En meteorología, una sequía corresponde a un periodo prolongado de al menos varios días marcado por un nivel de precipitaciones inferior a una media de referencia. En febrero de 2023, Francia continental experimentó un periodo de 32 días consecutivos sin lluvia, el periodo más largo jamás registrado desde que se tomaron las primeras mediciones de precipitaciones en 1959.

  • No es raro que algunos inviernos en Francia se caractericen por precipitaciones inferiores a la media estacional. Desde 1960, este ha sido el caso durante 29 inviernos, de los cuales 1992 fue el peor, con sólo 113,8 mm de lluvia registrados entre diciembre y febrero.
  • En Inglaterra, febrero de 2023 fue el más seco de los últimos 30 años, y el octavo más seco desde que comenzaron los registros anuales en 1836.1.
  • Esta sequía invernal en Europa Occidental llega tras un verano de 2022 marcado por una sequía histórica, la peor de los últimos 500 años según el Observatorio Europeo de la Sequía (OED)2.

El aumento global de las temperaturas (tanto en verano como en invierno) repercute directamente en el riesgo de sequías, la más larga de las cuales podría durar hasta tres años en Europa con un aumento de la temperatura de 1,5 ºC.

Además del impacto directo en el uso del agua para la agricultura y la ganadería, estas sequías también suponen un riesgo en términos de gestión de los recursos hídricos.

  • La sequía del verano de 2022 provocó el agotamiento de los recursos de aguas subterráneas, sobre todo en Francia, Italia y España.
  • Aunque las aguas subterráneas suelen recuperarse durante los meses de invierno, la falta de precipitaciones en comparación con los periodos de referencia socava este fenómeno y plantea un riesgo de sequía hidrológica3.
  • Esto se debe a la artificialización del suelo (que ha aumentado considerablemente en las últimas décadas), a la destrucción de los humedales y al calentamiento global, que modifica la circulación atmosférica y, por tanto, la distribución de las precipitaciones.

Este tipo de sequía prolongada supone un peligro real para la agricultura -el suelo está tan seco este año en febrero como suele estarlo en abril en Francia- y la ganadería y, por tanto, para la seguridad alimentaria. El efecto se deja sentir sobre todo en Argentina -primer exportador mundial de soja transformada y tercero de maíz-, que también está sufriendo la peor sequía de los últimos 60 años, pero también en Marruecos y el Reino Unido4.

Estas sequías también suponen un riesgo para la biodiversidad debido a la destrucción de los hábitats naturales de ciertas especies que viven en humedales o en agua dulce. Según el Índice Planeta Vivo, desde 1970 se ha perdido el 69% de la biodiversidad mundial, aunque la pérdida es mucho menos pronunciada en Europa (20%) que en América Latina (94%).

Notas al pie
  1. Driest February in 30 years for England, Met Press Office, 1 de marzo 2023.
  2. Drought in Europe August 2022, Observatorio Europeo de la Sequía.
  3. Donald A. Wilhite y Michael H. Glantz, « Understanding the Drought Phenomenon: The Role of Definitions », Drought Mitigation Center Faculty Publications (20), 1985.
  4. Lucila Sigal y Eliana Raszewski, « Argentina’s ‘unprecedented’ drought pummels farmers and economy », Reuters, 9 marzo 2023.