Para algunos observadores, la COP 28 ya suena como una oportunidad perdida, al denunciar el enredo de intereses petroleros en las negociaciones climáticas entre Estados. A partir de mañana, jueves 30 de septiembre, se esperan en Dubai al menos 70.000 personas, entre ellas cabilderos de diversas industrias, incluida la petrolera: según un grupo de ONG, en los últimos veinte años se han expedido al menos 7.200 acreditaciones a representantes de la industria petrolera para asistir a las COP.
Aunque la presencia de lobistas no es nada nuevo, el acceso de un representante de la industria petrolera al puesto de Presidente de la COP, en la persona del Sultán Ahmed Al-Jaber, es una innovación de la edición de Dubai. Las acusaciones de conflicto de intereses han proliferado desde que se anunció su nombramiento en enero de 2023. Amnistía Internacional, por ejemplo, ha señalado que es «imposible» que Al-Jaber lleve a cabo negociaciones «de buena fe». Su nombramiento pone en peligro las negociaciones en un momento en el que «no podemos permitirnos una pausa en la acción climática, ni una mala COP», como resumió la ex presidenta irlandesa Mary Robinson.
ADNOC (Abu Dhabi National Oil Company) es la principal compañía petrolera de los Emiratos Árabes Unidos, a su vez el séptimo productor de petróleo del mundo. A 29 de noviembre de 2023, su capitalización bursátil superaba los 45.000 millones de dólares. Al-Jaber también dirige Masdar, una empresa de energías renovables fundada en 2006, cuya cartera de proyectos incluye la construcción de Masdar City, basada íntegramente en energías renovables y tecnologías bajas en carbono. Frente a las críticas, Al-Jaber destaca los proyectos de desarrollo de energías renovables de EAU y la decisión de sus directivos de ser «pioneros» en su desarrollo. También destaca su papel en la estrategia de ADNOC de descarbonización de sus actividades, basada especialmente en la electrificación, las tecnologías de captura de carbono y el aumento de la eficiencia energética.
Esta semana, los temores suscitados desde el nombramiento de Al-Jaber se han hecho realidad en parte. Según documentos revelados por la BBC tres días antes de la COP, Emiratos Árabes Unidos planeaba aprovechar la reunión para impulsar las negociaciones sobre acuerdos de desarrollo de proyectos petrolíferos con 15 países durante reuniones bilaterales. Entre estos países figuran Alemania, Egipto y China. Al-Jaber describe su enfoque de la política climática y la puesta en marcha de la transición energética como «práctico», «pragmático» y «realista». A partir de mañana, tendrá trece días para convencer a la gente de que estos términos no son sinónimos de «todo debe cambiar, para que nada -en particular las perspectivas de la industria petrolera- cambie».