El archipiélago de las injusticias: el retorno de las Chagos
En 2020, una resolución de las Naciones Unidas instó al Reino Unido a devolver el archipiélago a la isla de Mauricio. Este viaje a través de medio siglo de descolonización, con la lucha jurídica y política del pueblo de Chagos contra las violaciones de su independencia en el centro, está bellamente narrado en el último libro de Philippe Sands.
El último mapamundi, publicado en febrero de 2020 (ver más abajo) por las Naciones Unidas, adscribe el «archipiélago de las Chagos» a la República de Mauricio, tras más de cinco décadas de disputas para «completar la descolonización» entre la pequeña isla y el poderoso Reino Unido en esa parte del Océano Índico.
Un año después de la resolución de las Naciones Unidas (2019), en la que se instaba al Reino Unido a devolverle el archipiélago a la República de Mauricio, el último mapamundi publicado por las Naciones Unidas reconoce las Chagos como territorio mauriciano. Un total de 116 países votaron a favor de la resolución que le pide a la administración británica que se retire de las Chagos. Esto deja a 6 Estados en contra del resto del mundo; entre ellos, Estados Unidos, Israel, Australia y Reino Unido; hay 56 abstenciones, entre ellas, Francia, que ocupa las islas Éparses en la misma zona oceánica, originalmente, unida a Madagascar.
Este primer resultado le atribuye mucho a la batalla legal y a la lucha política1 que el pueblo de las Chagos, el gobierno de Mauricio, abogados activistas y ciudadanos de Estados no alineados superaran las violaciones al derecho internacional, a la independencia y a la voluntad del pueblo. Este viaje a través de la historia del mundo, durante medio siglo de descolonización que nunca llegó a materializarse, se relata y disecciona en el último libro de Philippe Sands. A principios de enero de 2023, la realidad lo alcanzó, ya que Londres aceptó, finalmente, negociar con Mauricio el estatuto de las Chagos2.
Philippe Sands se volvió famoso en el mundo y en Francia por su Retour à Lemberg3. Esta ciudad fue desgarrada4 entre Polonia y Ucrania y martirizada por los nazis y la URSS. Sands relata los acontecimientos históricos y la trayectoria de dos hombres5, de esta ciudad desgarrada, que les dieron forma a los conceptos jurídicos de genocidio y crímenes contra la humanidad. En The last colony, Sands mezcla de forma similar una investigación sobre las Chagos en el Océano Índico con la genealogía de un marco jurídico finalmente reciente para reconocer el derecho de los pueblos a la autodeterminación, a la soberanía estatal y a la integridad territorial. Este libro, publicado en 2022, se remonta a las raíces de una disputa de 57 años entre Londres y su antigua colonia, Mauricio, y traza su evolución. El tema de la disputa no es desconocido para los lectores de Le Grand Continent, ya que el juego de Chagos Go fue objeto de un artículo en 2020. Sin embargo, Sands revela la obra de la eliminación sistemática del archipiélago de las Chagos por el condominio angloamericano y la lucha en la que participará como abogado internacional por el reconocimiento del crimen de deportación y por la negación de la soberanía mauriciana. Los mapas y la narración del libro arrojan especial luz sobre Peros Banhos, de donde Madame Elysé fue sacada a la fuerza. Elysé era el nombre del hombre con el que acababa de casarse, antes de que la población de la Isla de la Moneda, la más poblada de las islas de la constelación de Peros Banhos, fuera trasladada por la fuerza, en 1965 a Mauricio, a 700 kilómetros de distancia, a cuatro días por mar en condiciones espantosas6.
Peros Banhos: del naufragio a la expulsión de los Men Friday
Hace cinco siglos, 165 personas se quedaron varadas en una isla del Océano Índico al naufragar el Conceiçao, comandado por Pero dos Banhos. En aquella época, sólo era una franja de arena, pero con agua dulce y cocoteros. Después de que Afonso de Albuberque7 reclamara su posesión, en 1513, los holandeses se hicieron de la totalidad de las Chagos hasta 1769. En ese momento, las Chagos se convirtieron en un subconjunto de las islas Mascareñas, al oeste del Océano Índico. Las Mascareñas constituyen una red francesa de puertos de escala y dependencias dominadas por las islas de Francia y Borbón; hoy, Mauricio y la Reunión, respectivamente. El archipiélago de las Chagos, del que forma parte Diego García, fue explotado para obtener copra mediante el sistema francés de esclavitud, instaurado en el siglo XVIII. Plantadores y esclavos, náufragos y marineros se asentaron en las islas Chagos en función del limitado espacio que ofrecían estas zonas coralinas. La pérdida de las islas Mascareñas, tras la derrota de Napoleón, colocó a las Chagos bajo el control de Gran Bretaña, hasta la independencia de Mauricio, en 1968.
Este repaso histórico parece importante, ya que nos recuerda que Madame Elysé8 es súbdita británica sólo a causa de la sucesión y de la posibilidad de colonización. Pone de relieve la falacia del argumento británico sobre que las Chagos estaban deshabitadas9 y sobre que sólo había tarzanes y Men Friday10. Durante décadas, los gobiernos británicos justificaron la cesión11 de Diego García a Estados Unidos y la deportación de los chagosianos alegando que no había residentes permanentes 12en las islas. Al borrar su derecho a permanecer en la tierra de sus antepasados, Gran Bretaña se exonera de la deportación (1965) de los chagosianos y niega haber violado el principio de integridad territorial de los países colonizados que obtienen la independencia13.
Desde los laboristas hasta los conservadores, el racismo y el cinismo dejaron su huella en los intercambios supuestamente diplomáticos. Así, el 31 de agosto de 1966, un funcionario de la representación permanente británica ante las Naciones Unidas en Nueva York envió un telegrama al Foreign Office en Londres: «Ciertamente, tenemos que ser muy firmes al respecto. El objetivo del ejercicio era conseguir unas cuantas rocas para nosotros; no habrá población autóctona, salvo gaviotas, fuera del comité [de las Naciones Unidas] (el Comité de la Mujer no contempla los derechos de las aves)»14.
De territorios inventados a la guerra contra Irak
Francia, en relación con las islas Éparses, de las que despojó a Madagascar, sigue utilizando el mismo argumento: nunca han estado habitadas, salvo por aves y mamíferos marinos. Sin embargo, la SOFIM explotó minas de copra y fosfato en las islas Éparses, que incluyen la Juan de Nova y las islas Gloriosas, de 1952 a 1968. Las condiciones de vida y de trabajo de los mineros (castigos corporales, encarcelamiento) eran tales que las autoridades francesas llevaron a cabo una investigación que desembocó en la disolución de la empresa en 1968. Durante la explotación, todos los productos necesarios para la vida en la isla debían comprarse en el almacén de la isla. Cabe suponer que las contramarcas utilizadas pretendían captar los recursos financieros de los empleados, como habría sido posible con fichas específicas. La P probablemente significaba «Fosfatos»; la C, «Coco» o «Copra»15. Cuando los británicos retiraron las Chagos del perímetro de su colonia mauriciana, en 1965, recordaron el modo en el que Francia había excluido las islas Éparse malgaches de la soberanía de Madagascar. Sin embargo, iban a formalizar su desvío de los territorios mauricianos16 más que Francia e iban a integrarla en el condominio oceánico con los estadounidenses. Tras estas negociaciones al más alto nivel, el gobierno de Londres estableció el British Indian Ocean Territory (BIOT) por medio de una ordenanza del 8 de noviembre de 1965.
La Corona, cuando el mundo llegaba al final de su sombrío momento colonial, adquirió, así, una nueva colonia formada por el archipiélago mauriciano de las Chagos, situado en el corazón del Océano Índico, y tres islotes de Seychelles, diseminados en su parte occidental: Aldabra, Desroches y Farquhar. En respuesta a la creciente amenaza soviética en el Océano Afroasiático, Estados Unidos y Gran Bretaña firmaron, posteriormente, un tratado en Londres, el 30 de diciembre de 1966, para el arrendamiento estratégico de los territorios incluidos en el BIOT por un periodo de 50 años, renovado tácitamente, el 30 de diciembre de 2016, por un periodo de 20 años, sin ningún respeto por los mandatos del gobierno mauriciano ni de la situación de los chagosianos. Los chagosianos han soportado siglos de esclavitud, de trabajos forzados y de relegación; finalmente, fueron deportados a las Seychelles, a Mauricio y a Gran Bretaña en 1965.
En estas circunstancias, el arrecife de Diego García (la isla principal del archipiélago de las Chagos) se convirtió en una base estratégica donde se encuentran armas nucleares, en una base que sirvió de relevo para las invasiones de Irak. Philippe Sands recuerda el hiato que se produjo entre el sencillo modo de vida de los chagosianos y el «American Way of Life» implantado en pleno Océano Índico por la potencia estadounidense. Durante las visitas conmemorativas17 organizadas para calmar la cólera de la opinión pública, tras la utilización de Diego García para bombardear Irak y torturar prisioneros en camino de Guantánamo, Madame Elysé tendrá una sorpresa. Las tumbas de sus vecinos y familiares no aparecen por ninguna parte; la iglesia de la isla de Coin está devastada, pero ella traerá una foto del impecable cementerio de perros que el ejército estadounidense instaló en la enorme base de Diego García. Philippe Sands, indignado por el desafío para el derecho internacional de las posiciones de Lord Goldsmith y Tony Blair, escribirá un libro sobre la guerra de Irak que tendrá una gran repercusión, Lawless World18.
Estos señores del Tribunal
Con este libro, Philippe Sands se convirtió en un miembro clave del equipo jurídico de Mauricio; experimenta en primera persona las pruebas de la justicia internacional. Acudir a los tribunales no garantiza la imparcialidad y enseña imprevisibilidad, según Sands. Retraza la forma en la que los blancos y los viejos imperios establecen las reglas, sin dudar en hacer cosas tan mezquinas como rechazar a los árbitros de color19 porque se sospecha de su parcialidad desde el principio.
Así, antes de ceder, en 2019, a la petición de la Asamblea General para que el Tribunal prestara su asistencia en el desempeño de sus funciones relacionadas con la descolonización de Mauricio, el Tribunal de La Haya reafirmó la primacía del Estado sobre el litigio. Por lo tanto, recuerda que habría una razón decisiva para que se negara a emitir una opinión consultiva, si responder a la solicitud «tuviera como efecto eludir el principio de que un Estado no está obligado a someter una controversia a un arreglo judicial si no da su consentimiento» (Sahara occidental, avis consultatif, C.I.J. Recueil 1975, p. 25, párr. 33).
Además, Gran Bretaña bloqueará durante mucho tiempo a Mauricio en su proceso recordando que dos naciones miembros de la Commonwealth no pueden llevar su litigio ante un tribunal internacional.
El hecho de que un especialista en derecho anglosajón, y, además, del sur global, presida el Tribunal, en 2019, jugó un papel importante en la decisión de la CIJ: «El Reino Unido está obligado, lo antes posible, a poner fin a su administración del archipiélago de las Chagos, lo que le permitirá a Mauricio completar la descolonización de su territorio», declaró el juez presidente de la CIJ, Abdulqawi Ahmed Yusuf, en un dictamen no vinculante, pero histórico.
Gran Bretaña y la CIJ no tienen la exclusividad de la discriminación legal y de los argumentos de mala fe. Debido a estos bloqueos, el caso de los mauricianos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se basa, más bien, en el perjuicio sufrido como individuos por el pueblo de Chagos. Es un intento de desvincular su caso del marco estatal que parece bloquear cualquier avance. Sin embargo, es una terrible decepción que, en diciembre de 2012, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos decidiera ni siquiera revisar la denuncia de los chagosianos contra el gobierno británico. Esto pasará a la historia como una de las grandes vergüenzas, y una negación de la justicia, de la era contemporánea; pero los avances ante las acciones de los débiles, de los Estados jóvenes, de los no inscritos en las castas de las relaciones internacionales no son pocos y son graciosos. Obama nunca responderá a la carta de Le Clézio ni será escuchado en Francia cuando pida alguna consideración para los chagosianos. Cuando Sands, en una recepción, quiere presentar a Boris Johnson (a quien conoce personalmente) ante el representante de Mauricio en Londres, el ex primer ministro le estrecha la mano dolorosamente mientras se mira los zapatos y se aparta rápidamente; es el mismo Boris Johnson quien, en sus artículos, describe a Obama como medio keniano.
Hay personajes más luminosos que acompañan la lucha por la descolonización. En particular, Sidney Kentridge, judío y sudafricano, padre del inmenso William Kentridge, cuya causa chagosiana iba a ser el último gran caso de su vida, después de haber defendido a Mandela. Más glamurosa, pero muy eficaz, Amal Alamuddin, abogada internacional, defendió a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, y a la ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko. En 2015, se convirtió en profesora de Derecho en la Universidad de Columbia (Nueva York).
Firme defensora de la comunidad chagosiana quien lleva años luchando en el ámbito jurídico por el derecho a regresar a su archipiélago natal, la abogada Amal Clooney, casada con el actor George Clooney desde septiembre de 2014, es, ahora, abogada en el panel de hombres de leyes encargado de representar los intereses del Grupo de Refugiados de Chagos (GRC).
The Last Colony dibuja la intersección de grandes causas que, en el siglo XXI, continúan la historia de la violencia legal de los poderosos y la resistencia de quienes defienden los derechos inalienables de los individuos frente a los Estados.
Notas al pie
- El libro de Philippe Sands, The Last Colony, tiene el arte de ilustrar que la energía de uno de sus personajes, Madame Elysé, es inseparable de la movilización de los resortes del derecho
- El Reino Unido, que administra el país desde 1965, anunció el 3 de noviembre, a través del ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly, la voluntad de ambos países de entablar negociaciones constructivas, con el objetivo de concluirlas a principios de 2023.
- Retour à Lemberg, de Philippe Sands, es un bestseller mundial. La historia personal del autor -motivada por la curiosidad que todo el mundo parece tener por su propia historia familiar- se entrelaza con la historia mundial, que es asunto de todos. El punto de convergencia de los dos planes es Lemberg. El autor, cuya familia es originaria de las cercanías de esta ciudad de la actual Ucrania, es profesor de Derecho Internacional en Londres y ejerce en tribunales internacionales.
- Estos cambios de identidad a lo largo de tres siglos sugieren el enfrentamiento latente entre las comunidades de población del «borde» de Europa del Este. De 1920 a 1940, Lwów era aproximadamente un 50% polaca, un 30% judía y un 15-20% ucraniana. «El chovinismo, tanto polaco como ucraniano, hizo carrera allí», escribió la revista francesa Paix et Droit en 1932, y «los judíos fueron las primeras víctimas de tal estado de cosas».
- Raphaël Lemkin, asesor de la fiscalía estadounidense, defiende la protección de los grupos y el concepto de «genocidio», término acuñado por él. Hersch Lauterpacht, miembro de la fiscalía británica, defiende la protección de las personas y el concepto de «crímenes contra la humanidad».
- Philippe Sands, The last colony, A tale of exile, justice and Britain’s colonial legacy, pp. 21-35
- Ibid. p.21
- Liseby Elysé, nacida en 1953, recorre el libro como un dechado de exilio y voluntad de retorno, especialmente en las páginas 67 a 72 y en el capítulo V, titulado « 2019 ».
- Ibid. pp. 86-90
- Man Friday, de quien Robinson no sabe de dónde viene, pero que debe servir.
- En 1966, Gran Bretaña arrendó las islas Chagos a Estados Unidos por 50 años, para que pudiera establecer allí una base militar. En 2016, el acuerdo se prorrogó hasta 2036. Ver: https://www.france24.com/en/20180903-chagos-islands-international-dispute-human-drama
- En la década de 1960, el gobierno británico expulsó a toda la población indígena del archipiélago, más de 1.500 isleños, y luego alegó que no había población permanente para justificar su violación del derecho internacional… Véase : https://progressive.international/wire/2022-06-02-the-uk-still-shamefully-occupies-the-chagos-islands/en
- Ibid.
- Ibid.
- « Quand les Glorieuses et Juan de Nova battaient monnaie », https://blog.cgb.fr/pdf/page10.pdf
- Philippe Sands, The last colony, A tale of exile, op.cit. pp, 27-48
- Voir madame Elysé, 2006, ibid. pp. 83-86
- Philippe Sands, Lawless World: America and the Making and Breaking of Global Rules From FDR’s Atlantic Charter to George W. Bush’s Illegal War, Viking, 2005, 320 pp.
- Designados por las partes para asistir a los jueces.