Los datos geográficos del Institute for the Study of War estadounidense y de varios centros de investigación ucranianos (entre ellos Deep State1, cercano al Ministerio de Defensa) sugieren que el ejército ruso ha entrado ya en las afueras de la ciudad de Chasiv Yar, en la provincia de Donetsk.

  • Como se muestra en el siguiente mapa, las pruebas visuales confirmadas («avances rusos») a partir del lunes 8 de abril indican que el ejército ruso ha entrado en el distrito del Canal (Канал), situado al este del Canal Siverskyi Donets-Dombás.
  • Estos movimientos no significan que el ejército ruso se haya establecido en el extremo oriental de la ciudad, donde aún continúan los combates, pero sí indican que los ucranianos empiezan a ceder una parte de la ciudad difícil de defender.
  • El ritmo de los avances rusos en este sector de la línea del frente sugiere que el distrito del Canal (que representa menos del 10% de la superficie total de la ciudad) debería ser abandonado gradualmente por el ejército ucraniano en las próximas semanas.

A diferencia de Avdivka, cuya caída en febrero marcó la transición de Kiev de una posición ofensiva a una defensiva, Chasiv Yar es un «torreón» elevado que abriría el camino a Rusia hacia otras ciudades de la región: Kramatorsk, Druzhkivka, Sloviansk y Kostiantynivka en particular.

Aunque el ejército ruso tendrá que continuar inevitablemente su avance hacia la ciudad —a falta de suficiente apoyo militar de Kiev—, es el ritmo de sus avances lo que permitirá evaluar sus capacidades.

  • Frontelligence Insight, una red de analistas militares ucranianos, considera que la toma de Chasiv Yar después del verano de 2024 «sugeriría graves problemas en el seno del ejército ruso»2.
  • Para avanzar más allá del distrito del Canal, las fuerzas rusas se verán obligadas a utilizar puentes y pasos terrestres que el ejército ucraniano podrá destruir o reforzar para frenar el avance ruso.
  • Varias fuentes informan ya de que la zona alrededor del Canal ha sido «fuertemente minada»3. Las fortificaciones ucranianas que debían frenar cualquier intento de ruptura han resultado ineficaces4.

Sin un aumento del suministro de sistemas de defensa antiaérea y municiones y a la espera de la llegada de cazas F-16, las fuerzas ucranianas que defienden Chasiv Yar están especialmente expuestas a las devastadoras bombas planeadoras que obligaron a Kiev a retirarse a finales de febrero durante la batalla de Avdivka. Según los analistas de DeepState, Ucrania no tiene «prácticamente ningún medio de tomar represalias» contra esta arma, cada vez más utilizada por Moscú5.