Siguiendo la tradición establecida desde el inicio de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos e Israel en 1949, Joe Biden había reiterado el 7 de octubre su apoyo al «derecho de Israel a defender su territorio y a su pueblo», tras el ataque de Hamás1. Esta postura «maximalista» se vio sacudida por la muerte de decenas de miles de civiles en Gaza causada por la guerra de Tsahal en el enclave.

La llamada telefónica entre Biden y Netanyahu el 4 de abril marcó un cambio significativo en la postura de Estados Unidos hacia Israel.

  • Por primera vez desde el 7 de octubre, el presidente estadounidense «dejó claro que la política de Estados Unidos hacia Gaza estará determinada por una evaluación de las acciones inmediatas de Israel», incluida la aplicación de «medidas específicas, concretas y mensurables para abordar los daños causados a la población civil, el sufrimiento humanitario y la seguridad de los trabajadores humanitarios»2.
  • Biden también pidió un alto el fuego inmediato en el enclave, de acuerdo con la resolución 2728 adoptada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 25 de marzo —en la que Estados Unidos se abstuvo, permitiendo que la resolución fuera aprobada—3.

Según un antiguo diplomático del Departamento de Estado estadounidense, el «ultimátum» de Biden podría desembocar finalmente en la imposición de sanciones a funcionarios israelíes e incluso al propio Netanyahu4. Un primer paso sería la introducción de un mecanismo de condicionalidad aplicado a las transferencias y ventas de armas estadounidenses a Israel, que sólo podrían aprobarse a cambio de una garantía de mayor protección para los civiles.

  • La evolución del posicionamiento de la Casa Blanca respecto a la guerra israelí en Gaza se produce tras la muerte de siete cooperantes de la ONG estadounidense World Central Kitchen (WCK) en un ataque de Tsahal el lunes 1 de abril.
  • El influyente chef español —nacionalizado estadounidense en 2013— y fundador de WCK, José Andrés, recibió posteriormente una gran difusión, hablando por teléfono con Joe Biden el martes 2 de abril y firmando un artículo de opinión en el New York Times al día siguiente5.
  • A pesar de las crecientes críticas estadounidenses de las últimas semanas a la situación humanitaria en Gaza, el gobierno de Biden sigue aprobando la transferencia de bombas y otros equipos militares a Israel6.
  • En total, se han aprobado más de 100 ventas de material desde el 7 de octubre de 2023, todas ellas en el mayor secreto, ya que el valor de estas transferencias se sitúa en todos los casos por debajo de un umbral específico.

Tras este llamamiento, Benjamín Netanyahu ya ha anunciado que autorizará la entrega de más ayuda humanitaria al enclave y la reapertura de dos pasos fronterizos: Erez, en el norte, y el puerto de Ashdod, en el sur de Israel. Para Washington, la línea roja sería la invasión de la ciudad de Rafah, último refugio de los civiles palestinos.

Notas al pie
  1. Statement from President Joe Biden Condemning Terrorist Attacks in Israel, Casa Blanca, 7 de octubre de 2023.
  2. Readout of President Joe Biden’s Call with Prime Minister Netanyahu of Israel, Casa Blanca, 4 de abril de 2024.
  3. Resolution 2728 (2024), Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 25 de marzo de 2024.
  4. Morgan Chalfant, « Biden threatens to change policy on Israel », Semafor, 5 de abril de 2024.
  5. José Andrés, « Let People Eat », The New York Times, 3 de abril de 2024.
  6. John Hudson, « U.S. signs off on more bombs, warplanes for Israel », The Washington Post, 29 de marzo de 2024.