante un periodo muy largo por razones logísticas y de seguridad. La ley electoral india estipula que ningún ciudadano debe vivir a más de dos kilómetros de un colegio electoral. Desde las inmensas aglomeraciones y llanuras del Ganges hasta el montañoso Himalaya, pasando por los islotes del Océano Índico y los desiertos del Rajastán, la preparación de 1.1 millones de colegios electorales y 5.5 millones de máquinas de votación electrónica requiere el trabajo de un número colosal de asesores y técnicos. Esta secuenciación se explica también por la movilización de las fuerzas de seguridad desplegadas en las regiones aún afectadas por la rebelión naxalita1 y en los estados donde la violencia política es endémica. En total, no menos de 15 millones de personas se movilizarán durante el mes y medio de votaciones para garantizar el buen desarrollo del proceso electoral.

Más allá del aspecto organizativo, es evidente que hay mucho en juego en el plano político. Para el primer ministro saliente, el nacionalista hindú Narendra Modi, se trata de reforzar el control de su partido, el BJP (Bharatiya Janata Party),2 y de su ideología, el hindutva, sobre el país. De hecho, tras sus éxitos electorales en 2014 y 2019, Narendra Modi se ha fijado públicamente el objetivo de obtener 370 diputados electos para el BJP y 400 para su coalición3 de los 543 escaños de la Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento. Frente a él, la oposición formada por el antiguo partido del Congreso (Indian National Congress, INC) de la dinastía Nehru-Gandhi y una multitud de partidos regionales ha construido una vasta coalición destinada a frenar el impulso del BJP. Apropiadamente bautizada como INDIA (Indian National Developmental Inclusive Alliance), espera limitar la ventaja del BJP, pero adolece de cohesión interna y de representación.

Un oficial de policía da instrucciones a sus colegas en un lugar de distribución de máquinas de votación electrónica en la víspera de la primera ronda de votación en las elecciones nacionales de seis semanas en Chennai, India, jueves 18 de abril de 2024. © Altaf Qadri/AP/SIPA

Mientras que en 2019 el decepcionante historial económico de Narendra Modi dio a muchos observadores la sensación de que las elecciones eran realmente indecisas, el ambiente este año es muy distinto. La mayoría de los analistas esperan que el gobierno de coalición sea fácilmente reelegido, y la principal incertidumbre es si logrará nuevos avances. Sin embargo, las elecciones indias pueden deparar grandes sorpresas, y la sombra de los comicios de 2004 planea sobre el BJP. En busca de un tercer mandato, tras unas elecciones regionales ganadas con facilidad, el entonces primer ministro en funciones del BJP, Atal Bihari Vajpayee, parecía destinado a ganar sin grandes dificultades. Los favorables indicadores económicos que respaldaban este entusiasmo se reflejaban en el eslogan de campaña del BJP, India Shining. Pero esto no tenía en cuenta el descontento de cientos de millones de indios de las zonas rurales que se sentían excluidos del crecimiento y olvidados por el gobierno de turno. El día del recuento, el BJP no se mantuvo en el poder, y finalmente cedió el paso al partido del Congreso durante otros ocho años.

Aunque existe cierta incertidumbre en torno al resultado de las elecciones, es importante comprender los factores que influirán en la decisión de los votantes. En este artículo analizamos 10 dimensiones políticas, económicas, culturales y geográficas que nos ayudarán a entender, cuando se cuenten las papeletas el 4 de junio, cómo decidieron los indios.

1 – La polarización religiosa, vehículo electoral del hindutva

La estrategia a largo plazo de explotar las tensiones religiosas entre la mayoría hindú y la minoría musulmana4 que han puesto en marcha el BJP y las numerosas organizaciones afiliadas a la Rashtriya Swayamsevak Sangh5 (RSS, Organización Nacional de Voluntarios) está en el origen del avance electoral del nacionalismo hindú desde finales de los años ochenta. Esta estrategia era doble: nacionalizaba ciertas cuestiones identitarias y politizaba las tensiones comunitarias cotidianas.

El primer aspecto de esta estrategia queda ilustrado por la serpiente marina de la política india que representa la reconstrucción del templo del dios Ram en Ayodhya. Construido por los mogoles en 1528 en el supuesto lugar de nacimiento de Ram, la mezquita de Babri, ocupada por los hindúes desde 1949 con el acuerdo de las autoridades locales, ha cristalizado las tensiones religiosas. El deseo de los nacionalistas hindúes de construir un templo en lugar de la mezquita fue cada vez más defendido por el BJP y sus aliados de la RSS en la década de 1980, una estrategia que culminó en el Ram Rath Yatra del líder del partido, L. K. Advani, una larga gira de movilización y agitación en el norte de India en 1990.

En diciembre de 1992, la mezquita fue destruida durante un mitin político del BJP, que degeneró en disturbios que se extendieron por todo el país y causaron varios miles de muertos. El statu quo que había prevalecido desde la destrucción se rompió poco después de la reelección de Narendra Modi en 2019, cuando el Tribunal Supremo dictaminó que se podía construir un templo hindú en su lugar tras unas controvertidas excavaciones que indicaban que la mezquita se había edificado sobre una «estructura» preislámica. La inauguración del templo con bombo y platillo por el primer ministro el 22 de enero –un acto que marcó el lanzamiento oficioso de la campaña electoral del BJP– encarna la nacionalización de las cuestiones identitarias. De hecho, la encuesta preelectoral Lokniti-CSDS6 muestra que la reconstrucción del templo de Ayodhya es, por mucho, el elemento del historial del gobierno de Narendra Modi más admirado por los indios (23%), muy por delante de sus éxitos económicos.

El primer ministro indio, Narendra Modi, llega a la inauguración de un templo dedicado a Ram del hinduismo en Ayodhya, India, el lunes 22 de enero de 2024. El templo se levanta en el emplazamiento de una mezquita del siglo XVI que fue destruida por una turba hindú en diciembre de 1992, desencadenando una violencia masiva entre hindúes y musulmanes. © Ricardo Kumar Singh/AP/SIPA

El BJP utiliza también una estrategia de politización de las tensiones religiosas. Fue esta dinámica la que le permitió lograr sus primeros grandes éxitos electorales en el cinturón hindi7 a partir de finales de los años ochenta. La RSS y el BJP tratan de explotar los numerosos incidentes entre hindúes y musulmanes en una sociedad en la que la religión desempeña un papel central en la vida cotidiana. Este lento proceso de politización de la religión llevó gradualmente a que las tensiones interreligiosas se transformaran en enfrentamientos comunales estructurados y profundos,8 alimentados por las endémicas dificultades económicas de las zonas rurales.

La inauguración con bombo y platillo del templo del dios Ram en Ayodhya por Narendra Modi encarna la nacionalización de las cuestiones identitarias.

Mathieu Gallard

Esta doble dinámica de nacionalización de las cuestiones identitarias y de politización de las tensiones religiosas cotidianas ha permitido poco a poco al BJP afianzar el hindutva –base ideológica del nacionalismo hindú– en la población india, sobre todo entre las castas inferiores y los dalits (los «intocables»), que antes se mostraban indiferentes. Este proceso de polarización religiosa explica en gran medida los éxitos electorales del BJP desde 2014: mientras que el voto musulmán a favor del BJP se ha mantenido lógicamente marginal (8% en 2019), el voto hindú ha aumentado fuertemente, pasando del 22% en 2009 al 36% en 2014 y al 44% en 2019. La brecha entre ambas comunidades nunca había sido tan grande.

2 – En una situación económica deteriorada, el BJP juega con la centralización del reparto del bienestar

Aunque la polarización religiosa juega a favor del BJP, es su historial económico y social el que constituye su principal desventaja. Aunque la economía india está en auge,9 su desarrollo se basa en sectores poco productivos.10 Las dificultades de acceso al empleo suscitan profundas recriminaciones entre la juventud urbana, y las difíciles condiciones de vida son fuente de descontento entre los habitantes de las zonas rurales. El sector agrícola, que sigue empleando a cerca del 45% de la población activa, sólo genera el 16% del valor producido.11 Y aunque la inflación ha disminuido en los últimos meses, sigue siendo elevada para un artículo tan esencial como los alimentos (8.5% en marzo).12

Todos estos factores repercuten directamente en la población: en el sondeo preelectoral Lokniti-CSDS,13 el 62% de los indios consideraba que se había vuelto más difícil encontrar trabajo que hace cinco años (frente al 12% que opinaba que se había vuelto más fácil), y el 71% opinaba que los precios habían subido en cinco años. Además, las principales preocupaciones de los electores son de índole económica: el desempleo (27%) y la subida de los precios (23%) encabezan claramente la lista. En este contexto, los principales partidos compiten entre sí con promesas de prestaciones sociales o de garantía de empleo para los electores.14

El BJP se apoya más en su historial de desarrollo para contrarrestar los ataques de la oposición. Desde 2014, el partido ha aumentado el número de programas de bienestar destinados a apoyar a los hogares, ya sea en términos de servicios básicos o de ayuda financiera. El acceso a la electricidad o a combustibles limpios para cocinar (excluidos el carbón, la leña, etc.) ha aumentado considerablemente desde que el BJP llegó al poder. Esta política de asistencia social ha ido acompañada de una ambiciosa política de redistribución, en la que las transferencias financieras del gobierno central han pasado de 1 200 millones de dólares y 108 millones de beneficiarios en 2013-2014 a 34 mil millones de dólares y 700 millones de beneficiarios en 2019-2020, una tendencia que aumentó aún más durante la pandemia de Covid-19.15 Esta centralización gradual de la distribución del bienestar, que solía hacerse más a nivel estatal, le permite a Modi cosechar beneficios políticos.16

3 – El surgimiento de India como actor principal en la escena internacional

La política exterior se ha citado a menudo como un factor importante en la decisión de los votantes indios, en particular durante períodos de conflicto con sus vecinos: derrota del Congreso en 1989 vinculada al empantanamiento de la Indian Peace Keeping Force (Fuerza India de Mantenimiento de la Paz) en Sri Lanka, reelección del BJP en 1999 atribuida a su éxito en el conflicto de Kargil contra Pakistán y la entrada de India en el círculo de potencias nucleares, reelección de Narendra Modi en 2019 en un contexto de intensas tensiones fronterizas indo-pakistaníes, etc… Sin embargo, las investigaciones también han relativizado el impacto de las tensiones militares en el voto.17

No obstante, el creciente peso de India en la escena internacional podría desempeñar un papel en la próxima votación. Narendra Modi ha hecho un amplio uso de esta dimensión, sobre todo en los prolegómenos de la cumbre del G20 del pasado septiembre, cuando durante meses se exhibieron por todo el país carteles con la efigie del primer ministro que elogiaban su actuación. Los organizadores también habían sustituido el nombre de India en los documentos oficiales por «Bharat», el nombre sánscrito del país que hace referencia a un rey legendario de la literatura jainista e hindú.

La creciente importancia de India como actor diplomático a escala regional y mundial, los éxitos del país en campos que van del deporte18 a la exploración espacial19 y el hecho de que su población haya superado a la de China20 son dimensiones utilizadas por el BJP para demostrar sus éxitos a los votantes y vincular el orgullo hindú con el orgullo de pertenecer a una gran potencia. A ojos de los nacionalistas hindúes, sólo Modi ha sido capaz de sacar a India de los «12 siglos de esclavitud»21 asociados a los periodos de dominación musulmana y luego británica.

Este refuerzo de la influencia india, hábilmente explotado por el primer ministro, parece tener un impacto directo en la opinión pública. Una encuesta del Pew Research Center realizada en la primavera de 202322 muestra que casi siete de cada diez indios creen que la influencia de su país en el mundo ha aumentado en los últimos años. Aunque no es sorprendente que esta opinión fuera mayoritariamente compartida por los votantes de los partidos que apoyan al gobierno, también tuvo un fuerte eco entre los votantes de la oposición. Aunque la dimensión internacional es sin duda secundaria frente a las cuestiones identitarias, económicas y sociales en juego, ha desempeñado un papel en el éxito de Narendra Modi.

Aunque la dimensión internacional es sin duda secundaria frente a las cuestiones identitarias, económicas y sociales en juego, ha desempeñado un papel en el éxito de Narendra Modi.

Mathieu Gallard

4 – La popularidad de Narendra Modi, un «primer ministro de teflón”

Como en la mayoría de las democracias parlamentarias, una tendencia a la personalización ha caracterizado el desarrollo de las campañas electorales en la India en los últimos años. Los partidos tienden a dar cada vez más importancia a las personalidades llamadas oficial o extraoficialmente a ocupar el puesto de primer ministro en caso de victoria. Esta evolución es ahora una baza importante para el BJP, ya que la personalidad de Narendra Modi sigue siendo popular en la India.

La encuesta postelectoral realizada por Lokniti-CSDS en 2019 mostró que al 78% de los encuestados les gustaba el primer ministro, 24 puntos más que el líder del partido del Congreso, Rahul Gandhi. Y lo que es más importante, un tercio de los votantes del BJP (32%) afirmó que si Narendra Modi no hubiera sido el candidato del partido a primer ministro, su elección habría sido diferente.23 A pesar de los malos resultados económicos, Modi se beneficia de su imagen de hombre fuerte, representante de una India cada vez más poderosa ante el exterior y, al interior, un líder capaz de poner en práctica las principales reivindicaciones de los nacionalistas hindúes desde hace décadas: construcción del templo de Ayodhya, revocación del estatuto especial de Jammu y Cachemira para integrarla plenamente a India, modificación de la ley de ciudadanía para impedir que los refugiados musulmanes obtengan la nacionalidad india, etc.

El primer ministro Narendra Modi saluda a la diáspora india reunida en París, el jueves 13 de julio de 2023, durante una visita a Francia con motivo del desfile del 14 de julio al que Modi fue invitado por Emmanuel Macron. © AP/SIPA

Todos estos factores permitirán al primer ministro abordar las próximas elecciones desde una posición de fuerza. Narendra Modi sigue siendo claramente más creíble que su principal oponente, Rahul Gandhi, a los ojos del electorado. En la encuesta preelectoral Lokniti-CSDS,24 fue citado espontáneamente por el 48% de los encuestados como su primera opción para el puesto de próximo primer ministro, mientras que el 27% preferiría al líder del partido del Congreso. Diez años después de llegar al poder, la capacidad de Narendra Modi para presentar a sus conciudadanos perspectivas grandiosas sigue siendo un poderoso contrapeso a las difíciles condiciones de vida de los votantes.

5 – Las dificultades de la oposición para formar un frente unido y coherente

La división de la oposición es fundamental para entender las sucesivas victorias del BJP y sus aliados, que obtuvieron el 38% de los votos en 2014 y el 45% en 2019, una minoría de votantes. El sistema electoral de mayoría relativa heredado de la potencia colonial británica penaliza de hecho a una oposición dividida entre el partido del Congreso y sus aliados (27% de los votos en 2019) y los partidos regionales o étnicos no afiliados a una de las dos alianzas (28% de los votos en 2019).

Inicialmente, sin embargo, el partido del Congreso había logrado reunir en torno a sí una alianza más amplia (Indian National Developmental Inclusive Alliance, INDIA) que la formada en 2019. Incluye al Partido Aam Aadmi (movimiento anticorrupción), al Shiv Sena (UBT, nacionalista hindú hostil al BJP), a la mayoría de los partidos comunistas y a poderosos partidos regionales como el Rashtriya Janata Dal (RJD, Bihar), el Partido Samajwadi (SP, Uttar Pradesh) y el Dravida Munnetra Kazhagam (DMK, Tamil Nadu). Sin embargo, el BJP ha conseguido distanciar de la alianza INDIA a algunos partidos importantes, como el Janata Dal (Unido) del ministro jefe de Bihar, Nitish Kumar, o el Rashtriya Lok Dal (RLD), muy arraigado entre la casta jat, fuerza clave en el oeste de Uttar Pradesh.

Sin embargo, esta amplia alianza tiene una debilidad evidente: es difícil que un conjunto tan variopinto, tanto en ideología como en votantes, formule un programa claro y una visión coherente. Al igual que en 2019, es el BJP el que ha logrado imponer los temas de campaña, con el Partido del Congreso y sus aliados condenados, la mayoría de las veces, a responderle. Aunque algunos temas, como la introducción de un nuevo censo de castas, han sido planteados con éxito por la oposición, es un tema que sigue teniendo doble filo.

Al igual que en 2019, es el BJP el que ha logrado imponer los temas de campaña, con el Partido del Congreso y sus aliados condenados, la mayoría de las veces, a responderle.

Mathieu Gallard

6 – La elección de las castas inferiores

Si bien en el momento de su irrupción a finales de los años ochenta el BJP seguía siendo sobre todo un partido de las castas superiores, su capacidad para ampliar su base electoral explica su éxito en los últimos diez años. Las otras clases atrasadas representan el grupo social más numeroso de la India, con cerca del 44% de la población.25 Tradicionalmente mal integradas en el juego político por un partido del Congreso que se apoyó en las décadas posteriores a la independencia en una coalición de castas altas, musulmanes y dalits (los «intocables»), las castas inferiores se afirmaron gradualmente en el juego político en las décadas de 1970 y 1980.26 Sin embargo, aunque los partidos que pretendían representar específicamente a las castas inferiores disfrutaron de un gran éxito en el cinturón hindi entre los años ochenta y la década de 2010,27 han ido perdiendo fuerza en los últimos 15 años aproximadamente.

Es el BJP el que se ha beneficiado de ello, explotando las crecientes divisiones dentro de estas poblaciones: los segmentos más marginados de las castas inferiores se han ido sintiendo poco a poco mal representados y mal atendidos por los partidos que supuestamente deberían darles voz y mejorar sus condiciones de vida. De hecho, si el BJP obtuvo el 44% de los votos de los miembros de las castas inferiores en las elecciones de 2019, se lo debe en particular a estos grupos marginados –las castas bajas o Lower OBC– entre los que obtuvo el 48% de los votos, y que son particularmente sensibles a su discurso que combina la polarización religiosa y la promesa de desarrollo. Una dinámica similar se observa entre los dalits,28 entre los que el BJP aumentó su porcentaje de voto del 12% en las elecciones de 2009 al 24% en 2014 y al 34% en 2019. También en este caso, el electorado dalit más condenado al ostracismo social acabó decantándose por el partido nacionalista hindú en lugar de seguir votando por el Partido Bahujan Samaj (BSP), cada vez más asociado a los subgrupos dalit dominantes.

Dado su peso demográfico, la elección de los votantes de las castas inferiores y los dalits será decisiva para el resultado de las elecciones. Los partidos que tradicionalmente confían en su voto han intentado retenerlos, en particular pidiendo un nuevo censo por castas para subrayar la necesidad de aumentar su cuota en el empleo público.29 Sin embargo, esto podría resultar un arma de doble filo: estos grupos sociales están divididos en subgrupos con situaciones sociales divergentes, y la insistencia en el tema de las castas podría ir en contra de las aspiraciones de las clases medias emergentes.

7 – Uttar Pradesh: ¿qué magnitud tiene la ola del BJP en el cinturón hindi?

En muchos sentidos, Uttar Pradesh ocupa un lugar especial en la India. Con más de 230 millones de habitantes,30 es por mucho el estado más poblado de la Unión India. Sobre todo, Uttar Pradesh es el corazón del cinturón hindi,31 la región culturalmente dominante de la India. Su importancia es aún mayor por su significado religioso: alberga algunos de los lugares más sagrados del hinduismo, como Varanasi (hogar de Shiva), Mathura (lugar de nacimiento de Krishna), Ayodhya (lugar de nacimiento de Ram) y el Triveni Sangam,32 y ocupa un lugar simbólico e histórico de primer orden para los musulmanes indios.

Escenario de un enfrentamiento cuatripartita desde los años ochenta entre el Partido del Congreso, el BJP, el Partido Samajwadi (partido arraigado en los yadavs, grupo dominante entre las castas inferiores) y el Partido Bahujan Samaj (partido arraigado en los jatavs, grupo dominante entre los dalits), Uttar Pradesh se ha convertido en los últimos años en un bastión del BJP. El partido y sus aliados locales obtuvieron el 44% de los votos y 73 de los 80 escaños en las elecciones generales de 2014, y luego el 51% de los votos y 64 escaños en los comicios de 2019.33 Desde 2017, el estado también está dirigido por el monje budista Yogi Adityanath, que fue reelegido triunfalmente en 2022 y lo ha convertido en un laboratorio de la interpretación más radical del hindutva.

Hay pocas dudas de que el BJP volverá a ganar, ya que la oposición está dividida: mientras que el Partido Samajwadi y el Partido del Congreso han formado una alianza, el Partido Bahujan Samaj se ha negado a unirse a ella. Sin embargo, el reto de la oposición es aprovechar la recesión económica y la corrupción en el seno del gobierno local para impedir el «gran slam» en términos de circunscripciones electorales al que aspiran los jerarcas del BJP.

8 – Bengala Occidental: ¿un modelo alternativo al BJP?

Para Narendra Modi y el BJP, el objetivo declarado de obtener 370 representantes electos a nivel nacional pasa necesariamente por el éxito en Bengala Occidental, un estado del noreste de India electoralmente refractario al nacionalismo hindú. Gobernado durante mucho tiempo por el Partido Comunista, este estado de 95 millones de habitantes es desde 2011 el bastión de Mamata Banerjee, una tránsfuga del partido del Congreso que creó su propio partido, el All India Trinamool Congress, en 1997.

El reto de la oposición es oponer la mayor resistencia posible en Uttar Pradesh aprovechando la recesión económica y la corrupción en el seno del gobierno local para impedir el «grand slam» en términos de circunscripciones al que aspiran los jerarcas del BJP.

Mathieu Gallard

A pesar de los intentos del BJP por ganar Bengala Occidental en las elecciones generales de 2019 y luego en las locales de 2021, el AITC ha logrado resistir gracias a la estrategia de su inflexible líder. Ha puesto en marcha un gran número de programas de asistencia social dirigidos sobre todo a las mujeres, pero también a las castas inferiores y a los intocables, lo que a veces le ha valido, a su modo de gobernar, el apodo de “estado de transferencias monetarias”.34 Este progresismo social va acompañado de un autoritarismo feroz, que culminó en las elecciones municipales de 2018, cuando el AITC dispuso de todos los recursos del Estado para garantizar su victoria y el aplastamiento de los comunistas, si era necesario por la violencia.

Si la oposición al BJP se fragmenta entre el AITC de Mamata Banerjee, por un lado, y una alianza entre los comunistas y el Partido del Congreso, por otro, las consecuencias de esta división podrían ser menos negativas de lo esperado: las relaciones entre el AITC y los comunistas son tan malas que una alianza entre ambas formaciones podría provocar el descontento de los votantes, empujándolos a votar al BJP. Aunque el BJP apuesta por el afianzamiento gradual de la polarización religiosa para vencer la resistencia de el AITC, parece improbable una victoria clara en un estado que hasta ahora se ha mostrado relativamente rebelde.

Simpatizantes asisten a un mitin electoral de M. K. Stalin, líder del Dravida Munnetra Kazhagam (DMK) y ministro principal del estado de Tamil Nadu, antes de las elecciones generales del país, en la ciudad de Chennai, en el sur de la India, el miércoles 17 de abril de 2024. © Altaf Qadri/AP/SIPA

9 – Misión Sur: ¿conseguirá el BJP establecerse en el sur?

Para el BJP, el sur siempre ha sido una tierra de conquista difícil de penetrar. La cultura dravidiana de los estados, su alto nivel de desarrollo y sus tradiciones sociales y políticas progresistas35 opuestas a las del cinturón hindi han impedido hasta ahora que el nacionalismo hindú se establezca electoralmente en estados como Tamil Nadu, Andhra Pradesh, Kerala o Telangana. En las elecciones generales de 2019, el partido solo ganó cuatro de los 101 escaños designados por esos cuatro estados. En Karnataka, el único estado del sur donde el BJP tiene una base popular real, fue derrotado contundentemente por el Partido del Congreso en las elecciones locales de mayo de 2023.

Por tanto, el objetivo del BJP de ganar 400 escaños con sus aliados pasa necesariamente por avanzar en los estados del sur. Narendra Modi ha hecho campaña allí en varias ocasiones, en particular para elogiar el desarrollo de las infraestructuras (transportes, salud, nuevas tecnologías, etc.) bajo su mandato, y el BJP ha retomado los temas locales36 para conectar mejor con los votantes de la región. Pero, contrariamente a sus esperanzas, la pésima imagen del BJP en el sur le impide formar alianzas con los partidos locales. En Tamil Nadu, por ejemplo, donde espera ganar escaños por primera vez, el BJP no ha conseguido formar coalición con la oposición local All India Anna Dravida Munnetra Kazhagam (AIADMK) de la emblemática líder Jayalalithaa.37 A estas alturas, el aislamiento del partido sigue siendo un gran obstáculo para su avance en el sur de la India.

10 – En Maharashtra, ¿tendrá éxito la alianza en torno al BJP, formada mediante escisiones y deserciones?

Maharashtra, un estado occidental con una población de casi 120 millones de habitantes, centrado en el área urbana de Mumbai, podría ser uno de los pocos estados en los que la coalición liderada por el BJP pierda escaños en las elecciones de 2019. La vida política de Maharashtra ha estado marcada por espectaculares giros políticos en los últimos años, con el color político de los gobiernos locales cambiando regularmente a medida que el BJP organiza deserciones y escisiones. No menos de seis grandes partidos, unidos en dos alianzas, compiten este año. El bando indio incluye no sólo al Partido del Congreso, sino también a las ramas históricas del Shiv Sena (UBT), nacionalista hindú que ha roto con el BJP, y del Partido del Congreso Nacionalista (NCP, centro SP). El BJP, por su parte, hace campaña con dos partidos formados a partir de escisiones de los dos aliados del Congreso –el Shiv Sena y el NCP–, que se han ganado en los tribunales el derecho a conservar los nombres originales de los partidos.

A estas alturas, el aislamiento del BJP sigue siendo un gran obstáculo para su avance en el sur de la India.

Mathieu Gallard

El BJP tiene una doble desventaja. En primer lugar, su voluntad hegemónica no casa bien con la necesidad de conceder un número suficiente de circunscripciones a sus aliados en el marco de los acuerdos electorales, situación que ha dado lugar a tensiones muy agudas entre el BJP y sus aliados, pero también en el seno del BJP local. Por otro lado, la mayoría de los sondeos de opinión indican que los electorados tradicionales tanto del Shiv Sena como del NCP se han mantenido fieles a sus líderes tradicionales –Uddhav Thackeray y Sharad Pawar– que siguen siendo aliados del partido del Congreso. Mientras que en 2019 la alianza pro-BJP –que entonces contaba con el apoyo del Shiv Sena– disfrutó de un maremoto electoral, obteniendo el 51% de los votos y 41 de los 48 escaños, la situación debería ser, por tanto, más equilibrada este año.

Aprovechando la polarización religiosa entre la mayoría hindú y la minoría musulmana, explotando el creciente peso de India en la escena internacional y beneficiándose de las debilidades de una oposición tambaleante y dividida, Narendra Modi se encuentra en una posición fuerte para ganar un tercer mandato, a pesar de un historial económico negativo. Si el BJP fuera reelegido por el electorado indio, la «mayor democracia del mundo» se inclinaría hacia el campo de las democracias antiliberales. Desde 2014, el BJP ha socavado gradualmente los contrapesos y salvaguardias –el poder judicial, los medios de comunicación, etc.– al tiempo que ha configurado la ley electoral de tal manera que se beneficia de las reservas financieras prácticamente ilimitadas del sector privado. Esto demuestra lo mucho que está en juego en estas elecciones.

Notas al pie
  1. Movimiento revolucionario maoísta activo desde finales de los años sesenta y aún poderoso en el “Corredor Rojo” (Jharkhand, Odisha, Chhattisgarh, Andhra Pradesh, etc.).
  2. El Partido del Pueblo Indio.
  3. Nistula Hebbar, «BJP alone will get at least 370 seats and NDA will cross the 400-seat mark: PM Modi«, The Hindu, 5 de febrero de 2024. En 2014, el BJP obtuvo 282 escaños y la Alianza Democrática Nacional (NDA), que apoyaba a Narendra Modi, 336 escaños. Tras las elecciones generales de 2019, estas cifras aumentaron a 303 y 354 diputados, respectivamente.
  4. Los hindúes representan alrededor del 80% de la población india, frente al 15% de los musulmanes.
  5. Organización nacionalista hindú muy poderosa con varios millones de miembros activos en toda la India, estrechamente vinculada al BJP. Tiene organizaciones en todos los ámbitos de la vida social (educación, sindicatos, agricultura, ayuda social, cultura, etc.) A veces se considera que el BJP es su ala política.
  6. «BJP has an edge, but a tough fight is possible«, The Hindu, 13 de abril de 2024.
  7. Zona central del norte de la India, donde el hindi es la lengua mayoritaria y el hinduismo la religión mayoritaria. Representa más del 40% de la población del país y a veces es percibida como cultural y políticamente dominante por los habitantes de las regiones periféricas.
  8. Sudha Pai y Sajjan Kumar, Everyday Communalism: Riots in Contemporary Uttar Pradesh, Oxford University Press, 2018.
  9. John Reed y Andy Lin, «In charts: how India has changed under Narendra Modi«, Financial Times, 8 de enero de 2024.
  10. John Reed, «India’s Narendra Modi has a problem: high economic growth but few jobs«, Financial Times, 19 de marzo de 2023.
  11. Nikhil Rampal, «Only half of India’s working-age population works, most still in agriculture, shows ILO report«, The Print, 30 de marzo de 2024.
  12. «Reacciones: India’s March retail inflation eases to five-month low«, Reuters, 12 de abril de 2024.
  13. Sanjay Kumar y Nirmanyu Chouhan, «Issues that are likely to dominate the Lok Sabha election«, The Hindu, 11 de abril de 2024.
  14. Saubhadra Chatterji y Smriti Kak Ramachandran, «Lok Sabha election manifestos: Modi’s Guarantee, Congress’s NYAY«, Hindustan Times, 16 de abril de 2024.
  15. Suyash Rai y Anirudh Burhman, «Welfare Strategy of the BJP«, Carnegie India, 24 de mayo de 2022.
  16. Neelanjan Sircar, «The Welfarist Prime Minister: Explaining the National-State Election Gap«, Economic & Political Weekly, 6 de marzo de 2021.
  17. Neelanjan Sircar, «The gains for BJP were not uniform across all states after the Kargil war«, Hindustan Times, 14 de marzo de 2019; Jamie Hintson et Milan Vaishnav, «Who Rallies Around the Flag? Nationalist Parties, National Security, and the 2019 Indian election», American Journal of Political Science, 2021.
  18. India obtuvo un 4to puesto en los XIX Juegos Asiáticos que se celebraron en China en septiembre de 2023.
  19. Con el éxito de la misión Chandrayaan-3, India se convirtió en agosto de 2023 en el cuarto país del mundo en aterrizar una nave espacial en la Luna.
  20. Sara Hertog, Patrick Gerland y John Wilmoth, «India overtakes China as the world’s most populous country», UN DESA Population Division, 24 de abril de 2023.
  21. Debobrat Ghose, «1,200 years of servitude:PM Modi offers food for thought«, Firstpost, 13 de junio de 2014.
  22. Christine Huang, Moira Fagan y Sneha Gubbula, «Views of India Lean Positive Across 23 Countries Among Indians, Modi and India’s global influence are viewed favourably «, Pew Research Center, 29 de agosto de 2023.
  23. Sandeep Shastri, «Leadership sweepstakes and the Modi factor«, The Hindu, 20 de mayo de 2019. Véase también Sandeep Shastri, «The Modi Factor in the 2019 Lok Sabha Election: How Critical Was It to the BJP Victory?», Studies in Indian Politics, 2019.
  24. Sandeep Shastri, «The leadership factor is the BJP’s trump card«, The Hindu, 13 de abril de 2024.
  25. Stephanie Kramer, «Religious Composition of India«, Pew Research Center, 21 de septiembre de 2021.
  26. Christophe Jaffrelot, India’s Silent Revolution, The Rise of the Lower Castes in North India, Columbia University Press, 2003.
  27. Por ejemplo, el Partido Samajwadi, que representa en particular a la subcasta yadav, que estuvo en el poder en Uttar Pradesh en 1993-1995, 2003-2007 y 2012-2017, o el Janata Dal (United), que representa en particular a las subcastas kurmis y koeris, que gobierna la vecina Bihar desde 2005.
  28. Las castas desfavorecidas representan alrededor del 21% de la población india. El ascenso del BJP también se observa entre los aborígenes (Las tribus desfavorecidas, en torno al 10% de la población), entre los que el partido nacionalista hindú ha pasado del 24% de los votos en 2009 al 44% en 2019.
  29. Amitabh Tiwari, «Congress, BJP and Caste Census – Social justice or political ploy to woo OBCs?», India Today, 10 de abril de 2024.
  30. «Unique Identification Authority of India», Aadhaar Saturation Report, 30 de noviembre de 2021.
  31. Zona central del norte de la India, donde el hindi es la lengua mayoritaria y el hinduismo la religión mayoritaria, donde vive más del 40% de la población del país.
  32. La confluencia de los ríos Ganges, Yamuna y el mítico Saraswati.
  33. Un descenso de escaños vinculado a la «gran alianza» (Mahagathbandhan) formada por el SP y el BSP para hacer frente al BJP.
  34. Shoaib Daniyal, Mamata’s cash-transfer state earns her tremendous support -but also generates resentment, Scroll.in, 21 de abril de 2021.
  35. A. Kalaiyarasan y M. Vijayabaskar, The Dravidian Model: Interpreting the Political Economy of Tamil Nadu, Cambridge University Press, 2021.
  36. Liz Mathew, Decode Politics: Why Katchatheevu, a speck of an island, is causing a splash in Tamil Nadu poll waters | Political Pulse News – The Indian Express, 2 de abril de 2024.
  37. En 2019, la alianza entre el BJP y la AIADMK contribuyó a hundir a esta última, que solo obtuvo un diputado electo, frente a los 37 de 2014.