Lula, en el cargo desde el 1 de enero, firmó ayer una serie de acuerdos bilaterales con el Presidente argentino, Alberto Fernández. Entre ellos figura un «protocolo de acuerdo sobre integración financiera» firmado por el Ministro de Hacienda brasileño y el Ministro de Economía argentino.

Este protocolo tiene dos componentes principales: 

  • Iniciar estudios técnicos sobre mecanismos para profundizar la integración financiera y paliar la escasez temporal de divisas;
  • Crear, a largo plazo, una moneda circulante sudamericana con vistas a impulsar el comercio y la integración regional y aumentar la «resistencia a los choques internacionales».1

Bautizada provisionalmente como «sur», esta moneda sudamericana no sustituiría al real brasileño ni al nuevo peso argentino (ARS) -al menos inicialmente-, sino que serviría para «promover el comercio bilateral» entre ambos países, que ya es el mayor del continente2.

Otro objetivo declarado por los dos líderes es reducir la dependencia de las economías sudamericanas hacia el dólar estadounidense.

  • El nuevo gobierno brasileño busca reactivar el proceso de integración regional, que fue dejado de lado en gran medida durante el gobierno de Bolsonaro.
  • Lula se encuentra hoy en Buenos Aires para asistir a la cumbre de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), y ayer expresó su deseo de «iniciar un proceso de diálogo con los países de la región con vistas a reactivar UNASUR».
  • La Unión de Naciones Suramericanas, o UNASUR, dejó de funcionar en 2018, tras 10 años de existencia, cuando seis países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Paraguay) decidieron suspender su adhesión3.
  • En enero de 2020, Bolsonaro decidió retirar a Brasil de la CELAC, descrita por el canciller Ernesto Araújo como un organismo regional «izquierdista» de Estados autoritarios4.

Desde su llegada al poder, Lula ha querido hacer de Brasil un motor de la integración regional. Su nuevo Ministro de Asuntos Exteriores, Mauro Vieira, ha declarado que quiere «devolver a Brasil al escenario de las relaciones internacionales»5. Sin embargo, los economistas señalan las grandes diferencias entre ambas economías como un posible obstáculo para el proyecto de moneda común.

  • En el último año, la inflación casi se ha duplicado en Argentina, alcanzando un máximo del 94,8% en diciembre.
  • Olivier Blanchard, ex economista jefe del FMI, calificó el anuncio de «disparate». Lawrence H. Summers, ex Secretario del Tesoro estadounidense, considera la moneda común «muy problemática dados los problemas de ambos países con los tipos de cambio fijos».6.