Crear imágenes sin manos humanas «era un sueño destinado a ocupar un lugar entre las extravagantes concepciones de un Wilkins o un Cyrano de Bergerac. El sueño, sin embargo, acaba de hacerse realidad». Así escribía, en 1839, François Arago, científico y futuro ministro de la Segunda República, en un informe para la Cámara de Diputados y para la Academia de Ciencias, en el que presentaba un invento decisivo: la máquina fotográfica de Daguerre1.

Pocos inventos han cambiado tanto nuestra relación con las imágenes, la creación e, incluso, la realidad como el daguerrotipo. Por eso, es, probablemente, el único invento con el que podemos comparar la muy reciente invención de las inteligencias artificiales generativas, capaces de sintetizar textos, sonidos y, en particular, imágenes. La invención del cine fue, simplemente, una consecuencia de la invención de la fotografía. Es cierto que la llegada de la tecnología digital ha revolucionado los hábitos de muchos creadores desde los años 80; las imágenes generadas por computadora en el cine, Photoshop y las tabletas en el mundo de la ilustración y la música electrónica han cambiado profundamente la forma de trabajar de los artistas. No obstante, sólo se trataba de imitar técnicas tradicionales por medios digitales; pintar en una tableta no es tan distinto de pintar sobre un lienzo; animar un personaje en 3D no es tan distinto de trabajar como titiritero. Toma casi el mismo tiempo y requiere la misma formación y habilidad manual. En el caso del cine, el uso de efectos especiales virtuales no ha hecho nada por reducir los presupuestos de las películas de Hollywood, que, ahora, alcanzan niveles sin precedentes.

Midjourney, version 5 2, prompt: « several images decomposing the movement of an astronaut riding a horse, multiple images, daguerreotype ».

La IA generativa cambia las reglas del juego. Ya no se trata de reproducir digitalmente una técnica tradicional, con todas sus dificultades y costos; es, como la fotografía respecto a la pintura, una forma completamente nueva de producir contenidos. En lugar de poder empuñar un pincel, hay que ser capaz de describir, en texto, lo que se quiere producir o de combinar diferentes procesos algorítmicos. Además, la velocidad de producción de la IA les permite a individuos aislados o a pequeños equipos emprender proyectos que, antes, eran mil veces más costosos, reservados para grandes instituciones o para plazos mucho más largos. Si la inteligencia artificial, en su conjunto, puede tener un profundo impacto en la sociedad, podemos predecir que el sector que experimentará las consecuencias más inmediatas será el de la creación cultural, al igual que ocurrió con la invención de la fotografía. Para intentar adivinar la naturaleza de estas consecuencias y sus ramificaciones, tratemos de comparar ambas innovaciones.

Como la fotografía respecto a la pintura, la IA generativa es una forma completamente nueva de producir contenidos.

RAPHAËL DOAN

Recepción inmediata: incredulidad e incomprensión

Fijar la apariencia de los objetos en una superficie donde se reflejan ha sido, durante mucho tiempo, un sueño de la humanidad. A fuerza de intentos infructuosos, muchos se habían convencido de que era imposible. Así que las primeras reacciones ante la fotografía estuvieron mezcladas de incredulidad. Como señaló Walter Benjamin2 en un periódico alemán, el Leipziger Anzeiger, fingía no creer en el invento, que se consideraba diabólico:

«Fijar imágenes fugaces en un espejo no sólo es imposible, sino que el mero deseo de hacerlo es sacrílego. El hombre fue creado a imagen de Dios y la imagen de Dios no puede ser reproducida por una máquina humana. […] El hombre que concibe tal cosa debe creerse más hábil que el Creador del Universo. Hasta ahora, Dios ha tolerado, magnánimamente, el espejo en la creación, espejo que es un frívolo juguete del Diablo. Ha mostrado su tolerancia en el hecho de que las mujeres, en particular, pueden leer su propia necedad y vanidad en el espejo. Por miles de años, Dios nunca permitió que la imagen del hombre permaneciera eternamente fija en un espejo; ¿podemos creer que el mismo Dios se volvería, de repente, desleal hacia sus principios eternos para permitir que un francés de París trajera al mundo un invento de la clase más diabólica? Si cada rostro puede ser entregado a bajo precio y admirado por docenas, el hombre se volverá mezquino, superficial y vanidoso.«3

Midjourney, version 5 2, prompt : « several images decomposing the movement of an astronaut riding a horse, multiple images, daguerreotype ».

Incluso cuando hubo que enfrentarse a la evidencia de las producciones de la máquina, las reacciones siguieron hablando de un fenómeno que desafiaba lo imposible. Un periodista parisino escribió, en 1839, lo siguiente: «Este descubrimiento es un prodigio. Desconcierta todas las teorías científicas sobre la luz y la óptica y revolucionará las artes del dibujo»4. Para intentar dominar, intelectualmente, este prodigio, algunos inventaron su propia explicación natural de la fotografía. Nadar cuenta que Balzac había elaborado toda una teoría propia para explicarla, que había logrado convencer a Théophile Gautier y a Gérard de Nerval:

«Todo cuerpo en la naturaleza está compuesto de una serie de espectros, en capas superpuestas ad infinitum, foliados en películas infinitesimales, en todos los sentidos en los que la óptica percibe este cuerpo. Puesto que el hombre nunca podrá crear –es decir, a partir de una aparición, de lo impalpable, constituir una cosa sólida o, a partir de la nada, hacer una cosa–, cada operación daguerriana sorprendía, desprendía y retenía aplicándose a sí misma una de las capas del cuerpo objetado; de ahí, para dicho cuerpo y con cada operación renovada, la pérdida evidente de uno de sus espectros, es decir, de una parte de su esencia constitutiva.«

Nadar añadió que, en el caso de Balzac y dada su corpulencia, le convenía que la fotografía le quitara algunas capas.

Para intentar dominar, intelectualmente, este prodigio, algunos inventaron su propia explicación natural de la fotografía.

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En el caso de la IA generativa, una forma bastante habitual de intentar explicar la capacidad de los modelos para crear a partir de cero es afirmar que, simplemente, pegan trozos de imágenes o textos preexistentes. Por supuesto, no es lo que pasa, en absoluto; de lo contrario, sería imposible generar un «pokemón al estilo de Auguste Renoir» o cualquier otra combinación de conceptos jamás lograda por ningún artista. No obstante, como ocurrió con el daguerrotipo, algunos prefieren imaginar sus propias teorías para entender –o, a menudo, condenar– el nuevo invento antes que ver la realidad del mismo.

A la inversa, algunas personas le dan demasiado crédito a la invención y le exigen que haga lo que no puede hacer. Nadar, de nuevo, cuenta que recibió una carta de un individuo de provincia que, tras haber observado el retrato fotográfico de uno de sus amigos, le escribió esto: «Por favor, señor, imprima mi retrato utilizando el mismo proceso y envíemelo lo antes posible. Me gustaría que fuera a color y, de ser posible, sentado en una de las mesas de mi gran sala de billar». Esto sugiere que no sólo imaginaba que el daguerrotipo era a color, sino, más importante, que era capaz de generar una imagen suya sin haberlo conocido nunca, lo cual, irónicamente, es exactamente lo que puede hacer una IA generativa (siempre que, por supuesto, se disponga de algunas fotos originales para entrenar el modelo). Del mismo modo, las IA generativas actuales no pueden hacerlo todo ni lo que sea. Aunque pueden representar a «un astronauta encaramado a un caballo», es más difícil generar un «caballo encaramado a un astronauta»…

Midjourney, version 5 2, prompt : « several images decomposing the movement of an astronaut riding a horse, multiple images, daguerreotype ».

Disputas sobre los méritos de la invención

Sin embargo, la reacción más común fue de entusiasmo. François Arago, al descubrir el proceso de Daguerre, quiso, inmediatamente, hacerlo público para que «Francia pudiera, noblemente, dotar al mundo entero» con el invento, a cambio de una renta vitalicia para Daguerre y el hijo de Niepce, otro padre de la fotografía. La publicación universal del proceso –no muy diferente de los modelos de IA generativa de código abierto como Stable Diffusion, salvo en que, aquí, era el resultado de una acción pública– tuvo un efecto repentino y espectacular. Un periodista informó:

«Poco después de que Arago anunciara públicamente los métodos de Daguerre, éstos se hicieron conocidos en todo el mundo. En París, no se veían más que cuartos oscuros instalados en balcones y ventanas de desvanes y objetivos que apuntaban desde todas partes a muelles, paseos y monumentos.«5

Todo el mundo quería ser fotógrafo, aunque, en aquel momento, no se podía fotografiar porque los tiempos de exposición aún eran demasiado largos para capturar objetos animados. En septiembre de 2022, el generador de imágenes de DALL-E se utilizaba para generar dos millones de imágenes al día y es posible que, en tan sólo unos meses, se hayan generado más cuadros con herramientas de IA generativa que los que se han pintado en toda la historia del arte.

En septiembre de 2022, el generador de imágenes de DALL-E se utilizaba para generar dos millones de imágenes al día y es posible que, en tan sólo unos meses, se hayan generado más cuadros con herramientas de IA generativa que los que se han pintado en toda la historia del arte.

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En ambos casos, no obstante, este entusiasmo dio lugar a su parte de controversia. Tras la publicación del proceso de Daguerre, pronto, se abrió un gran debate sobre las ventajas o los riesgos de la fotografía para la pintura y el arte en general. Entre sus detractores, Baudelaire fue el más ilustre. En su Salon de 1859, escribía: «La industria, al irrumpir en el arte, se convierte en su enemigo mortal y […] la confusión de funciones impide que se cumplan debidamente en ambos polos. La poesía y el progreso son dos ambiciosos que se odian instintivamente y, cuando se encuentran en el mismo camino, uno debe servirle al otro». Muchos ilustradores tuvieron la misma reacción hostil espontánea cuando aparecieron los generadores de imágenes. Criticaron las imágenes generadas por IA por ser » imágenes sin alma», banales o sin propósito, inhumanas, en cierto sentido; sin duda, Baudelaire habría tenido el mismo tipo de prejuicios cuando se descubrió Midjourney. Muchos pintores se opusieron, vehementemente, a la fotografía: en 1862, Ingres y una veintena de artistas publicaron una «Protestation des grands artistes contre toute assimilation de la photographie à l’art» («Protesta de grandes artistas contra toda asimilación de la fotografía en el arte»), que recuerda el movimiento de protesta que tuvo lugar, a finales de 2022, en la plataforma Artstation, bajo el lema «No a las imágenes generadas por IA».

Midjourney, version 5 2, prompt : « several images decomposing the movement of an astronaut riding a horse, multiple images, daguerreotype ».

En el siglo XIX, detrás de esta condena artística, se escondía, a menudo, un reflejo aristocrático, a veces, claramente político. Charles Blanc, el hermano de veintiséis años de Louis, que había estudiado grabado, se indignaba, en 1839, al decir lo siguiente: «¿Quién le impedirá al Sr. Daguerre hacer un grabado de este espejo? Oh, si la química nos invade, temo que desaparezcan todos los misterios y, con ellos, la poesía. Que quiera Dios que el arte no se confunda, un día, con la ciencia. […] Lo que está en el corazón de los inventos modernos es siempre esta gran palabra: todo el mundo. ¿Qué es esta palabra, sino democracia?»6. El problema era que, ahora, «todo el mundo» podía «hacer arte» y eso es, también, lo que les preocupa a algunos hoy en día: ¿cuál es el valor añadido o, incluso, el privilegio de un artista, si todo el mundo puede producir obras similares en pocos segundos en una computadora? La noción de artista no se diluye fácilmente en una democracia. Por otra parte, cuando Arago elogió el daguerrotipo en la ley, al publicar el proceso, lo hizo afirmando lo siguiente en su exposición de motivos: «La persona más torpe hará dibujos con tanta precisión como un artista entrenado». Es democrático y es similar al potencial igualador de la IA generativa actual, en términos de capacidad productiva de los individuos7.

¿Cuál es el valor añadido o, incluso, el privilegio de un artista, si todo el mundo puede producir obras similares en pocos segundos en una computadora? La noción de artista no se diluye fácilmente en una democracia.

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Sin embargo, no debemos subestimar la rapidez del cambio de actitudes ni la ambigüedad que puede residir en un mismo individuo. Incluso Baudelaire fue fotografiado con frecuencia y llegó a reconocer, entre otras cosas, gracias a la aparición de verdaderos artistas fotográficos como Nadar, que, aquí, había algo más que la pura destrucción de la poesía.

Miedo a la sustitución

La condena estética de la fotografía se debatía en las tertulias de salón, pero había consecuencias de mayor alcance: el impacto del nuevo invento en las profesiones y en la sociedad. ¿Nos iban a sustituir las máquinas? Recordemos al pintor Paul Delaroche y su exclamación inicial: «A partir de hoy, la pintura ya se murió». En la prensa, leemos esto: «El gobierno no debería hacer pública esta nueva rama de la industria hasta que no esté bien seguro de los beneficios que pueden derivarse de ella; de lo contrario, sería una piedra removida del templo de las artes, para completar el aplastamiento de los que aún trabajan en eso»8. Le Figaro, incluso, instó a la gente a no comprar daguerrotipos, «un instrumento prosaico, inútil en sus manos, culpable de degradar el arte», y a darles preferencia a los verdaderos artistas9. Otros, en cambio, intentaban tranquilizar, a veces, con exageración por medio de la prensa: «El invento del Sr. Daguerre no le causará […] ningún daño al grabado, ni siquiera al dibujo o a la escultura»10.

De hecho, los pintores que, aparte de los grandes nombres consagrados, se ganaban la vida con pequeños encargos de retratos familiares o paisajes privados tenían mucho de qué preocuparse. ¿Quién iba a pagarles para que pintaran un retrato más o menos torpe tras una tediosa sesión de pose, cuando podían conseguir un retrato casi instantáneo y perfectamente realista por mucho menos? Así que muchos se pusieron en marcha. Walter Benjamin recuerda que «las cosas fueron tan deprisa que, hacia 1840, la mayoría de los innumerables pintores de miniaturas se habían convertido en fotógrafos profesionales, al principio, de forma incidental, luego, de manera exclusiva».

En retrospectiva, ni los partidarios de la «sustitución» ni los del optimismo imperturbable tenían toda la razón. La fotografía no mató la pintura ni eliminó a los artistas. No obstante, ¿quién puede afirmar que no ha perturbado enormemente la historia del arte y que la pintura habría evolucionado de la misma manera en el siglo XX en ausencia de la fotografía? La mayoría de las tendencias del arte moderno se derivan del deseo de los artistas de incorporar las técnicas fotográficas o, por el contrario, de distinguirse de ellas en la medida de lo posible, una consideración que no existía para los artistas anteriores. También, era muy probable que las sensibilidades de artistas tomaran caminos diferentes debido a la presencia de la fotografía: los que estaban apegados a las innovaciones formales y conceptuales desarrollaron la pintura moderna, mientras que los que, paradójicamente, estaban apegados a cánones clásicos de composición y representación se orientaron hacia la fotografía artística y el cine. En el siglo XX, Jacques-Louis David se habría convertido, posiblemente, en un emulador de Stanley Kubrick más que de Jackson Pollock.

La fotografía no mató la pintura ni eliminó a los artistas. No obstante, ¿quién puede afirmar que no ha perturbado enormemente la historia del arte?

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La fotografía ha tenido dos efectos distintos en la creación artística; podemos imaginar que serán similares para las IA generativas. En primer lugar, ha modificado las prácticas existentes: los pintores han utilizado la fotografía como referencia para sus cuadros. Esto permitió pasar de ciertas falsas convenciones de representación, como las patas de los caballos a galope, a imágenes más acordes con la realidad que, antes, eran demasiado difíciles de captar.

Midjourney, version 5 2, prompt : « a daguerreotype of an astronaut on a horse, nadar, 1860 ».

En este sentido, Paul Delaroche, tras su sorpresa inicial, llegó a verlo como un método de ayuda para los pintores: en una nota para Arago, afirmaba que «el admirable descubrimiento del Sr. Daguerre es un inmenso servicio prestado a las artes». Otros pintores, un poco más tarde, intentaron diferenciarse de Daguerre proponiendo imágenes lo menos fotográficas posible. El público se mostró receptivo a ellas, pero de una manera mucho más específica que antes. Recurrir a un pintor era un gesto, una señal, la de alguien que se sentía lo suficientemente importante como para recurrir a la gran y antigua disciplina. Quizás ocurra lo mismo con la síntesis de imágenes: recurrir a un artista manual para un trabajo de ilustración será un gesto mostrado, un mensaje enviado para quienes gustan de las cosas «hechas a mano», como la repostería casera.

En segundo lugar, y más importante, la fotografía ha creado nuevas prácticas artísticas, algo que, rara vez, se previó en el momento de su invención. El pintor Antoine Wiertz, citado por Walter Benjamin, tuvo una intuición al respecto, en 1855, que aún puede leerse como la creencia de que la fotografía se contentaría con ayudar a los pintores: «Que nadie piense que el daguerrotipo mata el arte […]. Cuando […] este niño gigante haya alcanzado la edad de la madurez, cuando toda su fuerza, todo su poder se hayan desarrollado, entonces, el genio del arte se pondrá, de repente, la mano en el cuello y gritará: ‘¡Mío! ¡Ahora, eres mío! Vamos a trabajar juntos'». Si bien, en aquella época, era posible prever una forma artística de la fotografía –la de Nadar–, era más difícil prever que abarcaría campos tan vastos y diversos y que se extendería hasta la fotografía de moda o que la fotografía daría lugar a toda una nueva forma artística distinta, el cine, o que los inventos relacionados con la fotografía permitirían, más tarde, la divulgación del cómic. Y, aunque es fácil prever que la IA generativa transformará la producción de libros, ilustraciones, cómics, películas, series y videojuegos, ¿quién sabe, hoy, qué nuevas formas de arte distintas podrían surgir de ella?

Y, aunque es fácil prever que la IA generativa transformará la producción de libros, ilustraciones, cómics, películas, series y videojuegos, ¿quién sabe, hoy, qué nuevas formas de arte distintas podrían surgir de ella?

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Las lecciones del daguerrotipo en el siglo XXI

¿Qué conclusiones podemos extraer del impacto del daguerrotipo en la sociedad del siglo XIX para quienes estamos a punto de experimentar los avances de la IA generativa?

Empecemos por subrayar el carácter imprevisible de la agitación: nadie imaginó, en 1840, que el cine se convertiría en la forma de arte más consumida del mundo ni que los periódicos se llenarían de fotografías –aunque, en retrospectiva, pueda parecer obvio. Del mismo modo, nos resulta imposible predecir con exactitud lo que haremos con las futuras IA generativas dentro de unas décadas. Lo que sí es seguro es que, en lugar de una oposición entre la dramática «sustitución por la máquina» y la optimista «cooperación con la máquina», tenemos que imaginar una serie de mutaciones limitadas. Los pintores de miniaturas no se quedaron en paro; se convirtieron en fotógrafos. Los pintores históricos no se convirtieron en fotógrafos, sino que, primero, utilizaron la pintura como referencia para sus cuadros y, luego, sus herederos se convirtieron en cineastas. Los pintores de vanguardia imaginaron una forma de pintura opuesta a la fotografía y encontraron un público. Hoy en día, es casi imposible que los ilustradores, por ejemplo, se queden sin trabajo; emprenderán nuevas actividades en la ilustración gracias a la IA o se especializarán en el trabajo hecho a mano o trabajarán en nuevos campos habilitados por la IA generativa.

Midjourney, version 5 2, prompt : « several images decomposing the movement of an astronaut riding a horse, multiple images, daguerreotype ».

La segunda lección es que, como muchas innovaciones, la IA generativa será un motor de igualación; entre individuos, pero, sobre todo, entre individuos y organizaciones. Como el daguerrotipo, le permite a «todo el mundo» producir una imagen sin necesidad de habilidad manual. Además, más que nada, lo hace mucho más rápidamente y lo que le falta a un artista independiente es capacidad de trabajo. Para realizar un largometraje de animación como Blancanieves, Walt Disney tuvo que dibujar a mano más de 300000 imágenes, con un equipo de más de mil personas. Un largometraje de animación moderno sigue necesitando varios centenares de personas, pero, el día de mañana, es posible que esta producción pueda ser realizada por una sola persona con IA generativa. Y no se trata sólo de películas de animación: cualquier tipo de cortometraje o largometraje podría ser realizado por un solo individuo o por un pequeño equipo independiente, capaz de rivalizar con un estudio como Disney en términos de pura producción. En otras palabras, la producción audiovisual se equiparará a la literaria: técnica y financieramente, no será más difícil hacer una película que escribir una novela. Es difícil predecir el impacto exacto de este fenómeno en la industria cultural, pero es seguro que será de gran alcance. En el mejor de los casos, les permitirá a los autores plasmar sus ideas y visiones sin límite de recursos.

La producción audiovisual se equiparará a la literaria: técnica y financieramente, no será más difícil hacer una película que escribir una novela

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Queda una diferencia principal entre la invención del daguerrotipo y la de la síntesis de imágenes y reside en la relación con la verdad. La fotografía se presentó como el advenimiento de una herramienta de la verdad. «Siempre será la verdad, puesto que es la naturaleza», escribía un cronista ya en 183911. De hecho, aunque, desde el principio, fue posible retocar las fotografías, siempre se percibieron, en principio, como pruebas fidedignas. «Fotos o no pasó», según se dice en Internet. La mayoría de la gente sabe que existe Photoshop y que es posible retocarlas, pero, como el retoque no está al alcance de cualquiera y lleva un poco de tiempo, suponemos que la mayoría de las imágenes que vemos fueron captadas, realmente, en algún lugar del mundo real.

La IA generativa, en cambio, es falsa por definición; de hecho, su objetivo es producir imágenes que no existen. Es, por lo tanto, el polo opuesto de la fotografía. Antes de 1839, sólo existían dibujos y pinturas y nadie los veía como un reflejo automático de la verdad: después de 2022, una foto puede haber sido generada por una computadora y, pronto –cuando la síntesis de imágenes se integre en las aplicaciones cotidianas y todo el mundo la utilice para sus fotos de perfil, por ejemplo–, asumiremos que una foto es, por lo regular, generada por computadora, con las fotos «reales» como excepción. ¿Un mundo extraño? Tal vez, pero, a la hora de la verdad, lo único que hace es devolvernos al mundo de antes de 1839.

Notas al pie
  1. Sobre la recepción del daguerrotipo, recomiendo el siguiente artículo, que me fue muy útil para escribir este texto: Roubert, Paul-Louis. «La critique de la photographie ou la genèse du discours photographique dans la critique d’art, 1839-1859», Sociétés & Représentations, vol. 40, no. 2, 2015.
  2. En su Pequeña historia de la fotografía.
  3. Citado por Nicolas Devigne, « Voyage autour de la chambre daguerrienne, un nouveau siècle des Lumières », Revue d’histoire du XIXe siècle, 47.
  4. Henri Gauchereaud, « Beaux-Arts. Nouvelle Découverte », La Gazette de France, 6 de enero de 1839.
  5. « Les Origines de la photographie », Le Correspondant, recueil 104, 1876.
  6. « Beaux Arts. Gravure. La Madone de l’Arc et les moissonneurs », Revue du progrès, 15 de febrero de 1839.
  7. Antoine Lévy y Raphaël Doan, «La inteligencia en la era de su reproductibilidad técnica»el Grand Continent, 16 de junio de 2023.
  8. Raoul de Croy, « Le daguerrotype [sic]. À propos du projet de loi de la Chambre des députés », Journal des Artistes, n° 26, 30 de junio de 1839.
  9. « Le prix d’un daguerréotype », Le Figaro, 26 de septiembre de 1839.
  10. Isid. B., « Variété », Le Constitutionnel, 19 de enero de 1839.
  11. Isid. B., « Invention de M. Daguerre ou Daguerrotype », Le Constitutionnel, 29 de enero de 1839.